CAPITULO 29

2.1K 185 16
                                    


Lucius Malfoy y Anton Greengrass llegaron muy temprano al ministerio de magia, al saberlo el ministro Fudge los atendió personalmente, ya que suponía a que iban ambos hombres poderosos.

-Fudge, que sorpresa, ¿Por qué nos atiendes personalmente? Solo venimos a poner una denuncia.- dijo Lucius calmadamente.
-Lucius amigo, entiendo eso y supongo a quien va la denuncia, pero ¿Podemos hablar antes sobre eso? Quiero evitar que tomes decisiones apresuradas.
-¿Apresurado? ¿Por qué denunciar al hombre que daño a nuestros hijos con una maldición oscura es apresurado? – pregunto ácidamente Anton.
-¿Una maldición oscura? – pregunto sorprendido Fudge.
-¿No te lo dijo tu buen amigo Albus?- Lucius sonaba furioso.
-No... Bueno él...
-Los niños quedaran con llagas marcadas en sus brazos por la maldición de ese hombre, si ambos no hubieran lanzado un hechizo protector con intenciones honestas de proteger, la maldición los abría matado.- Aston murmuro todo con los dientes apretados. – así que no me vengas a que estamos tomando medidas "apresuradas" contra un hombre que quiso matar a nuestros hijos.
-Los llevare de inmediato con el jefe de aurores.- Dumbledore le había dicho a Fudge que lo tapara, que lo ayudara porque si tenía una denuncia en su contra, era menos probable que más gente se uniera al lado de la luz, pero ¿Cómo podía proteger a un hombre que lanzaba maldiciones oscuras a dos de sus estudiantes? Eso era inaceptable y ahora, no sabía si realmente Dumbledore era un representante de la luz. - ¿Tienen al menos pruebas de que la maldición usada era oscura?
-Tenemos el reporte médico, y el testimonio de Tom Riddle y...
-Disculpe Sr. Greengrass, pero el testimonio de un ex genocida no va a ayudarle mucho.- dijo con un poco de burla el ministro.
-Si me dejara terminar.- dijo el hombre enviándole miradas asesinas al ministro.- tenemos el testimonio de Tom Riddle y de Minerva McGonagall, quienes atendieron a los chicos antes de que llegaran los medimagos.

Fudge abrió los ojos con sorpresa, claro que el testimonio de Tom Riddle no serviría mucho pero el de Minerva seria la bomba nuclear contra Dumbledore, eso termino de convencer al ministro de que la caída de Dumbledore estaba demasiado cerca.

-Está bien señores, pasen a las oficinas de los aurores por favor.

Ambos hombres salieron de su oficina con el porte de dos reyes, ambos sabían que tenían las de ganar y no los culpaba, esto como mínimo le costaría el puesto del jefe brujo en el Wizengamot y también como el directo de Hogwarts, y eso solo si le iba bien, ya que si estos hombres se lo proponían no dudaba que Dumbledore tuviera que pasar una buena temporada en Azkaban.

Cuando Lucius y Anton llegaron a la oficina de aurores ojo loco les dio una mirada sucia y ambos se dirigieron inmediatamente con Kingsley.

-Ah Kingsley que gusto verte.- le sonrió Anton Greengrass, quien ya estaba al tanto de las dudas de Kingsley y porque de ellas.
-Buenas tardes Sr. Greengrass ¿En qué podemos ayudarle el día de hoy?
-Venimos a poner una denuncia en contra de Albus Dumbledore.- hablo calmadamente Lucius.
-¡NO PUEDEN HACER ESO! – Mody no dudo ni un momento en saltar en defensa del director de Hogwarts.
-Podemos y lo haremos.
-¡No tienes pruebas!- el hombre estaba que echaba chispas, pero eso les servía para hacerlo ver como un desequilibrado.
-¿Pruebas de qué? – Mody se quedó de piedra.
-Pues de lo que acusan a Dumbledore.- comento esta vez menos seguro.
-Ellos ni siquiera han dicho de que lo acusan Mody.- comento uno de los aurores que estaban cerca.- ¿Cómo puedes defenderlo tan fervientemente si ni quiera sabes de que se le acusa?
-Bueno, yo...
-Venimos a denunciarlo por el ataque a dos de sus estudiantes.- continuo Lucius ignorando al hombre.- Draco Malfoy y Daphne Greengrass.
-EL NO QUERIA LASTIMARLOS.
-LES LANZO UNA MALDICION OSCURA.- Anton había perdido la paciencia.- Ambos chicos quedaran con llagas en sus brazos de por vida, porque el director de su escuela les mando una maldición oscura.- todo en la oficina se quedaron callados.
-La maldición no era para ellos.- dijo el hombre en voz baja.
-E igual estaríamos aquí denunciando pero ahora por asesinato, porque sin los escudos protectores que lanzaron los chicos, el receptor de la maldición no habría sobrevivido.

CUANDO LA OSCURIDAD TE GOBIERNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora