1. El Mundial de Quidditch

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capitulo uno

EL MUNDIAL DE QUIDDITCH

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CASSIOPEIA MIRABA A SU MADRE CON UNA CARA DE SUPLICA. Ella no era de pedirle muchas cosas a su madre, pero en este caso, se veía obligada a rogarle a su madre.

―Por favor, mamá ―musitó Cassiopeia, juntando sus manos―. Llévame al Mundial de Quidditch.

Calliope Meacham, mejor conocida como Callie, observó con una mueca a su única hija. Ella realmente deseaba cumplir todos los deseos de su pequeña Cassie, es su único amor y quería verla feliz, pero la vida era cruel y existen cosas que lo impiden.

―Cassie en serio no puedo, esta semana tengo mucho trabajo ―habló Callie―. Además, ¿de dónde vamos a sacar las entradas? No tengo suficiente dinero.

―¡Familia, llegué! ―entró al departamento una bruja ya adulta, con cabello negro y una sonrisa.

Ella se dirigió a la cocina y saludó con un beso en la frente a Cassiopeia, y luego abrazó a Callie. Notó que la más joven mantenía una cara triste y que la mayor miraba con una mueca a la joven.

―¿Por qué esas caras? ―preguntó―. ¿Qué sucede?

―El universo conspira contra mí, tía Amabel ―explicó Cassiopeia a la mujer, recostando su cara en la mesa―. Eso sucede.

Amabel y Callie no eran hermanas, pero la vida las había convertido en eso, hermanas de diferentes familias. Desde su juventud fueron inseparables, y eso no cambió cuando Callie se vio obligada a criar una niña por su cuenta con tan solo 18 años.

―¿Es por el mundial de Quidditch, cariño? ―le preguntó gentilmente a Cassiopeia, ésta solo asintió―. Oh, que mal que no tengas a una tía cool que te haya conseguido las entradas ―agregó, sonriendo.

―Sí, que mal... ¡Espera! ¿Qué? ―Cassiopeia se quedó sin palabras―. ¿Es una broma?

Amabel negó―. ¡Claro que no! ¡Irás al mundial de Quidditch!

Cassiopeia corrió a los brazos de su tía, muy contenta. Exclamando con mucha felicidad.

―¡Veré a Irlanda pateándole el trasero a Bulgaria! ¡Gracias, tía Amabel!

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