IV

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Un manto oscuro se prolongaba a lo largo del vasto cielo, estaba despejado y la brisa que proporcionaba, tranquilizaba a cualquiera que le rozara el rostro.

Las luces se pronunciaban a lo largo de la noche como si de una esperanza se tratara.

¿Cuánto tiempo había pasado?

Le faltaban manos para contar las veces que regresaba al mismo punto.

Siempre el mismo inicio, diferente resultado, la catástrofe permanecía.

¿Conocen ese sentimiento de ganas de dejar todo atrás y no seguir?

Ojalá fuera tan fácil alejarse de todos y nunca más volverlos a ver.

Nunca más ver a sus amigos.

Nunca más ver a Mikey.

Nunca más salvar a alguien.

Los días continuaban y sus ganas de salir corriendo se intensificarán con cada paso que daba a través del santuario donde usualmente un grupo de personas aspiraban a ser los conquistadores de Japón.

Ojalá no lo desearan.

Es consciente que cada persona que tiene el peso de la vida de sus amigos en sus manos, y por esa misma fortaleza que demuestra en cada intento desesperado por ayudar a alguien que las personas lo empiezan a seguir.

Él no es alguien de admirar.

Solo es un tipo cualquiera, un tipo que no vale nada, sí aceptó ayudar a Naoto por pura presión, además de sentirse útil en su propia existencia.

Pensó que sería menos trágico en un inicio, después se dio cuenta que estaba sobre sus capacidades el detener el terrible futuro de todos sus conocidos.

En especial el de Mikey.

La única persona donde sus ojos negros brillan llevándote directo al camino de la perdición, guiándote lentamente a un oscuro y solitario fin.

¿Cuántas veces más tiene que rehacer todo?

¿Cuántas veces volverá a sentir las balas dentro de su cuerpo desganado?

¿Acaso no lo pueden dejar morir en paz?

-¡Takemitchy!

Reaccionó hacia el llamado, estaba frente al templo Musashi. Sus manos temblaban al igual que su cuerpo, la picazón en sus ojos era constante, la desesperación por huir eran más fuertes, sus piernas pueden flaquear en cualquier momento caerse en frente de su comandante. Tose un poco para hacer lo mejor que hace.

Fingir.

-¿Mikey-kun? ¿Qué haces aquí?-dijo con nerviosismo, esbozó un intento de sonrisa al contrario, pero por la respuesta del contrario solo obtuvo una mueca extraña.- Es tarde, deberías irte.

-Se me quedaron algunas cosas en un árbol. Mejor pregunta, ¿Qué haces tú aquí?

Buena pregunta, acaba de volver y todo es tan confuso en este punto. Lo único que sabe bien es que no quiere volver a involucrarse más con ellos, pero no tiene un futuro que volver.

Lo intentó varias veces.

Fue directo a casa de los Tachibana para llamar a Naoto, se tomaron de las manos pero todo seguía igual, y eso solo significa una cosa, su cuerpo o Naoto están muertos.

Otra vez.

Está atrapado en un nuevo futuro desconocido sin saber qué error había cometido, no sabe por dónde iniciar, ni como solucionarlo y ahora debe seguir aparentando ser una persona normal de 14 años.

•Done For You• Mitake Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora