Olivia Black 𝙸 [Cedric D.]

8 | C H I S M E S

-Ani, ¿Segura que estás bien?

-¿¡Qué si estoy bien!? Sirius, tú estás perdiendo mucha sangre. - Exclamó angustiada mientras presionaba un pañuelo en la herida.

-No llores, Ani. Estoy bien, las heridas en la cabeza siempre sangran mucho. No es nada que un buen medimaa... Digo, un médico que conozco me atenderá.

-Me salvaste la vida arriesgandote ¿Por qué lo hiciste? Esto es mi culpa.

-Todavía no estoy muerto. Y no es tu culpa, tu cruzaste con el semáforo rojo como debe ser. Y la pelea fue mi culpa.

-Pero estaba distraída, si hubiera...

-No tiene sentido pensar en eso ahora ¿Sí? Tranquilízate, te juro que estaré bien. - Con su pulgar, barrió las lágrimas de la mejilla de Ani. - ¿Llamaste al número que te pasé?

-Sí, tu amigo dijo que llegará enseguida ¿Pero por qué no quieres ir a un hospital? ¿Es por tu misterioso trabajo del que "legalmente no puedes hablar"?

-Justo a tiempo, ahí está él ¡James!

-¿En qué lio te metiste ahora, Sirius? Lo siento mucho, señorita, en seguida me lo llevo a este.

──────── ✪ ────────   
𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 8:
C H I S M E S

─ ¡Livy, Livy, Liv! ─ Fue el grito que asustó a Olivia.

En ese momento estaba en su cama concentrada en pulir su escoba, una baratija de segunda mano que compró en vacaciones. Las pruebas para entrar al equipo de quidditch eran ese mismo día.

─ ¿Qué pasa, Tessa? ─ Preguntó sorprendida al ver a su amiga respirar de forma agitada por haber llegado corriendo al cuarto que compartían.

─ ¿Es cierto que el otro día estuviste paseado por los jardines con Roger Davis?

─ Pues, supongo que sí. ─ Respondió extrañada. ─ Nos encontramos en la biblioteca y luego salimos a caminar para despejarnos de tanto estudio.

─ ¿Y por qué no me lo dijiste? ─ Tessa sonreía de oreja a oreja, realmente le gustaban los chismes románticos. ─ ¿Él te gusta?

─ Tal vez un poco. ─ Contestó insegura, y le contó lo que había pasado en la biblioteca esa tarde. ─ Fue muy amable conmigo y tuvo un gesto muy tierno, creo que lo veo de forma diferente ahora.

─ Y además, es muy guapo. ─ Agregó la rubia aplaudiendo. ─ ¡Te felicito! Qué gran partido has conseguido, Livy.

De pronto escucharon un golpe fuerte. Bonnie, que estaba sentada en su cama, cerró su libro de pociones muy fuerte.