ᴱˣᵗʳᵃ ¹ | Él Regresó A Casa

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𝙷𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚎𝚡𝚝𝚛𝚊 𝚗°𝟷
Él Regresó a casa
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Ana estaba realmente muy cansada, había pasado horas limpiando el desastre que hizo en la cocina luego de todos esos postres que preparó. Sólo le tomó 10 intentos, pero por fin había dado con la receta perfecta para el pastel de bodas de ese importante cliente millonario. Esa mañana la pareja se había marchado de la pastelería muy maravillados con la mezcla especial.

Parecía que ese iba a ser un día normal y aburrido, pero se le había hecho muy tarde, llovía, su auto estaba descompuesto, y las agencias de taxis no disponían de autos. Por lo que no le quedó otra más que aceptar que su jefe la llevara a casa.

─ Has hecho un trabajo excelente, Ann. ─ Le dijo cuando llegaron. ─ Esa familia paga muy bien, y gracias a ti, dijeron que nos contratarán para todo el catering.

─ A-na.

─ ¿Qué?

─ Mi nombre es Ana, no "Ann". ─ Le repitió por milésima vez en su vida. Tenía muchas ganas de bajar, pero sería muy grosero teniendo en cuenta que él la trajo a casa.

─ Lo siento. ─ Se disculpó con poca sinceridad. ─Oye, Ana ¿Por qué no salimos a festejar? Vayamos al nuevo restaurant francés que está a unas cuadras, soy amigo del dueño.

─ ¿Irán todos tus empleados?

─ Pensaba en algo más privado. ─ Se giró a verla mientras le sonreía de forma asquerosa. ─Solo tú y yo ¿Qué dices?

─ Suena muy romántico. ─ Dijo sin mirarlo mientras fingía buscar algo en su bolso. ─¿No crees que sería mejor que vayas con tu esposa?

─ Ella no aprecia la buena comida como tú.

─ Créeme, yo no tengo un paladar fino, soy feliz con una hamburguesa de pollo.

─ Puedes comer una costosa allí...

─ Edgar, basta. ─ Abrió ligeramente la puerta y desplegó su paraguas. ─No me interesan tus asuntos maritales. Y yo no estoy interesada en "salir contigo".

─ ¡Está bien, está bien! ─ Subió sus manos en forma de rendición. ─Sólo pensé que te gustaría tener una bella velada con buena compañía, luego de tanto tiempo soltera.

─ No estoy soltera.

─ Vamos, Ann, nos conocemos desde hace mucho. ─ La miró condescendiente. ─No tienes que mentir. Todos sabemos que tu supuesto prometido te abandonó con tu hija. Dime la verdad, él estaba casado o era de una familia que jamás te aceptaría ¿Verdad?

─ ¿Cómo te atreves....?─ Ana estaba tan molesta que realmente requería mucha fuerza de voluntad el no golpearlo. Sabía que eso era lo que la gente decía a sus espaldas, pero que se lo digieran en la cara era aún peor.

─ Lo siento, lo siento. Tema sensible ¿No?... ¿A dónde vas?

─ ¡Renuncio! ─ Exclamó sonriendo. ─ Suerte recreando mi pastel.

─ ¡Ann, espera! ─ La siguió bajo la lluvia, invadiendo su paraguas y espacio personal.

─ Yo respetaba mucho a tu padre ¿Sabes? Por eso no he renunciado hasta ahora. Pero ya no más, estoy harta de tu ineptitud, tu poco profesionalismo, y tu misoginia ¡Renuncio!

─ Espera, arreglemos esto, necesito este contrato, o voy a estar en quiebra. ─ Él agarró violentamente el brazo de Ana. ─Te pagaré el doble... ¡E-el triple!

Olivia Black 𝙸 [Cedric D.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora