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—No Hobi, déjame aquí.—Se negó sujetándose del sofá.

—Vamos Chim, llevas todo el día encerrado, tienes que salir y tomar aire.—Musitó el beta sujetándolo de los pies.

Desde que Hoseok recibió un mensaje de Yoongi diciéndole que soluciono el problema y que toda la familia del alfa de Jimin llegaría, intento de todas maneras sacar al omega de ese departamento.

—Afuera las personas son felices... Si las veo voy a deprimirme más.—Dijo cerrando los ojos para que el ardor que sentía producto a estar horas llorando se vaya.

—¿No puedes ser un poco más positivo? ¡Es un hermoso día! No hay una sola nube en el cielo y el sol está brillando ¿Eso no te motiva a salir?—Pregunto con cansancio dejando ir los pies del rubio.

—No, al contrario, me motiva a seguir encerrado.

Hoseok se pasó las manos por el rostro frustrado. Tenía la suerte de decir que era una persona paciente pero en esta situación esa virtud se le estaba acabando.

—Vamos Jiminnie... Hazlo por mí—Pidió haciendo un puchero.

El omega lo observo con ojos cansados antes de darse la vuelta y acurrucarse más en el sofá, ignorando por completo al beta.

—Bien, si no sales por las buenas, lo harás por las malas.

Sin cuidado cargo al omega y lo coloco en su hombro sacándolo del lugar a la fuerza. Así como Jimin ignoró su amable petición, él también ignoro sus gritos de protesta.

—¡Hoseok bájame!—Grito intentando sujetarse de la espalda del beta.

Al llegar afuera, las personas que caminaban por la acera se les quedaban mirando con extrañeza y algunos con diversión.

El mayor dejo al rubio en una banca afuera de su edificio y suspiro sacudiendo sus brazos para destensar sus músculos, no estaba acostumbrado a hacer tanto ejercicio.

—¿Lo ves? No era para tanto exagerado.—Dijo mirando a su amigo con irritación.

—No me gusta... Llévame de nuevo a mi sofá.—Exigió levantando los brazos para que Jung lo cargue.

—Ni lo pienses, si quieres volver usa tus piernas.—Musitó sentándose con el omega.

—No quiero caminar.—Dijo cruzándose se brazos y haciendo un puchero.

Hoseok suspiro y negó levemente con una sonrisa. Se quedaron en silencio observando a los transeúntes pasar y disfrutando del cálido sol.

Jimin poso su mirada en una pareja junto a los que supuso que eran sus hijos, el omega llevaba de la mano a un pequeño niño y con la otra sujetaba a su alfa quien cargaba a una linda niña.

Se veían tan felices y sin preocupaciones que por un momento sintió envidia, luego cayó en la realidad y todo lo que pudo sentir fue una inmensa tristeza que se vio reflejada en sus ojos.

—¿Mimi?—Inquirió preocupado al ver la mirada perdida del rubio.—¿Estás bien?

—Eso creo...—Murmuro.

—Jimin... ¿Estas llorando?

Jimin tocó su rostro y sintió sus mejillas mojadas, no hizo nada para apartar las lágrimas, al contrario, dejo que fluyan.

—Ay, pequeño...—Lo atrajo en un cálido abrazo y dejo que se desahogara. Dio suaves caricias sobre su espalda intentado calmar los sollozos del omega.

—L-los ojos me d-duelen pero las lágrimas no q-quieren parar.—Dijo con la voz entrecortada por el llanto.

¿Dónde demonios estan Yoongi y el alfa de Jimin? Pensó desesperado y como si fuera una señal divina, tres lujosos autos entraron a la calle y se estacionaron frente a ellos.

—Por fin.—Susurro soltando un suspiro de alivio.—Jiminnie, te tengo una sorpresa—Musitó con voz cantarina.

El omega levanto su rostro húmedo del pecho del beta y lo observo confundido.

—¡Mira!—Grito girando a su amigo.

El omega parpadeo para disipar las lágrimas que aún salían de sus ojos y diviso a cierto alfa pelinegro saliendo de su auto con una gran ramo de flores en sus manos.

—¿Q-que?—Pregunto desconcertado.

Jungkook se acercó a él con una sonrisa tímida y se detuvo a un metro de distancia. Sus manos temblaban y sudaban, además tenía muchas dudas con respecto al ramo que escogió pero Yoongi le aseguro que a Jimin le encantaría.

Su mirada nunca abandono al omega y le partió el corazón ver los luceros rojos e hinchados del rubio, sintió sus propios ojos picar y paso saliva con dificultad.

Definitivamente haría lo que fuera para no volver a ver una expresión así en el rostro de su precioso omega.

—J-jimin...—Se aclaró la garganta y suspiro intentando disipar sus nervios.—Jimin lo siento, lo siento tanto. Lamento no haberte escuchado, lamento ser el culpable de cada una de las lágrimas que escaparon de tus preciosos ojos, lamento haber borrado tu hermosa sonrisa, lamento todo.—Para este punto los ojos de Jungkook estaban inundados de lágrimas.—Y-yo... yo realmente no menti cuando te dije que quería construir algo serio contigo, lo quiero tanto, quiero que seas parte de mi vida, de la vida de Jeonmin, de la vida de mi familia, me equivoqué al no creer en ti y la culpa de eso me perseguirá por el resto de mi vida pero... Quiero que tú estés en ella, hoy y siempre, ¿P-podrías perdonarme?—Pidió arrodillándose frente al rubio.

Jimin soltó un jadeo ahogado cuando vio al pelinegro arrodillarse, con la vista más nublada que antes se arrodilló también frente a Jungkook y con las manos temblorosas tomo el rostro de su alfa.

—P-perdoname a mi... Y-yo debí decirte sobre el compromiso p-pero tenía tanto miedo que fui egoísta, l-lo siento, lo siento tanto.—Apego su frente a la del alfa y juntos derramaron lágrimas de arrepentimiento.

Sin poder contenerse, Jungkook atrajo a Jimin en un abrazo sin importarle aplastar las bellas flores, un abrazo lleno de amor y anheló, se aferraron al otro al punto de no querer soltarse jamás.

Las horas que estuvieron separados fueron las más difíciles de sobrellevar, quizás esta era una prueba, una muy mala y dolorosa prueba para comprobar si realmente funcionan juntos. ¿Lo hacen? Si, aunque saben que apartir de ahora, la comunicación es primordial.

—¡Papá!

Jeonmin bajo corriendo del auto de su tía y fue corriendo directamente hacia sus padres quienes al verlo abrieron los brazos atrapando al niño en un cálido abrazo familiar.

—Papi, ¿A dónde fuiste? Te extrañe mucho.—Musitó feliz de poder sentir nuevamente el dulce aroma de su padre omega.

—No te preocupes, ya no iré a ninguna parte.—Susurro besando la coronilla del niño.

—Te amo.—Dijo el alfa mirando con ojos brillantes a su omega y sintiendo a su lobo aullar en su pecho.—Se que es muy apresurado pero realmente lo hago.

Las mejillas del rubio se colorearon de rojo y sus ojos se iluminaron como si de estrellas se tratarán.

—Yo también te amo.—Dijo seguro de sus palabras y sintiendo a su lobito eufórico en su pecho.

Querían acercase y juntar sus labios pero el niño en medio de ambos se los impedía, rieron y besaron las mejillas de Jeonmin amando escuchar las risitas del pequeño.

—A ti también te amamos cariño.

—Y yo los amo a ustedes.

¡Tu eres mi papá omega! • KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora