¡Tu eres mi papá omega! • KOOKMIN

Final pt.2

Busan, seis años atrás.

La potente mezcla de sudor, alcohol y feromonas más la fuerte música retumbando en sus oidos lo dejaron levemente atontado cuando entro por primer vez a esa casa.

—Que asco.—Yoongi quien había accedido a acompañarlo hizo una mueca y se tapo la nariz.—No puedo creer que estés emocionado por esta mierda.

—Nunca vine a una de estas fiestas, es obvio que estaría emocionado.—Contesto arrastrando a su amigo hasta una mesa con comida y bebidas.

—No veo lo interesante en ver a personas perdiendo el tiempo y dañando sus cuerpos con litros de alcohol.—Murmuro con irritación.

—¡Hay que ser positivo Yoonie!

El rubio observo la mesa de bebidas con nervios, nunca en su vida probó el alcohol y no sabía si sería buena idea comenzar en ese lugar.

—Ni se te ocurra tomar algo Jimin, no sabes lo que contienen esas bebidas.— Ordeno el omega alejando a su amigo del alcohol.

El rubiecito bufo pero obedeció, después de todo no necesitaba alcohol para poder divertirse.

—¡Vamos a bailar!—Pidió arrastrando al pelinegro a la pista de baile.

—Alto ahí, yo no bailo.—Se negó regresando a dónde estaba.—Ve tu si quieres, yo te cuido desde aquí.

—¡Pero Yoonie!—Se quejo haciendo un pronunciado puchero.

El palido negó con una sonrisa y el rubio no tuvo de otra que ir a bailar solo. Eso no le molestaba tanto pero si le incomodaba las miradas de algunas personas sobre su cuerpo, nunca fue de los que buscaban llamar la atención y tampoco estaba acostumbrado a recibirla.

Busco a Yoongi con la mirada y este lo estaba vigilando en un rincón mientras comía unos aperitivos.
Siguió disfrutando de las diferentes canción que el dj reproducía hasta que cambio completamente el ritmo a uno más lento y... Sensual.

Con una leve sonrisa comenzó a mover su cuerpo, él no necesitaba exagerar sus pasos como otros omegas en la pista, su sensualidad era nata y sus movimientos tan delicados que dejo embobado a más de un alfa.

Pero solo uno tuvo la valentía de acercarse.

Sintió unas manos posarse en sus caderas y una caliente respiración chocar contra su cuello. La piel se le erizo ante el contacto y un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza, estuvo a punto de darle un golpe a aquel atrevido alfa hasta que sintió su aroma.

Amargo café y sándalo.

Giro lentamente para enfrentar al hombre con tan atrayente fragancia. Sus ojos se expandieron y su respiración se cortó al toparse con unos embriagantes ojos negros, se sintió hipnotizado.
El alfa sin decir palabra alguna acercó su rostro al cuello del omega para sentir su aroma más de cerca.

Galletas y champagne.

—¿No te conozco y tú no me conoces pero me darías el placer de invitarte un trago?—El rubio trago saliva al escuchar la ronca voz del pelinegro.

—C-claro.

Ese fue el inicio del fin, cuando Yoongi regreso del baño se exaltó al no ver a su mejor amigo en la pista de baile, lo busco como loco por toda la casa pero no lo encontró.

Y no lo iba a encontrar.

Después de que él y el alfa misterioso se colaran en la cocina para robar un poco de alcohol, la fiesta la continuaron en una habitación.