Respuestas sin preguntas.

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Dicen que para cada pregunta hay una respuesta. Lógico fuere pensar que para cada respuesta, hay una pregunta. Error.

Los sucesos del universo siguen las leyes de la matemática y la física, con todos sus derivados. Es sino la naturaleza humana, la que muchas veces queda bajo el dominio del azar, y se comporta de formas que escapan a toda lógica.

¿Por qué? Porque sí. No hay pregunta que puedas formular a porque alguien cambia de parecer respecto a un tema de la noche a la mañana, o porque alguien odia a otro alguien por el mero hecho de ser de otro color, orientación sexual o equipo de fútbol.

Y si uno se detiene a pensar, se percata de cómo muchos humanos, más bien ovejas, ya que carecen de pensamiento crítico; vagan por la vida sin saber muy bien que están haciendo. Sólo saben que existen. Y se las apañan para existir, autoconvenciéndose a sí mismos de que tienen razón. Que poseen la respuesta a preguntas que nisiquiera se han planteado y sencillamente no se pueden plantear.

Y este, es un serio problema. Que el humano promedio siga a alguien por el hecho de que es de "x" partido político, o que el color de una persona condicione toda su vida.

La respuesta a todo esto, de nuevo, es el miedo. ¿Y la pregunta? ¿Sería a que tienen miedo? No. Porque el miedo va dentro de cada uno, y no puedes deshacerte de él. No hablo del miedo de una película de terror, o de mirar la cuenta bancaria a fin de mes. Hablo de un miedo omnipresente y tácito, que está y no está y que no se puede preguntar por él, porque te lleva de nuevo a la casilla de salida: el miedo al miedo.

Relatos y pensamientos de un mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora