Disparos.

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Pow!

(Suena el casquillo cayendo al suelo)

(...)

Pow! Pow! Pow!

(Suenan más casquillos chocando con el asfalto)

(...)

* * *

¿Nunca habéis tenido la sensación de que os disparasen? No porque sean disparos, no. Es... Raro de explicar. Como si sin que te lo esperes, de la nada algo te atraviesa, te fulmina por dentro, te quedas con la mente en blanco y todo se vuelve negro. Algo no está bien. De hecho, está muy mal. Los ojos como platos, la boca expulsa lentamente tu alma, palideces. Sientes dolor, pero no es un dolor físico; es un dolor emocional muy fuerte.

Hoy me han disparado. Metafóricamente, por supuesto. Pero puede ser equiparable. De la nada. Esperando subir al bus. Y algo atravesó mi corazón a gran velocidad. Noté como este sangraba internamente, supliqué que la herida no fuese muy profunda ni muy grave. En cuerpo estoy perfecto, escribiendo. En alma, tengo un agujero provocado por una bala antimateria. Está destruida, hecha pedazos.

Ya me han disparado más de una vez. Muchas personas. Pero nunca así. No de esta forma.

Ya dije en un escrito que si crías cuervos te sacarán los ojos de tus cuencas. Mis ojos siguen en su lugar. Mi mente... Mis sentimientos... Fueron arrancados. No con mala fe. Pero arrancados, después de todo.

Y aquí me hallo. Tirado en el suelo, mi cadáver frío y acribillado yace sin vida. Puede que esas balas, aunque disparadas irónicamente para salvarme, realmente fueran el punto final.

Relatos y pensamientos de un mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora