𝓗𝓮𝓻𝓶𝓸𝓼𝓪 𝓬𝓸𝓲𝓷𝓬𝓲𝓭𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 ~ 𝓜𝓲𝓻𝓲𝓸 𝓣𝓸𝓰𝓪𝓽𝓪 𝔂 𝓽𝓾

•❅───✧❅ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 34 ❅✧───❅•

꧁꧅ 𝓗𝓮𝓻𝓶𝓸𝓼𝓪 𝓬𝓸𝓲𝓷𝓬𝓲𝓭𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 ꧅꧂

Se sentía decepcionado al ver que la castaña nunca asistió a su revisión a pesar de que le había dicho a su madre que era obligatorio y necesario que fuera a las revisiones no importaba lo que pasara, quizás la castaña convenció a su madre para que no la llevara a las revisiones y él estuvo esperándola todo el día con esperanza de que pudiera perdonarlo y darle una oportunidad, sí, finalmente se había dado cuenta de que lo que sentía por ella era algo más que una amistad, Emiliano una vez más tenía razón en lo que le estaba diciendo y él no quiso creerle

¿Por qué no le hace caso a su amigo en lo que le dice?, Siempre tiene razón en todo y él parece un idiota por no creerle y verlo por sí mismo hasta que se da cuenta de que Emiliano tenía razón, claro que no se dará por vencido, iría a su casa con las cosas y le pediría perdón delante de sus padres sin importarle que sea vergonzoso llorar delante de ellos, ya perdió a sus padres y no volverá a perder a alguien importante en su vida, más no se espero que el doctor que estaría después de él tuviera un problema y le pidiera de favor que se quedará él para cubrirlo toda la noche

No podía decirle que no pues si no estaba él, nadie más se quedaría en el hospital, ¿Que se supone que debe de hacer?, No puede esperar más tiempo, debe de hablar con la castaña lo antes posible pero parece que la suerte no está de su lado esa noche, quizás mañana que tiene el día libre pueda ir hasta la casa de la castaña, total no tenía nada que hacer, los días libres que tenía antes los uso para enseñarle a Emiliano a conducir, y ahora que ha aprendido no encuentra otro entretenimiento más que ir hasta la casa de la castaña y pedirle perdón

—¡Mirio! —entró Emiliano al consultorio

—¿Qué?

—Ya vámonos —dijo animado saltando en su lugar —Hoy hay maratón de película de terror en la tele y no me las quiero perder —se acercó a él —¡Vamos! —agitó su brazo y brincando en su lugar

—No puedo, el doctor West no podrá venir, me dijo que tiene una emergencia familiar y no puede venir, lo voy a cubrir de nuevo —dijo mirando la pantalla de su celular el mensaje que el doctor le había mandado

—¡Ahg!, Ese doctor ya me tiene harto, ¿Cuando será el día en que podamos ver películas en la casa sin ningún rastro de trabajo o distracción?

—No lo sé, vete a casa, yo iré temprano

—Bien, pero préstame tu auto, dejé el mío en el hotel, recuerda que me empujaste hasta tu auto porque se nos estaba haciendo tarde —frunció los labios

—¿Y por qué sería?, Comías muy lento y se nos estaba haciendo tarde —rodó los ojos y metió su mano en su bolsillo del pantalón para sacar las llaves de su auto —Toma, no le hagas nada, si le veo un rasguño me las vas a pagar

—Sí sí, nos vemos Mirio, diviértete

Salió del consultorio corriendo emocionado por ver sus películas de terror, mientras que Mirio soltó un suspiro pesado sentandose en su silla giratoria mirando el techo de su consultorio, desvío la mirada al peluche de un hermoso caballito de mar que le había comprado a la castaña, se acercó hasta la bolsa para sacarlo y tomarlo en manos para mirarlo, una amarga sonrisa se formó en sus labios mirando al peluche, volvió a su silla sin despegar su mirada del peluche borrando de a poco su sornisa, como la extrañaba y le dolía el pecho de pensar que no quería verlo más

Y no sabía porque tenía un mal presentimiento, odiaba cuando tenía ese mal presentimiento pues nada bueno se aproximaba, desvío su mirada del peluche un momento pensando en que posiblemente sería que Emiliano le haría algo a su auto nuevo, pero cuando miró el peluche de nuevo ese presentimiento creció y la castaña se le vino a la cabeza, ¿Tendrá problemas?, No lo sabía y no podía irse para averiguarlo, como odiaba no poder hacer nada.