•❅───✧❅ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 4 ❅✧───❅•

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꧁꧅ 𝓗𝓮𝓻𝓶𝓸𝓼𝓪 𝓬𝓸𝓲𝓷𝓬𝓲𝓭𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 ꧅꧂








Miraba con las cejas fruncidas a la joven que había ido a la clínica dramatizando por una pequeña herida en su dedo meñique, se preguntaba porqué tenía que ser tan escandalosa por una simple herida en su dedo, no era como si se fuera a morir desangrada o que su dedo se le fuera a caer, además, ¿Por qué ir a la clínica?, Si en casa podía atender una herida así, sabía que lo hacía sólo porque quería verlo y la verdad no le gustaba que las chicas se hicieran daño de ese modo sólo para ir a verlo a la clínica

Soltó un suspiro y buscó alcohol, algodón y una bendita, volvió con la chica que seguía llorando falsamente diciendo que su dedo se le iba a caer o que se iba a morir por perder tanta sangre, Mirio sólo rodó los ojos antes de mirarla y con una sonrisa falsa le pidió que se tranquilizara, la chica paró de llorar mirando a Mirio con un puchero que a Mirio no le agrado mucho, pero aún así le sonrió, le hecho alcohol al algodón y tomó con delicadeza la mano de la chica haciendo que ella se sonrojara un poco, paso el algodón por la herida y al terminar le colocó la bendita

—Ten más cuidado para la próxima, así no tendrás que venir aquí

—Je, claro, gracias doctor —mordió su labio queriendo parecer sexy pero para Mirio le resultó algo asqueroso

—De nada, puedes retirarte

—Gracias —se bajo de la camilla y se acercó a Mirio para depositar un beso en su mejilla —Esto es para usted —le dió un papelito y 200 yenes —Por salvarme la vida

Y sin dejar que Mirio le dijera algo salió del consultorio dejando a Mirio confundido, observó bien el papelito y se dió cuenta de que era el número de la chica, pronto hizo bolita el papelito para tirarlo al bote de basura, y los 200 yenes los echo a su bolsillo del pantalón, se sentó en su silla giratoria justo cuando entro Emiliano al consultorio mostrandole a Mirio unas hojas, este lo miró con el ceño fruncido queriendo saber que eran esas hojas y cuando Emiliano le pidió que leyera lo que contenía esa hoja Mirio pronto comenzó a leer

No podía creer lo que esos papeles decían, estaban solicitando dos doctores hacía Tokio para atender el hospital de la ciudad, y el encargado de la clínica pedía a Mirio y a Emiliano para que fueran a Tokio, no podía creer que su sueño de irse a la ciudad para ser un buen doctor se haya hecho realidad, y por supuesto que no iba a desaprovechar la oportunidad de irse a la ciudad, sentirá un poco feo dejar su pueblo y a las personas que ama, extrañará esas mañanas tomándose un café tranquilamente con Emiliano mirando el amanecer desde la entrada de la clínica, pero su sueño era más importante

—¿Te irás verdad?

—Por supuesto, ¡No puedo desaprovechar esto!, Es lo que siempre quise y ahora que tengo la oportunidad no puedo desaprovecharla y tú irás conmigo

—¿Estás loco?, No puedo irme, yo.... No quiero irme

—¿Por qué?, ¿A qué le tienes miedo?, Allá ganarás mejor que aquí, y serás un buen doctor, tú también quieres ser un buen doctor y esta es tú oportunidad

—Lo sé pero..... Ahs no sé que hacer, me iré sólo si tú te quedas a mi lado todo el tiempo, ¡Nos iremos a la ciudad!, No es lo mismo que aquí y tengo un poco de miedo

—Tranquilo, estarás conmigo no te preocupes

—Bien, siendo así sí me voy contigo

—¡Genial!, Avísale al señor Cruz que sí nos vamos

Emiliano hizo una reverencia y salió del consultorio, Mirio volvió a leer la hoja que Emiliano le había dado  y sonrió mostrando sus dientes sin poder creerse que se iría a la ciudad, quizás Emiliano tenga razón con que en la ciudad no sea lo mismo que andar en el pueblo pero se irán acostumbrando y vivirán bien como si hubieran nacido allá, además de que estando juntos no podría pasarles nada, se ayudarán entre los dos y todo estará bien.

𝓗𝓮𝓻𝓶𝓸𝓼𝓪 𝓬𝓸𝓲𝓷𝓬𝓲𝓭𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 ~ 𝓜𝓲𝓻𝓲𝓸 𝓣𝓸𝓰𝓪𝓽𝓪 𝔂 𝓽𝓾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora