Capítulo XIV

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Ya amanecía los rayos del sol se filtraban por la ventana, y ahí estaba la pelirrosa con sus ojos abiertos, no pudo dormir en toda la noche. Y como iba a dormir, si cada vez que cerraba los ojos las imagines de ella entre los brazos del Uchiha se le repetían en su mente impidiendo consiliar el sueño.

Se sentía de una manera extraña que no podía explicar y eso la frustraba más, ahora sí que más que nunca quería irse de ahí tenía que hacerlo, y si volvía y caía? No!. No podía permitir eso.

Se fue a darse un baño, tenía que ir a la cocina a comer algo pues la noche anterior ni siquiera cenó, después de lo sucedido no quería salir de la habitación y mucho menos encontrarse con él.

Mientras el agua corría por su cuerpo cerró los ojos y otra vez volvieron esas imágenes pero esta vez la pelirrosa abrió sus ojos de repente y su cuerpo se tensó.

-¡Mierda! - dijo alarmada, de inmediato salió de la ducha, envolvió su cuerpo en una toalla y fue a la habitación a buscar ropa, se puso lo primero que vio y salió disparada del lugar.

Iba prácticamente corriendo por los pasillos hasta que llegó a aquel lugar y bajó las escaleras a toda prisa, al llegar a la enorme puerta la abrió y entró y se puso a buscar como loca. Pues había caído que no habían usado protección y lo que menos quería era salir embarazada del Uchiha.

-Por favor, por favor - decía con súplica mientras buscaba.

Recordó que cuando Suiguetsu la llevó ahí había visto plantas medicinales, solo rogaba al cielo encontrar algo que le sirva. Busco y busco y para su fortuna encontró.

Suspiró de alivio - menos mal, lo único que me faltaba, quedar embarazada de ese imbécil.

Salió del laboratorio y se fue a la cocina de inmediato a hacer el té, puso una pequeña olla con agua a hervir con las plantas que había encontrado, mientras esperaba alguien entró al lugar.

-Oh Saku! Buenos días - saludó Suiguetsu.

La chica se puso un poco nerviosa.

-Ho- hola Suiguetsu, buenos días.

-Qué haces? - se acercó a mirar - estás haciendo té?

-Eh.. S- si, es que... no me encuentro bien del estómago y esto me aliviará - sonrió con nerviosismo.

-Te encuentras bien? - dijo poniendo una mano en su frente.

-S- si, estoy bien.

-Y por qué estas sudando?

-N- no es nada, y- ya se me pasará.

Suiguetsu la miraba extrañado pues se estaba comportando de manera extraña, la veía nerviosa y algo tensa.

En ese momento entró a la cocina el azabache, frunció el ceño en cuanto vió la cercanía entre ellos.

Los dos se separaron en seguida cuando notaron su presencia, la pelirrosa salió disparada de la cocina evitando cruzar mirada con él.

El Uchiha se acercó a Suiguetsu con una mirada bastante amenazante cosa que puso nervioso al peliblanco.

-No vuelvas a acercarte a ella de esa manera.

-Pe- pero si no hice nada, solo comprobaba como estaba, dijo que no se sentía bien.

-Me importa una mierda - replicó - no lo vuelvas a hacer.

Sin más salió del lugar estaba irritado, enojado por lo sucedido el día anterior y mucho más al ver como la pelirrosa lo evitaba.

Sakura se volvió a encerrar en su habitación su cuerpo temblaba y tenía el corazón acelerado ¿como era posible que con solo verlo su cuerpo reaccionara así? no lo entendía, se reprocha por eso.

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