10. Beso.

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Uzui Tengen:

Nada más llegar a la escuela, una chica vestida de maid nos repartió a cada uno de nosotros un panfleto con todas las actividades programadas y un plano de la escuela para que nadie se perdiera. Todos nos quedamos alucinados por lo vistosa que había quedado con adornos de papel de seda hechos a mano, globos de una veintena de colores, las banderas de los diferentes clubes y exposiciones al aire libre de las actividades que hacían los miembros de los mismos. Tómbolas y un buen puñado de puestos de comida. Incluso había una carpa bastante grande para una zona de videojuegos y otra destinada para los amantes del cosplay. Dentro de la escuela encontramos aulas en las que se celebraban concursos de karaoke, había tarotistas y supuestas pitonisas que te leían el porvenir en las líneas de la mano, en las hojas de té o en los posos de café.

—¡Esperadme un momento! —nos pidió Agatsuma mientras atravesaba una cortina azul media noche adornada con lunas, estrellas y constelaciones doradas pintadas a mano. Quince minutos más tarde, salía lloriqueando y maldiciendo amargamente a quien le hubiese leído la mano.
» ¡¿Cómo se atreve a decirme que como no abandone mi actitud de mujeriego acabaré vistiendo santos?! —gruñó verdaderamente molesto antes de volverse hacia Tanjiro— ¡Tanjiro, a que yo soy un verdadero caballero! El único problema es que no hay ni una sola chica fea, ¡todas son preciosas!
—A mí no me la das con queso y al adivino ese menos todavía, aunque no hay que ser un genio para adivinar que a ti te gustan más las faldas que a un tonto un lápiz —señaló Hashibira cruzando los brazos sobre el pecho.
—¡¿Cómo te atreves a soltar semejante barbaridad, cabeza de jabalí?! —replicó el de pelo amarillo con auténtico enfado.
—Llámame como te de la gana, pero la verdad es solo una y no la vas a cambiar por mucho que te encabezones —sentenció el otro.
—Mi corazón ya es propiedad de una mujer y esa mujer es Nezuko-chan —replicó Zenitsu con la cabeza muy alta y volviéndole la cabeza con una gracia que haría ponerse verde de envidia a cualquier modelo de anuncio de champú. Por su parte Inosuke, decidió ignorarlo haciendo un mohín al tiempo que ponía los ojos en blanco. Tanjiro seguía el intercambio negando con la cabeza mientras ponía cara de no estar muy de acuerdo con lo que se estaba diciendo.

Siguiendo el plano del colegio llegamos al aula de Senjuro y Nezuko, donde nos llevamos una enorme sorpresa. Por casi toda la clase había mesas agrupadas de a cuatro o incluso de a seis cubiertas con bonitos manteles y adornadas con centros florales, las sillas estaban cubiertas con fundas atadas al respaldo con lazos a juego con las tonalidades de las flores y al fondo del aula, frente a la pizarra, habían instalado una plataforma de madera cuyas esquinas también habían decorado de la misma manera.

Varios chicos y chicas vestidos como muñecas de porcelana charlaba amistosamente mientras tomaban té y dulces o se sacaban fotos posando encima de dicha plataforma. Los vestidos y trajes eran increíbles y  tan extravagantes que no podía quitarles el ojo de encima.
—¡Hermano! —exclamó Senjuro que se nos había acercado con una carta en la mano y una bonita servilleta de tela con los bordes rematados en encaje doblada a la mitad sobre el antebrazo izquierdo.— Me alegro mucho de que hayáis podido venir.
—¿Cómo me iba a perder algo así? —le preguntó Kyojuro con una sonrisa ilusionada. Luego el menor de los Rengoku, nos saludó y nos guió hasta una mesa donde nos tomó nota de lo que deseábamos tomar. Verdaderamente todos los Rengoku eran como malditas gotas de agua, pero mientras que Kyojuro era mucho más decidido y con una personalidad ardiente, Senjuro era la calidez y dulzura personificada.

De pronto una parte traviesa de mi cerebro se preguntó cómo estaría Kyojuro con una indumentaria parecida a la de su hermano. Solo de imaginar parte de sus piernas al descubierto se me hizo la boca agua. ¡Mierda, Tengen! ¡¿Te quieres comportar al menos por una vez en tu vida como una persona y no como un puñetero becerro?! Me reprendí a mí mismo sintiendo como me ardía la cara desde la raíz del pelo hasta las puntas de las orejas.
Poco después de que nos trajeran unos tés que olían de maravilla y sabían tres mil veces mejor acompañados por cupcakes y otros dulces caseros igualmente exquisitos empezó el espectáculo. Por la plataforma desfilaron muchos de los que habíamos visto posando y más tarde, cuando la mayoría de los clientes estuvieron servidos, los camareros, incluido el hermano de Kyojuro.

Las horas se nos hicieron rápidas como milésimas de segundo y cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos acompañando al resto de alumnos a la cancha de fútbol y baloncesto de la escuela donde veríamos fuegos artificiales. Mientras todos nos reuníamos y tomábamos asiento en las gradas había un agradable revuelo, pero un chasquido nos hizo guardar silencio. Un silbido y una explosión de luz blanco azulada,  el siguiente fue de un resplandeciente color fucsia, anaranjado… De pronto noté que Kyojuro se apegaba a mi cuerpo y giré la cabeza… para encontrarme con sus enormes ojos ambarinos resplandeciendo de ilusión y con las luces que estallaban en el oscuro cielo nocturno.
—¡Dios, Tengen! —jadeó eufórico volviéndose hacia mí— ¡Es lo más bonito que he visto en toda mi vida!
—Te equivocas, lo más hermoso lo estoy viendo yo ahora mismo —dije sin pensar y mi cuerpo se movió por voluntad propia. Mi mano derecha acarició su mejilla mientras me inclinaba sobre él.
Lo último que vi antes de cerrar los ojos y rozar mis labios con los suyos fue como sus rostro se sonrojaba como si estuviese a punto de explotar al igual que los mismos fuegos artificiales.

Indecisión.

Timidez.

Torpeza.

Ternura.

Los labios de Rengoku se entreabrieron para dejar escapar un jadeo que logró que mi cabeza se pusiera a girar como una noria. Con mi mano libre lo tomé de la nuca al tiempo que deslizaba mi lengua dentro de su boca, para explorarla, saborearla… Sus manos me empujaron suavemente por el pecho haciendo que el beso se rompiera lentamente.
—Tengen… —jadeó con la respiración agitada— hasta hoy no he besado a nadie…

Dosgatosescritores:

¡Aquí estoy de vuelta! Cómo echaba de menos escribir una de estas notas de autor. Me encanta este espacio donde me puedo dirigir a todos/todas/todes de tú a tú para daros las gracias todas las veces que haga falta por el cariño y apoyo que recibo.

¿Alguien estaba deseando ya que se besaran? Yo sí, pero no quería que se viera como una escena o una situación forzada y espero que a nadie le haya dado ésa sensación, ya que este beso pretendía que sucediese de la manera más natural posible aunque haya tardado una eternidad y media. 🙈

Por otro lado, las emociones no se han terminado. Digamos que con este capítulo empieza quizá una de las partes más intensas de la historia, espero que los capítulos que se vienen os gusten tanto como hasta el momento.

Sin mucho más que decir para que no se me escape ni un solo spoiler me despido de ustedes hasta dentro de muy poquito y deseádoos toneladas de cosas buenas y felicidad.

El Umbral del Yo. (Tinta y Fuego. Libro III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora