Capitulo 14

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Profesor.

Llegué al bar el Royal Family, entre está vez sin ningún problema me senté en la mesa 7 y espere a que llegara el perro y la rata, el mesero me preguntó que quería de tomar pero solo le pedí un vaso de jugó me miró algo extrañado y se fue la segunda regla de un asesino es no beber antes de divertirse el alcohol te hacé torpe y si eres torpe, dejas pistas y las pistas lleva a la policía justo a tú escondite, el mesero llegó con mi juego me dí mi tiempo para acabarlo, pasaron al rededor de 15 minutos cuando veo entrar al perro y la rata, una sonrisa se asomó por mi boca, se sentaron y pidieron un vaso con agua.

— Llegaron.

— Por fin vamos a salir de casería los tres la rata escurridiza y mi amigo el sospechoso, a hora vámonos que en una hora llega la policía, hay una redada para éste lugar.

— Entonces que esperamos.

— A que tú te le levantes.

Salimos del bar y fuimos en la camioneta del la rata escurridiza a un a casa abandonada.

— Hermoso lugar.

— Gracias puede sentirse como en casa.

— Sí y nuestra víctima?

— La escogí por ustedes una chica y un chico los dos de 20.

— A eso le llamó ser eficiente.

— Nuestros amigos nos esperan en el sótano.
Bajamos al sótano y estaba un chico amarrado y dormido.

— Y la chica rata?

— Espera la chica está detrás de esa puerta esperando por ti perro.

Después de que se fueron, tomé el escalpelo, me acerque al chico y lo pasé por su mejilla, podía escuchar sus gritos ahogados por la cinta que cubría su boca, odiaba su cabello era idéntico al de Annelise el chico lo tenía algo largo, lo tomé por la cara y comenzé a cortar su cuero cabelludo nadie podía tener ese cabello solo ella, al terminar de desprender todo su cabello, ví sus manos, se parecían tenerlas igual así que le arranqué las uñas y corte algunos de sus dedos, me detuve un momento para ver qué había hecho con el chico, seguía vivo, no esperaba que siguiera con vida, tomé un cuchillo el más fino que tenía en mi estuche, mis manos temblaban nunca me había ocurrido, sentía rabia en el fondo de mi alma, sin pensarlo y sin mirar atrás, comenzé a apuñalar lo, lágrimas recorrían mi cara sin cesar, no paraba de clavar el cuchillo en su pecho mi único pensamiento era Annelise solo ella, la amo ya no voy a negarlo es más que evidente, ella puede darme todo lo que está droga ya no puede darme, sin darme cuenta Annelise ya está acabando con mi vida así como yo lo hago con este chico, me detuve, miré mis manos ensangrentadas y el cuerpo del chico fuí hasta el lavado, las lave, caminé hasta la puerta y la abrí sin tocar lo que ví no me gusto.

— Es en serio? En esto se les va el tiempo?

— Que esperabas? Una mejor actuación.

— No comparto la idea de violar a una chica y ustedes lo saben.

— Relájate un poco amigo.

— Ustedes desaparecen el problema?

— Sí, claro.

— Muy bien yo me tengo que ir mañana tengo que dar clases.

— Muy bien puede irte y así no tenemos interrupciones.

Me fui del lugar para mí el título de asesino no es para cualquiera violar y matar es de clase rebajada pero asesinar para ver cómo corre la sangre y escuchar las súplicas eso no tiene precio, podría decir que me puedo auto denominar un asesino de la vieja escuela, llegue a mi departamento y encontré otra nota debajo de mi puerta " obtuve la mejor calificación para idiomas" eso me alegra mucho guarde la nota junto con las otras, cambié las sábanas y me acosté en la cama, mire mi laptop la tomé y comenzé a observar a Annelise para poder tener mi dosis diaria de está nueva droga, primero la pruebo y después de unos meses seré adicto a ella.

Obsesión Mortal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora