XXXI

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Baekhyun estaba doblando la ropa mientras esperaba a que Chanyeol volviera; a pesar de que no volvió a saber nada sobre aquel alfa que estuvo a punto de abusar de él, aquella noche, realmente seguía teniendo miedo de él.

Mientras mira las camisas de su alfa, se puso a pensar en lo que Chanyeol le había dicho, que Sehun podría pelear por él para tenerlo. En realidad, jamás se le había pasado por la mente, ya que Sehun le había dejado en claro que no lo quería en lo más mínimo.

Llevó una mano a su vientre hinchado y mordió su labio inferior; sabía que si a Sehun se le ocurría reclamarlo y ganaba, entonces sus pequeños perderían la vida tal como las reglas lo indicaban. Estaba preocupado por lo que podría pasar.

—Baekhyun.

El omega puso una mano en su cadera y se levantó para empezar a caminar lentamente hasta la puerta dándose cuenta de que no había nadie, así que simplemente frunció su ceño intentando percibir algún aroma, pero su nariz no captó nada.

Suspiró y se dio la vuelta para seguir doblando la ropa, pero algo lo alertó, sus orejas se movieron y su corazón se removió. Por un momento, su respiración se volvió pesada, así que puso una mano en la pared para luego inhalar profundamente.

—Baekhyun ¿Estás bien?

—¡Ah! —gritó cuando escuchó la voz ajena y tocó su pecho.

—¿Paso algo? —el alfa levantó su ceja al ver cómo Baekhyun estaba pálido— Parece que hubieras visto algún espíritu.

—Lo siento, Chan, solo estoy algo nervioso —cerró sus ojos cuando se tranquilizó y luego se acercó al otro para abrazarlo.

—Tranquilo, ya estoy aquí —dijo suavemente al sentir el aroma a temor de su pequeño omega—, trata de calmarte, tus nervios podrían dañar a los bebés —empezó a frotar la espalda de Baekhyun.

—Lo siento —luego de un momento se separó y bajo la mirada a su barriga—, desde ya estoy siendo malo con mis cachorros.

—No digas eso, quizá el embarazo te tiene un poco más nervioso, es todo —murmuró para luego tomar la quijada del omega y besar sus labios dulces.

—Supongo —hizo un puchero y levantó su mirada—, es que un poco antes de que vengas, alguien me llamó.

—¿Te llamó? —levantó su ceja, mirándolo con preocupación.

—Sí, dijo mi nombre, pensé que eras tú y por eso estaba junto a la puerta —empezó a explicar mientras formaba más pucheros.

Chanyeol se quedó en silencio, ya que antes de llegar a la casa le había parecido ver a alguien corriendo, pero supuso que solo era alguna persona que pasaba por ahí, por lo que no le tomó importancia hasta ahora.

—Tranquilo, seguro no era nada —volvió a darle un beso.

—Quizá —asintió y finalmente empezó a deshacerse del temor—, por cierto ¿Qué tienes en esa mano? —señaló el brazo del alfa, que se encontraba escondido detrás de su espalda.

—Oh, esto —sonrió y enseñó su mano la cual sujetaba una caja pequeña de color negro y más arriba estaba una funda de papel color rosa—. Es un regalo para ti, son unos dulces que me vendió un mercader de otro pueblo.

—Oh, que bien —empezó a aplaudir suavemente y con unos ojos brillantes, tomo las cosas—. Gracias, alfa —agarró un dulce de la bolsa y dio saltitos, feliz.

—No te preocupes, mi hermana dijo que a los omegas embarazados les gusta mucho lo dulce —mencionó y luego se puso contento, ya que Baekhyun parecía haberse olvidado de su temor.

Agonía De Un AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora