Bakugou
La flor nunca llegaba tarde. No estaba programada para ese tipo de comportamiento tan "descortés y malo", según sus palabras.
Lo sabía porque había llegado dolorosamente antes que ella al vagón de tren.
Había llegado 20 minutos antes de la que normalmente llegaba con ella.
No quería encontrarla en el vagón, así que salí antes de mi casa, tenía que empezar a poner un límite entre ella y yo.
Ya en el salón esperé a que apareciera su cabellera rosada por la puerta, pero eso no pasó en los siguientes 20 minutos.
Mierda.
Estaba lloviendo a cántaros y ella es muy torpe y pequeña.
—¡Había mucha gente en el vagón, creí que moriría asfixiada!
—¡Yo, me sentí muy varonil al recibir tantos elogios!
Carajo lo había olvidado.
De seguro a la flor la estuvieron acosando en el metro y no estaba ahí para protegerla
Apreté la mandíbula al pensar en otras cosas, cada una de ellas peor que la anterior, que podrían pasarle a la flor.
Sabiendo de mano propia que ella es bastante torpe para captar algunas cosas.
Mantenía la cabeza baja, ya habían pasado más de 20 minutos y todavía no llegaba.
El chirrido de la puerta hizo que levantara la mirada velozmente, pero solo era el profesor.
—Buenos días —saludo pesadamente.
Da igual. No es que importara mucho si ella no iba a venir.
Sin embargo, en caso de que llegará, debía de ser fuerte y mantenerme alejado de la flor.
O eso suponía...
Hasta que entró por la puerta y la vi de nuevo. Me engañé pensando que siquiera sería capaz de hacerlo.
Sin más, rápidamente dirigí mi mirada al pizarrón, sentía que si la veía y cruzábamos miradas perdería totalmente ante ella.
—Lamentamos llegar tarde.
¿Lamentamos?
Aun así, no me voltea a ver con quien estaba. No bastó mucho, después de que ese bastardo pronunciara:
—Permiso.
Para reconocerlo al instante.
Era el bastardo, mitad mitad.
Una ola de puro pánico recorrió mi espalda. Algo más también. Algo que sabía mucho a traición. Lo que en realidad no tenía sentido. Cuando se trataba de la flor, no tenía absoluto derecho a sentirme traicionado o abandonado.
Tampoco quería que esas emociones causaran estragos en mi cabeza o peor aún en mi pecho.
¿Se habrán encontrado en la entrada o fue desde el vagón?
La flor trató de conectar sus miradas, lo supe porque sentía su pesadez encima de mí, pero permanecí ignorándola.
Cuando por fin se sentó en su lugar enfrente de mí, pude ver que tenía varias bolsas de regalo con estampado de corazones y demás cursilerías.
¿Quién se las habrá dado, el idiota o alguien más?
Carajo, no, no debo pensar en ella, debo poner distancia.
Estás bien, me dije. Ignora esa sensación estúpida y aplastante que no tienes por qué sentir y presta atención a la lección de hoy.
Y así fue hasta el almuerzo, que salí deprisa para evitar chocarme con la flor.
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𝑵𝒐 𝒎𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 -𝓑𝓪𝓴𝓾𝓰𝓸𝓾 𝓗𝓪𝓽𝓼𝓾𝓴𝓲
FanfictionKobayashi Kiyomi tiene una cara bonita que hace que voltees a verla. Bakugou Katsuki tiene una cara que causa temor hasta en los más pequeños. Kiyomi tiene una personalidad alegre y adorable. Katsuki tiene cara de molestia la mayor parte del tiempo...