Giyuu Tomioka estaba contenta con su vida atendiendo la floristería de su incapacitada tía, hasta que accidentalmente es arrastrada al mar y al mundo de las sirenas, quedando ella y otro chico atrapados en una maldición que solo permitirá que uno so...
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Giyuu estaba dedicando su tiempo en el mostrador a escribir y escribir en una libreta todo lo que sabía con respecto a la maldición, la abstinencia de agua, el Poseidón, etcétera.
Hasta que alguien le cubrió los ojos.
—¿Quién soy?
Inmediatamente apretó el lapiz y torció la boca.
—Tengen, no es momento para juegos —reprochó de mala gana.
Kyojuro estalló en carcajadas mientras descubría los ojos de la muchacha, quien se sonrojó al percatarse de quién eran las manos.
—¿Qué...?
—¡¿Por qué te enojaste cuando sospechaste que era yo?! —gritó el de cabellos platinados, claramente ofendido.
—¡Ya dejen de jugar, los dos!
—¡Perdón, perdón!
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—¿Qué no está cerrado hoy? ¿Por qué sigues trabajando?
—porque gracias a ti, mis horas se vieron considerablemente reducidas ayer. Así que es un buen momento para remontar.
—buenop, diviértete. Tengen fuera.
Giyuu lo agarró de la camisa.
—si te vas a quedar bajo mi techo, vas a tener que ayudar por aquí también.
El muchacho le sonrió de forma ladeada.
—lamento romperte las ilusiones, muñeca. Pero es probable que destruya tu tienda, ¿recuerdas?, quizás sea mejor que no haga nada.
—y por eso, Kyojuro te va a vigilar y a enseñar. Puedes empezar por algo fácil... como limpiar las ventanas... —dijo, tendiéndole un trapo—. Si me necesitan, estaré adentro.
—¿siempre dejas que te mande así? —Kyojuro se encogió de hombros.
—técnicamente, ella es la jefa. Además, eso es parte de Yuu, es buena orquestando estas cosas.
—estoy bastante seguro de que esa no es la única "parte" de ella que te gusta.
—...voy a fingir que no escuché eso... Dame un momento, ya regreso.
