—no tienes que mover los brazos, solo usa tu aleta, nos retrasas.
—lo siento, es un habito. Acostumbrarse es más difícil de lo que parece... y aún sigo aguantandol la respiración aunque no lo necesito...
—sí, como sea. Solo apresurate, babosa marina. No tenemos todo el día.
Giyuu lo observó con cansancio. No sabía si era idea suya, pero Tengen estaba siendo incluso más grosero que de costumbre.
Aunque no le sorprendía del todo. Lo conocía desde hace menos de un día, quizás ya estaba mostrandole su verdadera naturaleza.
Ni modo, tendría que acostumbrarse.
Por su parte, Tengen tenía otras cosas en la cabeza. Torcía los labios y chistaba cada que recordaba el brillo del corazón de la muchacha.
Todos los corazones que había visto brillar hasta el momento lo hacían en azul, era confuso, puesto que era la segunda vez que el corazón de Giyuu brillaba en tonalidades doradas, ¿Qué se suponía que eso significara? No tenía sentido. ¿Qué relevancia tendría con la maldición?
O quizás... ¿Podría ser que la relación de Giyuu y Kuojuro fuera la causante de que la maldición no funcionara?
Por que hasta donde sabía, no había nada relativamente especial en esa mujer.
La miró de soslayo.
No había ningún motivo claro que explicara por qué la maldición no funcionó.
Ella le sonrió levemente y él se limitó a sacarle la lengua solo para molestarla y se volvió a girar.
Necesitaba respuestas.
Pero por sobre todo, su corazón brillante no iba a ser más que un problema, pues podría atraer a otras sirenas. Así que debían moverse rápido o correrían peligro.
Desde la superficie es fácil olvidar la conmoción que abunda en las profundidades del océano.
Es tan vasto y lleno de belleza y vida, pero abundaba el silencio y la desolación también.
Giyuu se preguntaba si esa era la soledad que las sirenas solían sentir con frecuencia...
—Oye, Tengen... me he estado preguntando, ¿Desde hace cuanto eres una sirena?
—no lo sé. Tiendes a perder el paso de los días, meses y años cuando solo estás vagando por los mares sin sentido... y estás haciendo lo de los brazos otra vez.
—lo siento. Y... ¿Estuviste solo todo este tiempo...? ¿Hay muchas sirenas aquí?
—oye. Deja de intentar sacarme plática de una vez y concentrate en nadar, ¿Quieres?
—bien. Mientras tanto, quizás puedas concentrarte en arreglar esa mala actitud que te cargas.
Los ojos granate de Tengen se pusieron en blanco.
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El Lamento De La Sirena | | K N Y | | A U | |
FanfictionGiyuu Tomioka estaba contenta con su vida atendiendo la floristería de su incapacitada tía, hasta que accidentalmente es arrastrada al mar y al mundo de las sirenas, quedando ella y otro chico atrapados en una maldición que solo permitirá que uno so...