la visita y el deseo de querer

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Honoka– ¿qué? [¡¿Porque está abrazando a Umi Chan?!] -su mirada poco a poco se volvia amenazante.

Umi– ¿puedes soltarme por favor Kanzaki San?

Kanzaki– ¿Eh? Claro que si, jeje. Lo siento mucho, es que es una sorpresa verla.

Umi– bueno, yo también digo lo mismo, me sorprende mucho saber que conozcas de mi.

Kanzaki– si, es que la razón es...

—¿que no deberías irte ya Kanzaki San?

Kanzaki– ¿Eh? ¿Que?

Umi– ignora lo que dijo. ¿Porque es que me conoces?

Kanzaki– ah, si. La razón es que... Yo crecí viéndola, considere que yo la vi muchas veces en la competencias de Kendo y... Me volví su fan, ahora estoy en ultimo año de preparatoria.

Umi– oh, entiendo.

Kanzaki– sí, y me enteré de que había abandonado el kendo en segundo año de preparatoria, aunque, al año siguiente regreso, pero, yo queria verla, ya que algunos conocidos hablaban maravillas de él dojo de su padre y de su heredera y única hija.

Umi– ¿única hija?

Kanzaki– si...

—oh, será mejor que te vayas ya Kanzaki, porque... Allí vienen los reporteros.

Kanzaki– ¿Eh? ¿Que?

—dijiste que tenias que irte antes, pero no lo hiciste, que mal.

Kanzaki– bueno... -los reporteros la rodearon. Oigan yo...

—adiós Kanzaki San. -tomó la mano de Umi y se la llevó de ahi.

Umi– ¡Honoka que haces!

Honoka– nada Umi Chan, solo te estoy protegiendo de que no te hagan nada o traten de hostigar te.

—¿hostigar me? ¿Porque me hostigarian?

Honoka– bueno, ya lo sabes, por el love live, podrían reconocerte y...

—¿reconocerme? ¿Porque podrían? Eso ya pasó hace mucho tiempo, mucho lo entiendes, hace más de cinco años.

Honoka– si, pero...

—Honoka, no trates de decir ridiculeces, mejor vamos a casa, y a eso me refiero, a las nuestras.

Honoka– ahhh... Entiendo.

Al día siguiente, por la tarde.

Umi– vaya que si fue un día muy ajetreado, aunque, Maki si que fue muy estricta esta vez. ¿Eh?

Kanzaki– ¡ah! ¡Por fin la encuentro!

—¿Eh?

Kanzaki– ah, lo siento, es que... Estaba buscando su casa osea el Dojo, quería... Bueno, verla.

—ahhh... Bueno, pasa entonces.

Unos minutos después.

Umi– aquí tienes. -le da una taza de té y dulces.

Kanzaki– gracias, ¿Sabe? me alegra mucho estar aquí, jeje.

—oh, que bien, pues, Entonces, ¿Para que querías verme?

Kanzaki– ah, bueno, pues... para nada en especial, solo quería poder hablar un poco con usted. Como recién acabo de salir de la escuela, pensé en venir aunque sea unos pocos minutos, lo pensé detenidamente. y al final, me decidí, aunque no fue nada fácil evadir esos paparazzi. Ellos si que no me dejan en paz.

te quiero a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora