12. El reloj

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Nos quedamos en la cama mientras jugaba con su pelo y él me hacía pequeñas caricias en el estómago, era un momento de paz dentro de todo este caos. Me sentía afortunada ya que siempre me dijo que odiaba que le tocasen el pelo, recordando aquel día en que quedé con él para ir a cenar a "Fosters"
Era de noche, habíamos quedado para hacer algo diferente, después de clase quedamos en "Fosters", una hamburguesería pero con unas hamburguesas enormes, sitio que frecuentaba mucho con su club.
-Yo voy a pedir una "Texas con cheddar" con doble carne, ¿y tú?
-Yo creo que pediré una "muerte por queso", tiene buena pinta y el queso nunca defrauda. -comenté mientras me imaginaba mi gran hamburguesa.
Eddie llamó al camarero, pidió para los dos y nos quedamos hablando de su día en el instituto y mi día de trabajo.
-Hoy vino a la heladería un señor con su gato, eran tan adorables y el gato era tan gordiflón que parecía achuchable, aunque no tenía cara de quererlo. Pidió un helado sin azúcar para el gatito y uno de fresa para él, creo que cuando sea mayor seré ese señor.
-Los gatos no son mi fuerte, me gustan más los perros, son extraordinarios y me encantaría tener uno, pero mi tío no me deja. -dijo con un tono de frustración.
-A mí seguramente se me olvidaría darle de comer porque soy muy despistada, no sería una buena dueña. -Eddie me dio la razón, él sabía perfectamente lo olvidadiza que era.
-No sé cómo puedes vivir sola.
-Me las apaño. -mientras veía a Eddie como se arreglaba uno de sus anillos, vi que en su pelo había un trozo de una hoja seca. -Eddie, tienes algo en el pelo.
-¿Dónde? -empezó a tocárselo pero no lo notaba.
-Acércate, te lo quito en un momento. -Eddie se acercó a mi sitio y pude quitárselo con más facilidad. -¿Ves?, ya estás mucho mejor. Tienes un pelo muy suave.
-Gracias, eres una de las afortunadas que puede tocarlo. -habló mientras hacía un movimiento con las manos haciendo saltar por los aires su pelo. -Nunca dejo que nadie me lo toque.
-Guau, entonces, ¿eso me convierte en la excepción?
-Por supuesto, tú puedes tocarme el pelo cuando quieras, eres la única que puede tocarlo.

-Mierda, siempre estuve ciega. -sin darme cuenta lo dije en alto. Eddie se sobresaltó, levantó su cabeza de mi pecho y me miró.
-¿Ciega? ¿Por qué?
-Estaba tocándote el pelo y me acordé de ese día cuando me dijiste que sólo yo podía hacerlo, una persona normal se le saltarían las alarmas de que ahí pasaba algo, pero yo no vi nada, necesito un oculista. -Empezó a reírse de mi comentario y después de una pausa me contestó.
-Siempre pensé que éramos los hombres los que no entendíamos las indirectas, no vosotras.
-Bueno, sorpresa, soy de las que no se enteran, aunque bueno, sospeché cuando Dustin me lo dijo.
-¿Dustin te dijo algo? -preguntó confundido.
-Sí, me dijo que yo te gustaba, y también tus amigos de tu banda me miraron sorprendidos cuando tú dijiste mi nombre.
-Cabrones... no les puedo decir nada. -se tapó la cara con sus manos y las arrastró hacia abajo. -les juré que por favor no hiciesen nada raro.
-Pues parece ser que no lo cumplieron, aunque gracias a Dustin empecé a recapacitar y pude pensar y encontrar la respuesta a tantas preguntas que me hacía. Deberías de agradecérselo. -Eddie frunció el ceño y empecé a carcajear. - De verdad, un gracias no estaría mal.- de pronto, el walkie-talkie habló, era Dustin, no podíamos nombrar a nadie.
-_____, ¿estás ahí? -habló preocupado.
-Si, si, seguimos aquí los dos, ¿qué ocurre?
-Te necesitamos, creo que hemos averiguado algo sobre Vecna, estamos en el instituto, ven lo más rápido que puedas.
-Salgo en nada, esperadme. -acto seguido, cogí mi ropa y me vestí lo más rápido posible, dejando a Eddie en la cama de Rick.
-Oye, ¿no se te olvida algo? -me habló Eddie.
-Creo que no, ¿por? -él se levantó y me depositó un beso que duró unos segundos, se puso su ropa y me acompañó hasta la salida. -Yo me quedaré en la cabaña, así que no te asustes si no me encuentras en la casa, ten cuidado.
-Lo tendré, no te preocupes, me acostumbraré a que me des un beso de sorpresa. -me despedí con una sonrisa y conduje con mi bicicleta al instituto Hawkins.

Llegué a un aparcamiento vacío y un letrero cerca, " Hawkins Middle School", dejé mi bici cerca de la entrada, entré al instituto y cogí el walkie-talkie de mi mochila, pero antes de hablar, vi a dos chicas entrando con un par de linternas hacía mí.
-_____, ¿a ti también te han llamado? -habló Robin agitada. -Por cierto, esta es Nancy, Nancy esta es _____.
-Sí, Dustin me llamó, encantada Nancy, aunque no es un buen momento para conocernos.- Nancy me dio la razón y salimos corriendo las tres mientras mientras que ellas me daban las indicaciones por donde ir, cruzamos hacia la izquierda y encontramos a Steve, Dustin y a Max mirando fijamente a una pared.
-Era tan real, y luego, cuando me acerqué, de repente me desperté. -recitó Max mientras seguía clavada en el piso.
-Max, ¿qué ha pasado? ¿Alguien me puede explicar? -dije alterada mirando a todos.
-Era como si estuviera en trance o algo así. Igual que Chrissy según dijo Eddie. -Dustin respondió a mi pregunta, a lo que me quedé mirándola a ella inspeccionando que todo estuviese bien.
-Y esa no es la peor parte, seguidme. -fuimos todos detrás de Max hasta una clase que parecía ser donde trabajaba la psicóloga del centro. Nos pusimos en corrillo mientras Max sacaba unos archivos.- Fred y Chrissy acudieron a la consejera Kelley. Ambos tenían dolores de cabeza, dolores fuertes que no se iban. También pesadillas, problemas para dormir. Se despertaba con sudores fríos. Luego empezaron a ver cosas. Cosas malas. De su pasado. Y estas visiones seguían empeorando hasta que, finalmente todo se terminó.
-La maldición de Vecna. -soltó Robin.
-Empezó a tener jaquecas hace una semana. Fred, hace seis días. Yo, hace cinco días. No sé cuánto me queda. Lo único que sé es que Chrissy y Fred murieron en menos de 24 horas después de la primera visión, y yo acabo de ver ese maldito reloj. -hizo una pausa y habló con un nudo en la garganta.- Parece que moriré mañana.
Nos quedamos todos en silencio, mi cara se tornó pálida, todavía no asimilaba las palabras de Max, ella no iba a morir, no quería creerlo. Tenemos que matar a Vecna lo antes posible. De repente escuchamos un golpe en los pasillos del instituto, todos miramos hacia la puerta asustados, nos miramos las caras aterrorizadas. Steve cogió una lámpara cerca de la mesa.
-Quédense ahí. -nos ordenó.
-No creas que vas a ir solo, voy contigo. -le dije mientras iba detrás suya. Nancy, Robin, Dustin y Max se quedaron en la clase.
Steve y yo fuimos por los pasillos con cautela, estaba todo oscuro y no veíamos nada, él llevaba una lámpara mientras yo estaba muy atenta a mi alrededor, por si tenía que usar mis poderes. Vi por detrás una linterna, era Dustin y las demás saliendo de la clase para ver qué pasaba. Escuchamos un ruido mucho más fuerte, Steve cogió con más fuerza aquella lámpara que tenía en sus manos y todos nos pusimos en alerta. De repente vimos a un chico de piel morena corriendo hacia nosotros, nada más verlo, alcé mi mano derecha e hice pararle en seco.
-¡No _____, es Lucas! -gritó Nancy.
-¡Mierda, ¿qué te pasa tío?! -gritó alterado Steve.
-¡¿Qué cojones ha sido eso?!
-Lo siento, Lucas, ha sido automático. -contesté.
-_____ casi te noquea con sus poderes, Lucas. -Steve intentó calmarlo, estaba hiperventilando de tanto correr.
-Me explicaréis el tema de los poderes más tarde, pero debo deciros que tenemos un código rojo.
-¿Qué? ¿Cómo qué un código rojo? -preguntó Nancy. Lucas se acercó jadeando a Dustin y lo agarró de los hombros.
-Dustin, estuve con Jason, Patrick y Andy. Están como locos, quieren capturar a Eddie, Y creen que tú sabes dónde está. Estás en grave peligro. -A esto último le presté mucha más atención que a los demás, ¿cómo que capturar a Eddie?
-Hey, espera, para el carro, ¿cómo que quieren capturar a Eddie? ¿Quien coño es esa gente?
-Son del equipo de baloncesto, creen que Eddie ha sido el culpable de matar a Chrissy y quieren hacer justicia por su mano. -no podía creerlo, es el mismo Jason del que me hablaba Eddie.
-Vale, está bien. Sí, eso es muy malo, pero tenemos problemas más grandes. -añadió Dustin y señaló con su cabeza a Max. Ella desvió la mirada de Lucas, el ambiente se puso tenso.
-¿Vale Lucas, y cómo Jason se ha enterado de todo eso?
-Le ha pegado una paliza a Gareth y les ha amenazado a todos. -Dios mío, Gareth...
-Lo siento chicos, debo de volver con Eddie. No sé cuándo vendrá y necesito estar ahí por si las cosas se ponen peor. Dustin, puedes hablarme cuando quieras por el Walkie-Talkie, siempre lo tengo en la emisora 1.
-No te preocupes _____, cualquier cosa te hablaremos. -me tranquilizó Dustin mientras me enseñaba su walkie-talkie.
-Max, te juro que no vas a morir mañana, tenlo presente. -miré a la pelirroja y ella me la devolvió con una mirada melancólica, me di la vuelta y salí corriendo a Forest hill, necesitaba un par de cosas.

Enchanted - Eddie Munson y TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora