14. Fotomatón

368 26 2
                                    

Nos tiramos los dos a la cama, podía ver el brillo de sus ojos gracias a los pequeños rayos de sol que se asomaban por la persiana. Aunque estaba todo oscuro, sus ojos iluminaban toda la habitación. Esta vez quise darle el beso yo, por lo que me acerqué a él cogiéndole suavemente su rostro en mis manos, era un beso suave y lento, sus manos me acariciaban la espalda dibujando pequeños círculos sobre ella haciendo que se me erizara la piel. De pronto me agarró e hizo ponerme encima suya, coloqué mis rodillas a cada extremo de sus caderas, ahora yo era más alta que él. Sus manos se fueron deslizando hacía más caderas, bajando lentamente hasta mi trasero, ese último movimiento me sorprendió, haciendo que diese un pequeño salto.
-¿Te ha molestado o algo? -preguntó Eddie preocupado.
-No, es solo que, esto para mí es nuevo, no era algo que esperaba que hicieses.
-Si no te sientes cómoda, puedo parar, no voy a enfadarme.
-Eddie, -agarré su cara e hice que me mirase- te recuerdo que esto es nuevo, nunca me había pasado nada parecido, nunca me habían tocado de esa manera, simplemente estoy un poco nerviosa porque no he experimentado esto todavía.
-Es que no quiero que te sientas presionada, no pasa nada si quieres que pare. -había visto en las películas que en estas ocasiones, las chicas se quitaban la camiseta haciéndolo ver cómo que querían seguir. Repetí el mismo proceso, quedándome solo en sujetador y mis pantalones, Eddie miró mis pechos y nuevamente me miró a los ojos, estaban llenos de lujuria. -Desde el primer día que te vi en ropa interior nadando en el lago, supe que eras la criatura más hermosa que había conocido nunca.
Nos seguimos besando y acariciándonos, podía divisar los tatuajes de su torso más detalladamente, aunque su imagen era de un chico malo y rudo, era totalmente lo contrario, se preocupa a por mí, por mi bienestar y felicidad, era un rayo de sol dentro de esa habitación oscura. Eddie empezó a quitarme mis pantalones, no sabía que llegaba después ya que siempre cortaban este tipo de escenas en la televisión, él tocaba cada vez más partes de mi cuerpo y el miedo se apoderó de mí, era mi primera vez y no sabía que hacer.
-Cariño, te noto tensa, ¿estás bien? -Eddie me miró preocupado nuevamente, me levantó y me senté en medio de la cama.
-Si, estoy perfecta, no te preocupes por mí de verdad. -intenté sonar tranquila y serena, pero él parecía notar todo lo contrario.
-Sé que es tu primera vez, y seguramente no hayas vivido nada de esto y quería que estuvieses cómoda, pero si no lo estás no voy a presionarte. - me sentía mal al no poder actuar como una chica de mi edad normal, el hecho de no ser lo suficientemente buena para él me carcomía mis pensamientos.
-Siento no poder darte lo que quieres, Eddie, yo... -Eddie me puso su dedo índice en mis labios haciéndome callar de golpe.
-Eres totalmente suficiente, _____, "prefiero vivir una vida contigo que pasar el resto de las edades sin ti".
-The Lord of The rings. -contesté a su frase haciéndole sacar una sonrisa. Nos tumbamos en la cama mientras daba pequeñas caricias en su pecho desnudo y él jugaba con mi pelo, estábamos en un momento de paz absoluto, solos él y yo, y nadie más. -Se me olvidó decirte, al entrar a tu casa, vi una foto nuestra que nos hicimos en el centro comercial, en un fotomatón.
-Dios si, la tenía guardada porque no sabía dónde ponerla. Cuando fuimos a ver Labyrinth al cine.
-¿Todavía lo recuerdas? -pregunté sorprendida.
-Claro que si, me lo pasé muy bien ese día contigo. ¿Tienes la foto cerca? -asentí y me levanté de la cama a buscarla en mi mochila, donde la había guardado con cariño, me senté nuevamente a su lado le di la foto y empezamos a analizarla entre los dos. - ásales tan graciosa en esta.
-No sabía que este tipo de aparatos saltaba un flash directamente a la cara- nos empezamos a reír, mi cara en la fotografía era totalmente blanca y con mis ojos cerrados, en ese momento me había quedado ciega. Se me ocurrió una idea para poder ver la foto mucho mejor. -Eddie, necesito que te sientes mirándonos frente a frente.
Eddie aceptó y se incorporó, estaba sentado con las piernas cruzadas y los brazos descansaban en sus rodillas. Cogí la foto y con mi mano sobrante, agarré la mano de Eddie.
-Voy a hacer que vivamos este recuerdo juntos, necesito que estés relajado completamente. -me miró curioso por todo lo que estaba haciendo.
-¿Cómo que vivir este recuerdo juntos?
-Confía en mí, ahora lo verás. -agarré la foto y su mano con fuerza y intenté darle la máxima atención a la fotografía, mi mente empezó a dar vueltas, todo era negro, empezaron a aparecer pequeñas nubes de recuerdos, había un pequeño túnel donde podía ver el día del centro comercial, ahí era. -Sígueme, Eddie.
-¿Dónde estamos? -preguntó mientras no paraba de mirar a todos los rincones.
-Estás en mis recuerdos, todo lo que ves aquí son momentos que he vivido a lo largo de mi vida. Ahí está el de la foto.
-¿Ese de ahí fue el día en que te socorrí cuando estabas con problemas de insomnio? -señaló al recuerdo que tenía bien guardado de aquel día en que me quedé en su casa a fumar por la noche y dormí con él.
-Si, lo guardo con cariño, aunque encontrarme con tu tío por la mañana me dio un poco de vergüenza, tengo que reconocerlo. -Eddie sonreía, veía todos los recuerdos que tenía guardados, todavía no se creía que estaba ahí. Lo conduje hasta al final del todo, donde se encontraba el que veníamos buscando. -Sujétate bien, vamos a entrar.
Eddie me agarró bien de mi mano y entramos, teníamos los ojos cerrados ya que la luz nos cegaba a ambos. Él miraba todo a su alrededor, parecía muy real.
-Dios, parece que estamos de nuevo en el centro comercial. Parece tan realista que puedo sentir el olor a ambientador de la tienda de al lado. -me quedé mirando su cara de niño pequeño con juguetes nuevos en navidad, estuvimos recorriendo todos los rincones hasta que nos topamos con el fotomatón, nos vimos caminando hacia él, Eddie no paraba de sorprenderse, nos señaló y se quedó mirándome. -Si, esos dos de ahí somos nosotros, nos podemos acercar, si quieres claro.
Eddie puso rumbo hacia nosotros, podíamos vernos como hablábamos sobre entrar al fotomatón, de repente todo nuestro alrededor se puso borroso, menos la figura de Eddie y la mía, se veían nítidamente.
-¿Por qué está todo borroso? -preguntó.
-Es porque estaba más atenta a ti que a cualquier persona. Por eso todo nuestro alrededor ya no es nítido como antes. -pude apreciar una sonrisa por su parte, nos quedamos observando a nuestros yos del recuerdo.
-Oye, hay un fotomatón por aquí cerca, cuesta un dólar, ¿vamos? -preguntó Eddie del recuerdo.
-Claro, no tengo ninguna foto contigo.
-Que sepas que me daba vergüenza pedirte que te hicieses una foto conmigo. -me habló esta vez el Eddie actual.
La camiseta que lleva hoy le queda demasiado bien a este chico, algún día se la robaré.
Me quedé tiesa, no recordaba que también mis pensamientos podían escucharse en los recuerdos, me tapé la cara de vergüenza y Eddie me miró mientras reía.
-¿Enserio me queda tan bien esa camiseta? -me preguntó mientras hacía unas poses raras con sus manos.
-No, negativo, nada que ver. Sigámonos hasta el fotomatón. -Eddie seguía riéndose por lo sucedido, caminamos unos metros más hacia delante, pudimos ver cómo nos metíamos en aquella máquina, era bastante estrecha para dos personas, por lo que tuve que subirme encima de Eddie. Tardaron solo unos minutos en sacar la tira de fotos, nuestros yos del recuerdo las recogieron de su lugar y se quedaron inspeccionándolas.
-Dios, mi cara aquí apesta. -dije mientras me reía de mi cara toda encandilada por culpa del flash.
-Te camuflas muy bien con el fondo. -le di un leve golpe en el hombro a Eddie, nos echamos unas risas mientras veíamos nuestros caretos. -Esta es mi favorita.
Eddie señaló una foto donde no se nos veía la cara, pero si nuestras manos, habíamos hecho un corte de manga hacía la cámara, parecíamos unos chicos malos.
Mientras veía la escena, vi cómo Eddie del recuerdo me miraba mientras no me daba cuenta, esa forma de mirarme con esos ojitos de cachorrillo, miré nuevamente a Eddie pero esta vez el actual, miraba la escena con un toque de melancolía, me di la vuelta ya que le estaba dando la espalda, le deposité un pequeño beso en su barbilla, teniendo toda su atención.
-Tenemos que volver a la realidad, sé que esto está muy bien, pero tenemos que irnos. -dije un poco apenada, sabía que él no quería volver a la cruda realidad.
-Está bien, ¿cómo se supone que volvemos? -cogí sus manos e intenté relajarme.
-Vas a sentirte un poco raro, tipo náuseas y pesadez, pero se te pasará rápido, agárrate bien. -Eddie asintió y cerramos ambos los ojos.
Sentimos nuestros cuerpos pesar un poco más de lo habitual, abrí mis ojos encontrándome a un Eddie pálido por culpa de las náuseas que ya le había advertido, seguía asimilando todo aquello.
-¡Esto es la hostia! Aunque si omitimos el momento de malestar, es la hostia. -Eddie no paraba de flipar por todo lo sucedido, parecía un crío.
-Pues es la segunda vez que lo he podido hacer, me sorprende que haya salido todo tan bien. -recordaba el momento en el que pude aprender a entrar en recuerdos a través de fotografías, pero nunca intenté traer a otra persona a un recuerdo.
Me di cuenta de que seguíamos sin apenas ropa los dos, por lo que nos volvimos a vestir y nos hicimos algo de comer, aunque era un poco tarde, bajamos a la cocina los dos y cocinamos unos botes de conservas que había en la despensa. Nos sentamos en el sofá del salón y comimos plácidamente nuestro plato.
-Cuando todo vuelva a la normalidad, volveré a llevarte otra vez al centro comercial y actualizaremos nuestra foto. -dijo después de un largo silencio.
-¿Y comeremos otra vez esas hamburguesas con salsa barbacoa? -pregunté animada, esas hamburguesas eran las mejores hamburguesas que había probado en mi vida.
-Por supuesto, son las mejores del mundo, es una parada obligatoria.

Enchanted - Eddie Munson y TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora