8. El culto a Vecna

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Llegué a la puerta de mi casa, me giré para ver la camioneta de Eddie, pero no estaba, habrá ido a visitar a Rick, o habrá quedado con alguien, bueno qué me importa, no soy su madre. Entré y guardé mi bicicleta nueva en la entrada para que nadie más me la robase, me tiré en el sofá y saqué un cigarrillo de la mesa, mientras le daba un par de caladas oí un coche llegar, me asomé por la ventana del salón, era el coche de Eddie, me apresuré al salir, le diría que participaría en la secta de Vecna para mañana. Salí en dirección a su casa y grité su nombre para que no entrase, me vio y me saludó, pero hoy lo veía diferente.
-Oye, ¿te ocurre algo? Te noto raro. -le pregunté dudosa.
-No, tranquila estoy bien, solo que estoy cansado. -hizo el amago de entrar a casa pero se lo negué atrayéndolo hacia mí.
-Eddie, sabes que puedes contarme lo que quieras, estoy aquí para escucharte.
-No de verdad, estoy bien. -su respuesta no me convencía del todo, pero no era un chico al que le gustase que insistiesen mucho con él.
-Por cierto, antes de que se me olvide, escuché que necesitas de alguien para mañana y me gustaría jugar con ustedes.
-¿Necesitamos a alguien? Que recuerde somos 7 en total, no recuerdo que nadie falte, ademas es imposible, mañana es el culto a Vecna y no podemos faltar. -se le notaban pequeños destellos del Eddie que conocía, obsesionado por D&D.
-Es que ha llamado un tal Dustin mientras fui a visitar a unos colegas y decía que mañana Lucas no podía ir porque tenía partido, entonces necesitaba un compañero que lo sustituyese ese día.
-¿Que Sinclair no puede ir? ¿Por el estúpido equipo de baloncesto?
-Bueno, no podrá aplazar el partido, supongo.
-¡¿Es más importante el partido que el culto a Vecna?! -me quedé observándolo un rato mientras se calmaba poco a poco, cuando se ponía así era mejor dejarlo un rato a que se relajase. -Si es así, puedes venir, claro, empezaremos sobre las seis de la tarde, en el instituto en la sala de ordenadores, le diré a Dustin y a Mike que te esperen en la puerta para que no te pierdas.
-Perfecto, nos vemos mañana.
-Que no se te olvide el cuadernillo de tu personaje, que sé que eres despistada. -le sonreí y él me devolvió su sonrisa, entró en su casa y yo me fui a la mía.

Salí del trabajo a las cinco y media, me dirigía al instituto, habíamos quedado todos allí en la sala de ordenadores. Había muchísima gente, hoy era el partido, me hubiese gustado ver a Robin con ese uniforme tan hortera y tocando con la banda.
Entré al instituto y vi a dos chicos con las mismas camisetas que llevaban ese día Gareth y Jeff cuando los vi entrar ese día en casa de Eddie, suponía que eran Mike y Dustin.
-Hola, siento por la tardanza, soy _____.
-Hostias, ¿eres la chica con los poderes de Once? -preguntó sobresaltado Dustin, a lo que acto seguido le tapé la boca.
-¿Cómo cojones lo sabes? No puedes decírselo a nadie. -le advertí.
-Espera, ¿cómo que poderes? -preguntó Mike.
-Esta era la chica de la que hablaba Steve, oye, ¿te llamas ____? Así que esta es la chica que le gusta Edd... -Mike esta vez le tapó la boca.
-¿Que le gusto a Eddie? -pregunté confundida mientras miraba la escena.
-No, es decir, es otra chica, no eres tú, por supuestos que no. -habló Mike.
-Exacto, no eres tú. -Dustin pensaba que sonaba muy convincentes, pero realmente no les creía a ninguno de los dos. Ignoré la conversación y pasé a adentrarme por aquel sitio, el pasillo era enorme y había muchísimas taquillas, estaba muy decorado este sitio. Mike y Dustin me guiaron hasta la sala de ordenadores, ahí empezaría la acción, estaban todos allí, los saludé a todos y abracé a cada uno, desde el concierto no los veía, me dirigí a Eddie que estaba sentado en una especie de trono de madera, me saludó con un abrazo corto y una sonrisa.
-¿Estas preparada?
-Siempre lo estoy, lo he aprendido del mejor. -le di un leve golpe en el brazo y me dirigí a mi sitio, saqué mi personaje y mis cuadernos.
Veía como Eddie montaba todo en una gran mesa, los demás se estaban preparando, me fijé que todos tenían puestas sus camisetas, menos yo. Me crucé de brazos y esperé a que todo estuviese montado para empezar.
-Empecemos pues. -habló Eddie.

Llevábamos media hora de juego, esto realmente se ponía interesante, de vez en cuando miraba los apuntes y a los demás para ver sus movimientos, el líder del grupo era el que narraba todo el juego, algo que lo hacía mucho más divertido.
-Los sectarios encapuchados corean: "Salve, Lord Vecna. Salve, Lord Vecna". Os miran. Se quitan las capuchas. Reconocéis a la mayoría de Makbar. Pero hay uno al que no reconocéis. -En ese momento, todos nos quedamos de piedra, estábamos atentos a él y parecía todo tan real que me imaginaba a mí en un sitio fantástico siendo una orejas puntiagudas con una capucha marrón y dos pequeñas espadas en mi espalda. - Tiene la piel arrugada, agrietada, pero eso no es todo. Le falta el brazo izquierdo ¡y el ojo izquierdo!
-¿¡QUE?!
-NO NO NO NO.
-VECNA ESTÁ MUERTO.
-LO MATÓ MIKE.
Empezamos a gritar todos indignados, Eddie tenía una sonrisa pícara, él podía cambiar completamente la historia cuando se le antojase.
-Eso creíamos amigos míos. Eso creíamos. Pero Vecna vive. -acto seguido pone la figura de Vecna en una especie de trono. -Tenéis miedo, estáis cansados, estáis heridos. ¿Huis de Vecna y sus sectarios? ¿O queréis luchar?
Nos empezamos a mirar entre todos, no sabíamos verdaderamente qué podríamos hacer.
-A ver, yo creo que deberíamos de luchar- respondió Dustin. - Hasta la muerte.
-Hasta la muerte. -Le siguió Mike.
-¡Hasta la muerte!
Empezamos a corear todos y a pegar en el tablero al unísono. El chico de pelo rizado empezó a reírse como un maniático, Dustin gritó más fuerte y le seguimos, estábamos animados y empezamos a jugar.
Lanzábamos los dados, atacábamos, moríamos, perdíamos, ganábamos, así hasta qué Grant pidió tiempo muerto. Nos reunimos en círculo todos los jugadores y él habló.
-Chicos, me sabe fatal, pero hay que huir.
-¿No dijimos hasta la muerte?- Contesté.
-Era una forma de hablar. -Me contestó Garreth.
Siguieron discutiendo sobre abandonar el juego, pero yo estaba totalmente en contra, hasta la muerte significa hasta la muerte, y hay que vencer a ese bastardo.
-Hey chicos, deberíais de hacerle caso a Gareth el grande. Huir no es ninguna deshonra. No vayáis de héroes, hoy no ¿vale?
-Huir no es ninguna opción, iremos a por Vecna. - Solté.
Él me miró con una sonrisa juguetona y fuimos todos al tablero, nos rodearon a Dustin y a mí, éramos los únicos supervivientes. Teníamos solo 12 puntos de ataque, Dustin tiró los dados, y sacó un 11, fallando así su único ataque que le quedaba y muriendo en el acto, todos pataleamos enfurecidos, Dustin se echó las manos a la cabeza y maldeció a todo lo que veía. Quedaba yo, era mi última oportunidad, era la responsable de si ganábamos o perdíamos la partida, cogí el dado y empecé a sacudirlo en mis manos. Estaba nerviosa, tenía una gran responsabilidad a mis hombros, parecía que todo sucedía en cámara lenta, los demás me animaban, gritaban mi nombre, y yo, cuando sentí que era el momento, tiré el dado en dirección al tablero, veía como ese dado caía lentamente, como si nunca fuese a aterrizar. Finalmente el dado dio nuestra victoria, un 20.
-¡UN CRÍTICO! -Grité.
Todos empezamos a saltar de la emoción, Eddie no se lo podía ni creer. Se inclinó hacia el tablero y abrió sus brazos, finalizando la partida. Nos abrazamos como si hubiésemos ganado la liga, había sido una bonita noche.
-Esto hay que celebrarlo, hoy, noche de hamburguesas en Burguer king. -gritó Jeff. -Eddie, ¿te vienes?
-No, he quedado con una chica esta noche. -al oír eso, mi cuerpo se congeló, me di la vuelta mirándolo directamente a los ojos, los suyos se chocaron con los míos y los alejó rápidamente. -Pasáoslo bien.
-Yo me uno. -dije muy enérgica- me apetece comerme una hamburguesa de esas.
Salí de allí junto a todo el equipo de Hellfire club, coreábamos juntos cánticos de victoria, Gareth me agarró por los hombros y yo le agarré a Jeff, haciendo una cadena humana y gritando como animales, nos veía todo el instituto pero me daba igual. Miré hacia atrás pensando que lo que dijo Eddie era broma, que iría detrás nuestra y que cenaría con nosotros, pero en cambio, vi a una chica rubia que se dirigía a la sala de ordenadores, era una animadora. Seguí mi camino y me olvidé de Eddie en esos momentos, no quería estropear la noche.
Cogimos cada uno nuestras bicicletas y Gareth nos guiaba con su coche hasta el lugar. Comimos hasta reventar y nos moríamos de risa, me lo había pasado genial, pero tenía que irme a casa, estaba bastante cansada y mañana era mi día libre, quería aprovecharlo al máximo. Me despedí de todos y cogí mi bicicleta para irme a casa, me quedé pensando en lo que había dicho Dustin, empecé a entrelazar varias cosas, era cierto que Eddie llevaba un tiempo más raro de lo normal, pero no a malas, me sentía muy bien con él cerca, el día del concierto y las miradas de Jeff, Gareth y Grant, la canción que había escrito él hace un mes y que la cantó mientras me miraba, la bandana que me había regalado, su comentario de que era la persona más brillante que había conocido, esa pregunta que pensé que era estúpida, era para mí. La verdad que Eddie era atractivo y un chico fenomenal, aunque tenía sus cosas, pero no me importaban en absoluto, me sentía bien a su lado, ese día del concierto, verlo triunfar, disfrutar, recordarlo me alegraba el alma. Estos sentimientos que tengo no sé cómo gestionarlos ni sé lo que significan, era la primera vez que sentía algo así. Lo he decidido, hablaré con él.
Pedaleé mucho más deprisa, ya debería de haber llegado a casa, sé que había salido con aquella chica pero no me importaba en absoluto, llegaría a su casa y se lo diría todo. Llegué a Forest Hill, no vi por ninguna parte su coche, no habría llegado aún. Guardé mi bicicleta en casa y salí al rellano para esperarle, ensayaba todo lo que tenía que decirle, veía la hora del reloj que estaba en el salón, el tiempo se me pasaba muy lento, estaba ansiosa por decírselo. Mientras estaba sumida en mis pensamientos, escuché un coche, miré hacia el sonido, era él. Me levanté rápidamente y me dirigí a su casa, vi como se bajaba del coche pero veía que no estaba solo, paré en seco, vi como él se iba a la entrada de su casa y una chica le perseguía detrás, se le notaba nerviosa. Miré la escena, vi como Eddie miraba esa chica y como le sujetaba la puerta para entrar, no volteó en ningún momento y entró sin pensárselo, una parte de mí empezó a romperse lentamente, me ardía el pecho y solo sentía un nudo en la garganta, salí corriendo hacia mi casa sin mirar atrás, cerré la puerta de un golpe y me fui a mi cuarto, me senté en el borde de mi cama, me quedé mirando el suelo de ésta intentando controlarme, pero de la rabia, rompí el espejo de mi cuarto, las lagrimas empezaron a asomarse y me tapé con mi almohada, no quería verme en esa situación, sentía que me lo merecía.
Me recosté en mi cama, cogí mi walkman y puse Joy division hasta que me quedé dormida.

Al día siguiente me levanté con los ojos hinchados, empezaba mi día libre con buena cara, me quité los auriculares y me fui a la cocina a prepararme el desayuno, mientras caminaba hacia allí, vi por la ventana varios coches de policía, no me sorprendía en absoluto, aquí era totalmente normal ver uno. Cogí una caja de cereales y me los llevé a la boca, mire otra vez por la ventana, los coches de policía habían aparcado en la casa de... ¿Eddie? ¡EDDIE! Solté la caja de cereales y salí de mi casa corriendo en dirección a la casa de Eddie, había varios coches y periodistas, intenté esquivarlos pero un poli me cogió del brazo.
-Señora, no puede pisar la escena del crimen. -quería aplastar a ese hombre con mis propias manos, pero usar los poderes aquí era complicado.
-¿Cómo que un crimen? ¿Alguien me puede decir qué está pasando? -pregunté exasperada.
-Por favor, déjanos hacer nuestro trabajo.
Me echaron de allí y yo no pude hacer nada, su puerta estaba cerrada y toda la casa estaba vallada, me di la vuelta por los gritos de otro policía echando a alguien más, me di cuenta de que era Max, nos miramos las dos y corrí en su búsqueda.
-¿Qué coño ha pasado, Max?
-No lo sé, pero esa chica de ahí es una animadora del instituto.
-Eddie me dijo ayer que había quedado con una chica. -nos quedamos mirando las dos, no sabíamos que hacer.
-¿No puedes buscar a Eddie con tus poderes? -preguntó la pelirroja.
-No, solo puedo moverme sin necesidad de andar cuando el objetivo está cerca, lo siento.
-En ese caso, tengo que ir a ver a un amigo. -soltó de repente Max. -creo que me podría ayudarnos a encontrar a Eddie.
-Voy contigo.

Enchanted - Eddie Munson y TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora