15. Running Up That Hill

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Eddie se quedó dormido en el sofá nada más terminar de comer, dejé una nota en la mesa para que supiese que si no me encontraba, había salido. Quería darle una sorpresa esta noche, iría a su caravana a coger un par de casetes de música para él, mis gustos musicales eran variados, pero no coincidían con el repertorio de canciones que había traído para mí. Cogí mi bicicleta y me dirigí nuevamente a Forest Hill, intentando ir lo más deprisa posible para no demorarme en llegar a casa. Mientras estaba en carretera, oí un coche a lo lejos, por lo que me eché a un lado para que pasase, seguí pedaleando, pero esta vez el coche se quedó a mi lado, me dio un poco igual, pero al ver que lo ignoraba, me pitó con el claxon, me giré cabreada pero automáticamente me relajé al ver que era el coche de Steve. Estacioné a un lado del arcén, para poder hablar con ellos.
-Hey, _____, ¿hacia donde se supone que vas? -preguntó Steve de una forma divertida.
-Voy un momento a Forest Hill, voy a coger un par de cosas para Eddie.
-Pon la bicicleta en el maletero, voy al mismo sitio, Max decía que tenía que ir a su casa. -asentí e hice lo que me pidió, abrí el maletero, era bastante amplio, justo para meter mi bici, cerré con fuerza y me fui a la parte trasera del coche, donde se encontraba Lucas y Max. -Hola chicos, Max, ¿cómo estás?
Me respondió encogiéndose de hombros, miré a Lucas preocupada, pero él me negó con la cabeza, tampoco sabía que responder. Condujimos hasta las casas rodantes, el camino se hizo ameno gracias a la música de la radio, llegamos en un santiamén, bajamos Max y yo a la vez.
-Más vale que te apures. -soltó Steve.
-Veinte segundos. -respondía Max mientras salía del coche. Aproveché para hacer el mismo método que utilicé la última vez para entrar al cuarto de Eddie, trepé por la ventana cayendo en su cama.
Me incorporé y buscaba por su cuarto alguna que otra cinta de música, DIO, Metallica, Iron maiden, entre otros. Cogí un puñado y los eché a la mochila, rebusqué entré sus cosas para ver si necesitaba algo más, pero con los casetes estaba bien. Salí nuevamente de ahí y cerré la ventana, me dirigí al coche de Steve, ellos habían salido del vehículo y Max estaba tardando un poco más de lo habitual.
-Oye, ¿sabéis algo de Max? -pregunté a los tres.
-Ha ido a dejar unas cartas. -contestó Dustin con un tono más serio de lo normal.
De repente, vimos a la pelirroja salir despavorida y mirando hacia el suelo, parecía que había sucedido algo raro que no nos quería contar.
-Oye, fueron más de 20 segundos. -reclamó Steve. Maxine se dirigió sin decirnos palabra alguna a los asientos traseros del coche. - Hey, espera, ¿estás bien?
-Estoy bien. Vámonos. -ordenó Max.
-¿Pasó algo? -pregunté preocupada.
-¿Podemos irnos? -Max no me respondía, cada vez el ambiente era más tenso, pero nadie se atrevía a interrogarla.
Condujimos por un largo rato, íbamos a quedar otra vez en la cabaña donde nos escondíamos. La música brillaba por su ausencia y el silencio reinaba por todos los rincones de aquel coche.
-Dobla aquí. -habló la pelirroja.
-¿Aquí?- Dustin giró la cabeza quedando cara a cara con Max, ella le respondió asintiendo la cabeza y Steve hizo lo que le pidió. Leí un cartel mientras doblábamos la curva, "Cementerio de Roane Hill", ¿para qué querría ir Max al cemento?
Aparcamos cerca de una colina poco inclinada llena de tumbas, daba mal rollo ese sitio, así que rezamos por no quedarnos mucho tiempo. Max salió del coche y Lucas corrió hacia ella intentando detenerla, pero fue imposible. Lucas volvió cabizbajo hacia el coche.
-¿Alguien podría decirme qué cojones está pasando? -estaba histérica, nadie respondía y nadie podía hacer nada, a veces odiaba que Max fuese tan callada cuando no estaba bien.
-Aquí yace la tumba de su hermano, Billy. -contestó Steve. -creo que le ha escrito una carta para él también.
Algo me decía que todo esto no iba a salir bien, salí del coche cerrando de un portazo, iba a estar cerca de ella por si pasaba algo.
-Hey, _____, ¿a dónde vas? -preguntó Lucas.
-Voy a ver a Max, hay algo que no me cuadra. -Steve me cogió del brazo y me detuvo en seco. -¿Qué coño haces, Steve?
-Déjala sola, _____, necesita estar a solas con Billy. Por favor.- no quería dejar sola a Max, pero él tenía razón, debería de dejarla un tiempo con su hermano.
Me senté encima del capó del coche junto con Lucas, estábamos de brazos cruzados mirando a un punto fijo esperando que la pelirroja terminase. Pasaron varios minutos y veíamos que seguía sentada en el mismo lugar, pero esta vez estaba inmóvil.
-Siento ser una pesada, pero hay algo que no me gusta ni un pelo, está tardando demasiado. -bajé de un salto del coche y miré a Steve. -¿Puedo ir o me lo vas a impedir otra vez?
-Tienes razón, han pasado diez minutos ya. -abrió la puerta de su coche y puso rumbo en busca de Max.
-Steve, dale más tiempo. -suplicó Lucas desde su sitio.
-Ya se lo he dado, Sinclair. Se acabó, si quiere más tiempo, que llame a un abogado. -nos dirigimos los dos en su búsqueda, pasamos por varias tumbas intentando no tocarlas, pudimos ver a Max sentada cruzada de piernas junto a uno. -Max, hora de irnos.
Nos acercamos hacia ella y Steve meneó suavemente su hombro. No obteníamos respuesta ninguna.
-Steve, sus ojos. -llamé la atención del chico, y es que los ojos de Max se habían dado completamente la vuelta dejándolos de un color blanco. -¡Max! ¡Despierta maldita sea!
Empezamos a zarandearla y seguimos sin respuesta alguna, Steve hizo ruido con sus palmas pero nada hacía que volviese en si. Llamamos a gritos a los demás, necesitábamos ayuda urgente. Cogí las manos de la chica para poder al menos despertarla de su trance, cerré los ojos y pude meterme en su cabeza, podía escuchar los gritos de los chicos intentando que despertase. Mi alrededor se convirtió en un lugar oscuro, estaba en el mismo lugar que antes, pero mucho más tétrico.
-¡Lucas, Dustin, _____,! ¡Que alguien me ayude! -escuché los gritos de desesperación de Max a lo lejos.
-¡Max, estoy aquí! -intenté gritar lo más alto que pude, corrí hacia ella esquivando todos los desniveles posibles que había en el suelo, Max me miró aterrada y corrió junto a mí. -Soy yo soy yo, estoy aquí cariño. Saldremos de aquí, te lo aseguro.
La abracé con todas mis fuerzas, pero un humo rojo nos interrumpió, fijando toda nuestra atención a él. Andamos las dos a la misma dirección, las tumbas estaban llenas de objetos viscosos, todo era distinto. A lo lejos divisamos una especie de castillo con cosas flotando sobre él, nos cogimos de la mano y anduvimos hacia allá, todo a nuestro alrededor era neblina muy densa, no podíamos ver nada salvo aquella especie de palacio, nos fuimos acercando más y más hasta encontrarnos con unas escaleras con un reloj de péndulo en el medio.
-Ese reloj, lo he visto en mis visiones. -anunció Max después de un tiempo calladas.
-Este sitio, nunca he estado en un lugar parecido, todo es tan apocalíptico y tétrico... -divisaba el paisaje de aquel sitio, ¿sería este el otro mundo del que me hablaba ella?
-¿Qué haces aquí, Max? -oímos una voz grave, no sabíamos de dónde provenía ni quién era. -Regresa a mí.
Dimos un paso hacia atrás, pero me choqué con algo en mi espalda, al girarme pude ver el cuerpo de aquella animadora, la famosa Chrissy Cunningham. Sentía que mi cuerpo iba a desvanecerse en cualquier momento, pude ver a su lado el cuerpo de otro chico, supuse que era Fred, el compañero de Nancy.
-007, hacía tanto tiempo que no te veía. -me giré sobre mis talones lentamente, ¿cómo sabía mi nombre real? -¿Qué os parecen? ¿Queréis uniros a ellos?
Echamos las dos a correr intentando escapar, pero un monstruo con aspecto humanoide nos atrapó con sus tentáculos viscosos, a Max la atrajo hacia él agarrando uno de sus tentáculos su pierna, mientras que a mí, me dejó clavada en el suelo mientras me ahorcaba uno de ellos. Pude ver como a ella la acorralaba en unas enredaderas y mi rabia me carcomía al no poder hacer nada, lentamente me quedaba sin respiración y sin fuerzas, intenté zafarme de su agarre pero era imposible. Cuando supuse que mis fuerzas no daban para más, sonó Kate Bush, pude sentir que sus tentáculos perdieron fuerza al haber estado solo unos segundos atentó a esa canción, por lo que pude recuperar algo de energía y deshacerme de su soga. Pude sentir que él me tiró hacia un lado mientras sus garras iban lentamente a la cara de Max, corrí hacia ella, pero de repente mi cuerpo empezó a pesar y me desmayé.
-¡Max, baja de ahí! -había vuelto otra vez a la realidad, ella estaba levitando y nuestra conexión se había perdido al zafarme de su agarre.
-_____, ¿estás bien? -Dustin me miró preocupado, pero ahora mismo me importaba más ella que yo.
-Hay que bajar a Max de ahí.- dije sin apenas fuerzas.
De repente Max abrió sus ojos y cayó, todos fuimos en su búsqueda, podía ver su cara de terror, no paraba de jadear. Lucas la recogió y la abrazó lo más fuerte que pudo.
-Estamos aquí, tranquila.
-Creí que te perdíamos.
Me moví lentamente hacia ella, me buscó con la mirada y nos abrazamos fuertemente.
-Gracias, _____, de verdad. -dijo Max mientras su voz colgaba de un hilo, no pude evitar llorar por todo lo que había ocurrido.
-No las des, cariño. Lo importante es que estás aquí.
Nos quedamos unos minutos allí, intentando volver a la realidad.

Enchanted - Eddie Munson y TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora