16. Algo nuevo para mí

389 22 6
                                    

*aviso de que tendrá una escena + 18, no es fuerte, pero por si alguien es sensible, aquí está el TW por si acaso. Besitos y espero que lo disfruten, que sepan que es mi primera escena escrita +18 y no me lo he podido pasar mejor haciéndolo. *

Habíamos quedado todos en la cabaña, el camino hacia allá no fue largo, pero la tensión que se notaba en el ambiente lo hacía interminable. Nadie articulaba palabra, Steve conducía bastante serio, Dustin miraba el paisaje desde su ventana, Max no se quitó su Walkman en ningún momento así que gracias a eso pude escuchar algo de música durante el viaje, la mano de Lucas descansaba en la rodilla de Max, mientras tanto, yo asimilaba todo lo que había pasado; el reloj, aquella puerta decorada con vidrieras, el monstruo de aspecto humanoide, Chrissy y Fred con todas sus extremidades rotas, seguía sin asimilarlo. Llegamos a nuestro destino, pude ver el coche de Nancy aparcado en la puerta, ella y Robin nos estaría esperando. Salimos de uno en uno del coche de Steve, nos dirigimos a la casa de Rick porreta todos juntos.
-¿Eddie, estás ahí? -escuché ruidos en la cocina, supuse que era él, hice un gesto para que todos se sentasen en el salón y yo fui en su búsqueda. -Eddie, ¿qué haces aquí?
Lo descubrí indagando en la alacena de la cocina, se veía muy gracioso intentando escalar la encimera, giró su cabeza quedándonos cara a cara y me reí por la situación.
-Baja de ahí, ¿qué estás buscando? -le pregunté mientras lo ayudaba a bajar de aquel lugar.
-Quería recrear la salsa de las hamburguesas Fosters, pero creo que no hay mostaza por ninguna parte. -habló mientras sus manos descansaban en los extremos de su cadera.
-Ven, estamos todos en el salón. -le extendí mi mano para que me acompañase, él aceptó y nos fuimos juntos hasta allá.
Todos estaban sentados, ya sea en el suelo o en el sofá, la poca luz que entraba en los agujeros de la persiana lo hacía todo más misterioso.
-Y Max empezó a levitar de la nada, hicimos caso a Robin y le pusimos su canción favorita. -hablaba Dustin explicando lo sucedido a Robin y a Nancy. -También ____ la ayudó a salir, Dios santo, fue la hostia.
-Me he perdido, ¿qué Max voló? -preguntó extrañado Eddie.
-Sí, como Chrissy cuando la abdujo Vecna. -habló Dustin todavía emocionado por lo sucedido. Nada más decir su nombre, miré a Max asustada.
-Así que esa cosa que nos hablaba era...
-Vecna. -acabamos juntas la frase, creando un ambiente silencioso.
-Vecna me reconoció, me llamó por mi nombre que me asignaron en el laboratorio. -dije en alto pero no le quitaba la mirada a Max.
-Entonces, eso significa que Vecna pudo haberse creado allí. Al igual que Once creó el portal, alguien podría haberle creado a él. -Dustin sonaba muy convincente, pero este tema era mucho más difícil que simplemente la "creación de Vecna"
-Pero ya en los años 50, Vecna empezó a actuar, ¿qué años lleva activo el laboratorio? -preguntó Nancy, a lo que yo me encogí de hombros, solo sabía que había nacido en 1965 y que unos años más tarde estaba allí, no me salían los cálculos. -Víctor nos explicó que empezó a matar a su familia uno por uno, primero a su mujer, luego a su hija y por último, su hijo Henry calló en coma, una semana después murió. Víctor también tuvo una visión, no pudo hacer nada por sus hijos.
-Víctor dijo que esa noche todo sucedió en la casa, pero mencionó música. Dijo que sonaba música. Y cuando le preguntamos por el ángel empezó a tararear. "Dime buenas noches y bésame". -concretó Robin.
-¿"Dream a Little Dream of Me"? -pregunté, haciendo que ella me contestase asintiendo, Eddie rió por lo bajo, él sabía perfectamente lo mucho que me gustaba la música.
-La voz de un ángel. -siguió Nancy.
-Hatch dijo que la música alcanza partes del cerebro que las palabras no, quizá esa es la clave, un cable a tierra. A la realidad.
-Vale, siento interrumpiros pero, no estoy entendiendo nada. -habló por fin Eddie después de un largo rato en silencio. Realmente yo tampoco, era mucha información en tan poco tiempo.
-Solo sabemos que hay que matar a Vecna lo antes posible, tenemos que idear un plan. -habló Lucas mientras se ponía en pie de una forma heroica.
-Para el carro, Sinclair, no vamos a hacer nada sin antes haber indagado un poco más sobre él, no vamos a matar a nadie y menos si no sabemos qué hacer ni a dónde ir, así que, nada de tonterías. -Steve se puso en modo protector otra vez, haciendo que Lucas se sentase otra vez en su sitio.
Lo mejor era en estos momentos tener vigilada a Max de una forma u otra, con música las 24 horas y atentos a ella, por si pasara algo, intenté convencerlos de que ella se quedaría conmigo en la cabaña, pero nadie me dio la razón, igualmente aquí no estaría a salvo, se me olvidaba de que Eddie en estos momentos era el más buscado de Hawkins por asesinato. El grupo se levantó de sus sitios para irse a casa, se estaba haciendo bastante tarde, juré estar cerca del walkie-talkie para estar al corriente de todo lo que sucediese con Max. Nos despedimos y le di un abrazo lo más fuerte que pude a la pelirroja, se me partiría el corazón al saber que algo malo podría pasarle. Todos se fueron, dejando la casa mucho más vacía y silenciosa. Sentí la presencia de Eddie a mi espalda, sentí su abrazo reconfortante que tanto necesitaba, apoyó su mentón en mi hombro y yo tiré mi cabeza hacia atrás y apoyé mis manos encima de las suyas.
-No pasará nada, Max es una chica maravillosa y muy fuerte. Podrá con esto y más. -acto seguido me dio un beso en la cabeza, quedándonos en aquella posición por unos minutos, deshaciéndola para poder ir a la cocina a por algo de comer. Cociné algo sencillo, una pizza que había en el congelador que metí al horno nada más descubrí su presencia. Comimos los dos tranquilamente en la parte de atrás de la casa.
-Se me había olvidado, te traje una cosa. -me levanté sin dejar que hablase, dirigiéndome al salón donde había dejado mi mochila con los casetes de Eddie. Volví otra vez a nuestro sitio con estos en mi mano derecha, dejando libre la izquierda para usarla de venda. -adivina lo que es, tienes tres oportunidades.
-Mmm, ¿es una guitarra nueva?
-Ojalá, pero no, las tenías al lado de ella. -dije intentando no dar una pista demasiado notoria.
-¿Las púas para la guitarra? -este chico solo le gustaban las guitarras, por lo que veo.
-Nada de guitarras ni cosas para guitarras, las hay pero solo las puedes escuchar.
-¿Entradas para algún concierto?
-Error, has perdido tus oportunidades, toma, aquí las tienes. -las dejé en su regazo un poco esparcidas intentando que no se volcasen de su sitio. -creí que sería una buena idea, tengo mi walkman en la habitación, podríamos escucharlas después.
-Dios, son mis casetes. -las cogió como si de tesoro se tratasen y las leyó una por una. -este álbum es mi favorito, nada más salir a la venta fui a la tienda y me lo compré con mis ahorros.
-Pues ahora los tienes aquí, así tu encierro no será tan aburrido.
-¿Aburrido? Mi chica tiene superpoderes, hace la mejor comida del condado y me lleva de viaje por sus recuerdos, ¿quién en su sano juicio estaría aburrido? -me sorprendió por lo primero que dijo, ¿su chica? ¿Yo era su chica?
-¿Cómo me has llamado? -pregunté divertida acercándome lentamente hacia él.
-¿Quieres que te lo repita? -su voz se tornó a una más seductora y más ronca de lo normal, haciendo que mi piel se erizase por completo.
-No juegues con fuego, Eddie. -intenté imitarle, pero él lo hacía muchísimo mejor que yo. Se levantó de su asiento, dejándome mucho más bajita por culpa del notorio desnivel del suelo, agarró sus casetes y se los guardó en los bolsillos de su chaqueta, me cogió en brazos haciendo que mis piernas rodeasen su cintura y me portó hasta nuestra habitación, mientras me daba pequeños besos en el cuello haciendo que carcajease de las cosquillas que me hacía.
Nos tiramos los dos a la cama, todo eran risas y besos hasta que lo liberé de su chaqueta tirándola suavemente recordando que tenía sus casetes ahí, tenía miedo de lo que iba a pasar después pero no era un miedo que me aterrorizaba, sino un miedo a algo nuevo, que no sabía cómo iba a continuar. Tome aire y lo expulsé lentamente, hoy si o sí y va a ser mi primera vez. Eddie me miró preocupado al verme así.
-¿Estás bien? ¿Quieres seguir? -era bastante tierno de su parte preguntármelo cada vez que llegábamos hasta ese punto, pero esta vez iba a hacerlo.
-Por supuesto que quiero seguir, perdona si estoy muy nerviosa.
-Solo relájate, si te pones más tensa va a ser peor, confía en mí. -respiré profundamente intentando relajarme, esto realmente no era para tanto, pero el hecho de hacerlo con él sentía que debía de ser la mejor.
Eddie metió sus manos debajo de mi camiseta, despojándola de mí, quedándome solo en sujetador. Hice lo mismo con la suya y acto seguido me besó, sintiendo el calor de su torso contra el mío, abrí mis piernas para que él pudiese tener mas espacio, sus manos tocaban cada centímetro de mi piel, haciendo que se erizara todo a su paso. Con un brusco movimiento hice que se quedase abajo, yo era la que llevaba esta vez el control, me deshice del sujetador quedándome totalmente desnuda de torso, pude sentir la mirada de Eddie clavarse en mis pechos, en como cada vez le brillaban más los ojos y cómo me miraba. Besó cada trozo de mi piel mientras que sus manos jugaba con uno de mis pechos, el otro fue mordido con delicadeza haciendo que soltase un leve gemido. Me di cuenta que todavía llevábamos los zapatos puestos, así que me di la vuelta quitándome los míos y los de Eddie.
-Bonitas vistas. -acto seguido, Eddie me dio un pequeño azote en mi culo, haciendo que dé un pequeño brinco del susto. Empezó a reírse de la situación contagiándome a mí también.
Me di la vuelta otra vez quedándonos cara a cara, gateé hasta su rostro y nos seguimos besando, mientras, mis manos navegaron por su abdomen hasta sus pantalones y los empecé a desabrochar lentamente, él me ayudó a bajárselos e hizo lo mismo con los míos. Prácticamente nos separaba un trozo de tela, cambiamos los roles y esta vez Eddie quedaba por encima de mí, besó desde mi cuello hasta mi abdomen dando pequeños mordiscos, su pelo me acariciaba y reía al sentirlo ya que me causaba cosquillas, él sabía cómo hacerlo, ya que ahora mismo estaba en las nubes. Volvió a mis labios para devorarlos, sujetó mis muslos y me jaló a hasta él. Nos deshicimos de nuestro único obstáculo, la ropa interior que nos quedaba. Con su dedo índice me jaló poco a poco hasta quitármelo por completo a lo que yo le seguí con el suyo, todo esto me causaba una risa nerviosa, bajé lentamente mis manos desde su torso hasta su pelvis cogiendo ese trozo de tela y bajándolo igual de lento que hizo con el mío sintiendo como Eddie se estremecía al contacto de mis manos con su pubis. Por fin nos habíamos quedado completamente desnudos, ya no había vuelta atrás e igualmente no se lo iba a pedir, mis piernas rodearon sus caderas atrayéndolo más hacia mí, no quería ni un centímetro de separación entre él y yo.
-¿Estás lista? Podemos parar si quieres. -No quería parar, quería seguir con esto a toda costa, negué con la cabeza y le di un pequeño beso en la punta de la nariz. -Entonces, relájate y si quieres, cierra los ojos.
Di último suspiro y cerré los ojos levemente, no quería dejar de verle en ningún momento. Sentí como Eddie se adentraba poco a poco, noté un pinchazo haciendo que toda la zona baja del abdomen ardiese, no era desagradable pero tampoco me hacía mucha gracia, hice un leve gemido de dolor preocupando a mi compañero.
-¿Estás bien? ¿quieres que pare? -su voz preocupada me parecía muy adorable por su parte, pero obviamente, no le iba a decir que parase.
-No pares. -dije en un susurro casi inaudito, besé sus labios dándole un pequeño mordisco al finalizar el beso. Eddie alzo las cejas sorprendido al ver esta parte de mí que no conocía, así que él siguió.
Se adentró por completo, escuchando así un jadeo ahogado de su parte, ese sonido me volvió loca. Cerré los ojos involuntariamente y puse mi mano en su espalda, haciendo que cada embestida agarrase y arañase parte de su lomo, soltando pequeños gemidos cada vez que lo hacía, pero sabía perfectamente que no eran de dolor. Unos centímetros de mí quedándonos cara a cara otra vez.
-Mírame -me ordenó con un tono de voz más grave de lo normal, haciendo que me estremezca un poco más.
Abrí los ojos encontrándome con los suyos, su mirada era diferente, estaba llena de lujuria, mi preferida a partir de ahora. Eddie controló todo el movimiento, por primera vez alguien tomó el control sobre mí y me gustaba, aunque sonase un poco raro. Puede que sea mi primera vez pero puedo asegurar que nadie lo haría tan bien como él lo hacía. El ambiente se tornó a uno mucho más sensual, besándonos salvajemente haciendo que abriésemos la boca, tanto que terminé besando parte de su barbilla. El cabecero de la cama empezó a dar golpes contra la pared, empecé a notar una sensación rara por la zona baja de mi abdomen, no sé qué era pero sentía que necesitaba soltarlo ya. Eddie hizo un último movimiento que hizo que mi cuerpo explotase en un tremendo éxtasis, él terminó y se apoyó en mi pecho quedándonos totalmente en silencio en aquella oscura habitación, había sido el mejor día de mi vida. Los dos estábamos sudados e hiperventilando, me tapé la cara vergonzosamente y empecé a reírme a lo que él también me siguió.
-Dios, esto ha sido maravilloso. -dije entre risas sin dejar de taparme la cara. Eddie me quitó suavemente mis manos para depositarme un pequeño beso en mi mejilla.
-Ha sido perfecto. -me regaló una de sus sonrisas que tanto me gustaban, juntamos nuestras frentes y rozamos nuestras narices, haciendo que ese momento fuese único.
Nos acomodamos en aquella cama, Eddie me atrajo hacia él, apoyándome en su pecho mientras le hacía pequeñas cosquillas en su torso y él, en mi espalda. Nos quedamos tan tranquilos en esa posición que rápidamente entramos en un profundo sueño.

Enchanted - Eddie Munson y TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora