Capítulo 31 - Tú llegada

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Luego del incómodo momento, Virginia y Germán salieron del hospital tras despedirse de Karen, quien se había hecho muy amiga de Ger también y se fueron a comprar un helado gigante para celebrar la noticia.

Los días pasaron, poco a poco la pequeña pancita que se había mantenido así más de 8 meses afloró en todo su esplendor. Por esos días, sus amigos y familia no querían que la joven embarazada estuviera sola mucho tiempo, y, otra vez el destino sorprendió a todos, por más cuidados, sucedió lo inevitable.

Vir llegó a la casa de sus suegros luego de una larga jornada con sus actividades. Poco tiempo atrás no había querido festejar su cumpleaños 21, no estaba lista para todos los "primer" sin Gabriel. Al menos, tiempo después, había aceptado cenar con su familia y amigos pero Johanna y Javier no pudieron asistir a la salida, por lo cual Vir les prometió cenar con ellos ni bien tuviera una noche libre.

Cam y Johanna no querían que Vir se fuese a dormir a su propia casa, fue tanta la insistencia, que finalmente accedió a regañadientes y con quejas, pero lo hizo. Era la primera vez que aceptaba dormir en esa casa, por lo cual todos estaban felices. Le cocinaron su antojo, papas fritas y milanesas. Mientras pedían helado, llegaron Ger y Gime; quiénes recién estaban terminando de construir su casa, ya que en el medio habían pagado un tratamiento de fertilización, el cual resultó decepcionante y caro.

No era secreto que a Vir nunca le terminó de agradar Gimena, y viceversa, pero no fue hasta luego de la muerte de Gabriel que realmente les disgustaba estar cerca una de la otra. Vir pensaba que suficiente había tenido que sufrir para tener que soportarla. Nunca dejó de sorprenderla que antaño Gime había sido una chica introvertida pero agradable. De cualquier manera, después de su comportamiento hacia ella unos meses atrás, no le gustaba compartir tiempo con Gimena, odiaba como se quedaba mirando su panza.

En tanto comían, Vir les dijo que prefería irse a su casa, ya que descansaría mejor en su propia cama, con su almohada de embarazo y su gata cerca. La realidad es que no quería dormir en la habitación que le había pertenecido a Gaby, ni compartir casa con Gime porque la intranquilizaba el simple hecho de tenerla cerca. Todos le insistieron, pero Vir se negó firme y cortésmente, entonces cuando nadie lo esperaba Gime gritó:

- Es por mí, ¿verdad?

- No, no te sientas tan importante, pero, a decir verdad, no me agrada ni un poco compartir con vos, dijo una honesta Virginia, que no iba a soportar que una demente la gritara

- Genial, al fin mostrás la otra cara, no la de niña buena y sufrida con la que engañas a todo el mundo

- Sos una idiota resentida

- Basta chicas... dijo Joha, mirando con evidente molestia a Gime

- Yo prefiero irme, respondió Vir, no quiero soportar más estupideces, no tengo por qué hacerlo

Cam intervino:

- No, primero el helado y después nos vamos las dos, tenés 8 meses de embarazo no quiero que conduzcas, duermo en tu casa, aparte sabés que no podés conducir, porque el seguro no te cubre. ¡¡Y el cinturón no te puede abarcar toda la panza!!

- Ok, estoy barrigona dijo Vir, y ambas rieron.

Johanna preguntó que helado quería y Gime estalló nuevamente:

- Claro ella siempre tiene todo, todo a su gusto, la niña mimada por todos

Germán le dijo:

- ¿qué ocurre con vos Gime? Basta por favor

- Es la realidad siempre ella primero, siempre la favorita, siempre todo, hasta es tu favorita

La distancia que nos separaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora