Capítulo 4 - Algo ha cambiado

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Vir se dió cuenta de que llevaba un momento en silencio, y que hasta ahí iba su empeño de mantener distancia, en su lío de pensamientos sólo pudo decir:

# ok

# Hola Vir, la gatita no está bien,¿ me acompañas al veterinario por favor?, le pidió Gabriel

# ¿Oh, miss Cocoa se siente mal? ¿Qué le pasa?

# ¿¿Miss Cocoa?? ¿Así se llama? No lo sé, pero algo no está bien, ¿venís?

# Sí por supuesto ya cruzo

Vir se puso unas zapatillas blancas de las tantas que tenía,( todas del mismo color) a las corridas, y llegó rápidamente, preocupada, tomó el canasto de gatitos para luego subirse al auto de Gabriel. Les hablaba con dulzura en el camino para que no se asustaran.

Ya en la veterinaria, tuvieron que esperar mientras revisaban a los felinos. El veterinario les informó que la madre necesitaba una cirugía, que era de urgencia, que ellos podían esperar en el pequeño buffet de la clínica de mascotas o bien irse y esperar el llamado de la clínica. Pero les advirtió que debían entender que era muy complicado, porque ella fue abandonada durante el parto. Un gatito no logró ser expulsado y había provocado una infección severa en la gatita. Si ella moría, los 4 gatitos difícilmente lograran sobrevivir sin su mamá, que por cierto era una gatita muy jovencita y de tamaño pequeño.

Gabriel y Vir decidieron esperar. Vir le avisó a su madre mediante un mensaje donde estaba y ella le pidió que si se demoraba más allá de medianoche le llamara nuevamente. Estaba tranquila porque estaba con el hermano de Cam y conocía muy bien a toda su familia. Vir le respondió mediante mensaje de texto:

# ok, madre, pero recordá que no soy cenicienta, digo por lo de medianoche...#

Mel se reía de las ocurrencias de su hija, confiaba en ella ampliamente, solo no quería que le ocurriera algo malo. Era una madre que pensaba que la libertad era lo más importante en la vida y formación de una persona. Quizá porque ella misma no había podido crecer de esa manera.

Ambos tomaron un refresco y charlaron fácilmente de todo. La conversación era fluida y se daba naturalmente. Vir se sentía mal por la situación, ya que pensó, debieron llevar los gatitos al veterinario ni bien los encontraron; pero Gabriel le hizo ver que esas cosas pasaban y no era culpa de nadie, más que de quien la abandonó en un momento tan delicado. Se generó un momento de intimidad entre ambos por el que simplemente se dejaron arrastrar. Comenzó a llover mientras caminaban por el pequeño parque de la clínica de mascotas y Gabriel le tomó la mano mientras corrían a refugiarse debajo de un árbol. Vir tenía frío, Gabriel la acercó a él para darle calor. Tomó sus manos y sopló en ellas para hacerlas entrar en temperatura. Se miraron a los ojos y Vir ya no fue capaz de alejarse. Gabriel no podía entender lo que sentía y habló atropelladamente sin pensar:

- Cuando estoy cerca tuyo, por alguna razón no puedo pensar con claridad y me vuelvo torpe

- ¿Qué decís Gaby?

- Que me muero por besarte

Vir mirándolo fijo a los ojos le dijo :

- ¿pero es qué acaso vos no tenés novia?

- nooo, en realidad no lo sé, pero sé que me muero por hacerlo, aunque no deba y sea complicado, tengo un montón de sentimientos encontrados con vos. Y es raro, porque ahora estás acá, cerca... Y nada, me olvido de todo lo demás. Me gusta estar con vos, me gusta cuando hablamos y nos reímos, es fácil congeniar con vos. Y sé que no debería sentir nada de esto, pero eso, es complicado

- eso ya lo dejaste claro

- es difícil no sentir todo esto por vos

- En realidad, no lo es...digo complicado

La distancia que nos separaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora