Capítulo 12 - Novedades

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Una semana después Mel viajaría a Buenos Aires a una convención y Federico iba a acompañarla.

Nico quiso ir con ellos para comprar ropa y pasear, Vir se encargaría de los salones y de todo lo cotidiano,  como era usual.

Llegó el día y Mel le pidió a Vir que se portara bien, que se cuidara y le dió todo el itinerario de su viaje. Fede estaba en contra de dejarla sola, ya que nunca había tenido una hija mujer, pensaba que era demasiado pequeña y quizá tenía razón, pero Vir tenía responsabilidades desde siempre y todos sabían que se comportaba como un adulto.

Gaby se quedaría a cenar casi todas las noches, también sus amigas, nunca estaría sola. Tampoco tenía miedo, normalmente se sentía cómoda en soledad ya que su casa era muy segura. No solo estaba enrejada, tenía puertas y ventanas seguras, sino que tenía alarma.

La primera noche Gabriel llegó cuando Vir salía de la ducha, ella le abrió con el portero automático del hall del piso superior. Él subió a buscarla con sus jeans gastados, su apariencia de chico malo y sus mangas arremangadas por sobre el codo, corriendo por las escaleras, cuando se encontró de frente con Vir le dijo:

- Lo siento bebé, no sabía que recién estabas saliendo de la ducha, no quise incomodarte, te espero abajo

Vir envuelta en sus toallas, levantando una ceja le dijo asombrada:

- Genial, vamos a fingir que nunca... pasó nada entre nosotros?

- No es eso, es que no quiero tocar el tema y que parezca que soy un idiota

- Aha... ahora te preocupa eso rubio

- ¡Que mala sos!

- Mmm ¡ni te imaginas! Dijo, mientras dejaba caer sus toallas al piso

Su novio la levantó sobre sus hombros, desnuda como estaba y la llevó a la cama, se besaron con pasión contenida mientras Vir lo desnudaba.

Gabriel no se esperaba semejante reacción de su novia, pero no tardó ni un segundo en dejar que el deseo se apoderase de él; se sentó en la cama y la colocó encima de él sin mucho preludio, aún así ella estaba lista para él.

- Oh pequeña, se nota que me extrañaste, le dijo, mientras disfrutaba de sentirla

Ella gimió y eso lo encendió más, comenzó a moverse al ritmo de sus caricias, ambos estaban extasiados se besaban, se encontraban. Gabriel besaba delicadamente sus pechos mientras Vir se movía. Con cada movimiento, rozaba suavemente su parte más sensible contra él y la sensación la arrastraba cerca de la locura. Finalmente llegaron al clímax, extasiados el uno con el otro.

- Dios amor, esto se pone cada vez mejor le dijo Gabriel

- Así parece

- Te amo sabelo

- Yo también te amo cada día más mi amor

Mientras salía con delicadeza de ella, le besó la frente y se dejaron caer riéndose. Vir se acostó boca abajo a su lado y el acarició su espalda con cariño.

- Nos esperan a cenar y si seguís desnuda, no creo que pueda salir de acá

Ella hizo un mohín mientras le decía:

-  Quiero quedarme acá y que me cocines amor

- No se puede pequeña, pero vamos y volvemos a acostarnos ¿te parece?

- ¿Vas a dormir acá descaradamente?

- Si, soy un niño grande como para que mi mamá me indique donde dormir

- ¿Dormir? Dijo Vir levantando suspicazmente sus cejas y quedó la promesa en el aire...

La cena transcurrió con normalidad, se rieron de algunas anécdotas vergonzosas de Gabriel y Germán de la niñez, de cómo peleaban por los autos y de que Gabriel usaba un pijama con un parche cuadrado en las nalgas, un día, con toda su travesura lo arrancó para luego pasearse por la casa antes de dormir con sus pompis al aire.

La distancia que nos separaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora