Una niña con vestido amarillo, ojos verdes oscuros y cabello un poco largo de color marrón oscuro, está llorando sentada en el último escalón de debajo de la entrada de una mansión, de pronto se acerca una mujer con un vestido sencillo y humilde,
con su cabello suelto color negro. Se agacha con la intención de calmarla, mirándola con intriga.
—Hola preciosa —dice con voz dulce—, ¿dónde están tus papás? —pregunta tratando de escudriñar.
—No sé dónde están —dice la niña con cara triste, frotándose el ojo izquierdo con el dorso para secarse las lágrimas.
—¿Los buscamos? —sonó como eco cuando de pronto...
Anny se despierta desconcertada. Todo era un sueño, pero quería entender de qué se trataba.
—¡Hola! —dice Matilde abriendo la puerta de la habitación, con una sonrisa de sorpresa—, ¿cómo amaneciste hija? —pregunta entrando y se sienta en la cama.
—Hola mamá —dice Anny y se sienta en forma de indio—, amanecí... bien —afirma con una sonrisa fingida de labios cerrados y se levanta quitándose la cobija de encima.
—¿Está todo bien, hija?
—Sí, sólo que tengo mi cabeza en yo no sé dónde —dice Anny con una cara que demuestra un poco de fastidio, buscando ropa en el clóset.
—Creo que te vendría bien un viaje —dice Matilde levantándose y mirando a Anny mientras ella voltea a verla, parada a 1 metro de distancia.
—¿Cómo que un viaje?, explícate —dice seria esperando una respuesta.
—Sí, un viaje, a otro país —Matilde sonríe
—Pero... ¿ADÓNDE? —pregunta Anny confundida.
—Se me presentó una oportunidad de trabajar como empleada de una mansión en México.
—¿Empleada?, ¿de una mansión?, ¿en México? —pregunta Anny algo confundida.
—¡Sí hija, es una buena oportunidad!, ¡tanto para ti como para mí!, ¿no te parece genial? —dice encogiendo los hombros, a la vez que dobla los codos con las manos extendidas.
La habitación se queda en silencio por pocos segundos.
—¿Cuándo es el vuelo? —pregunta Anny poniendo atención.
—Esta tarde. Hay que empacar cuanto antes —dice mientras se dirige a la puerta de la habitación para salir.
Anny se sienta en la cama pensativa.
En la mansión de México
—Sí, señor, entendido —dice una sirvienta de la mansión a una orden del jefe, y se retira.El dueño es Ronald, un hombre de 54 años, muy simpático y trajeado. Este se queda parado en medio de la sala de estar, pensativo. Llega su hija, una adolescente, caminando para acercarse a él como si fuera modelo, con cabello semi largo, color castaño oscuro, y un vestido largo, muy escotado (cosa que no le agrada a su padre).
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Anny y el Camino a la Verdad [Novela Cristiana]
Novela JuvenilElla se muda a otro país donde conoce a sus amigos y tiene que enfrentar pruebas difíciles, pero descubre algo que la lleva a conocer el camino de la verdad y acercarse más a Cristo, y tendrá el anhelo de conocer el propósito de Dios