Capítulo 105

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—S-sí, t-todo bien, vámonos.

—¿Y por qué saliste así de la cancha?

—Sólo que... tuve un problema con Marcos, es todo. Creo que todos los hombres son iguales —contesta Mariela, poniéndose seria.

—¡Ay, no! ¿ahora qué pasó?

—No interesa ya. Vámonos a otro lugar que no le quiero ver la cara a ése estúpido —intenta irse pero Ximena la detiene poniendo sus manos contra el pecho de ella.

—No, las cosas no son así, cuéntame lo que pasó.

—No - pasó - nada, déjame —dice mirándola fijamente, entonces Ximena no hace más que despegar sus manos del pecho contrario, aquella la esquiva y ésta voltea.

—¡Cuando estés más tranquila me avisas! —exclama haciendo que otros estudiantes presentes la miren como si estuviera loca— genial, ¿qué habrá pasado con éstos dos? —se pregunta.

En la mansión
Ana incierta, vuelve a sentarse junto a Ronald.

—Te... quiero hacer una pregunta. —dice mientras deposita su mirada en él— ¿Te vas a casar con Matilde?

—Ana María, en su momento lo sabrás.

—¿Eso quiere decir que sí?

—No te lo diré todavía.

—Está bien, está bien, pensé que me lo ibas a decir porque como soy tu hermana... —lo mira de soslayo con una intención de poner a prueba a su hermano.

—Sí que eres pícara —dice sonriendo mientras se pone una mano en la barbilla.

—Y tú, malo. Ok, te quiero aconsejar que olvides este tema, por favor, supera eso de la niñita y de su familia, porque sino vas a enloquecer y puedes perder a tu novia. ¿Quieres eso Ronald? dime.

Ronald la queda viendo por un momento, en el que piensa si realmente podría sacarse eso de la cabeza.

—¿Cómo quieres que supere algo tan trágico? una niña se desaparece el mismo día en que sus padres mueren, algo ocurrió, lo que no sabemos es qué ocurrió, ni cómo pasaron las cosas.

En la escuela
—¿Cómo te atreves a besarme? —la confronta Marcos.

—Marcos, te voy a decir la verdad, tú me gustas, por eso busqué la forma de hacerme tu amiga.

—¿¡Qué!? no Gabriela, esto es una broma —dice sonriendo con ironía.

—No es una broma Marcos, me fascinas, te lo había querido decir pero es que tú tampoco me dejabas —le pone la mano en una mejilla.

—¿Me puedes dejar solo por favor? —le pide con el ceño fruncido.

—Eres realmente bello —dice Gabriela con una sonrisa y le roba otro beso antes de irse con su rostro sonriente, bajando las gradas.

—Pero ¿qué le pasa a esta chica? ¿es neta? no lo puedo creer —murmura negando con la cabeza—. Ahora sí se me va a hacer más difícil conquistar a Mariela, más de lo que me ha costado —chasquea los dientes como queja, de impotencia, y se levanta para ir en busca de Mariela.

Horas más tarde, la hora de salida llega, a Anny le toca irse caminando, esta vez sola, a su hogar. Sin embargo camina un poco cansada mientras mira a las personas de su alrededor hasta que se topa con Germán quien está de salida de una casa muy bonita.

—Hola señorita —su saludo la hace sentir incomoda pero se detiene frente a él.

—Oh, hola —responde un poco seria.

Anny y el Camino a la Verdad [Novela Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora