— ¡Harrington! — saludó la persona frente a él con una sonrisa en la que pudo percibir unos colmillos afilados. Bajó la vista y vió como el chico se terminaba de vendar el brazo izquierdo.
Steve retrocedió lentamente hasta estar fuera de baño. Ahí, cerró la puerta con un golpe que resonó por toda la casa y huyó hasta su habitación, donde se encogió en el suelo abrazando el chaleco mientras lágrimas caían por su rostro.
Se estaba volviendo oficialmente loco. Ese no era Eddie, no podía serlo. Era un espejismo debido a sus ataques paranoicos. No podía ser él. Debería haberle hecho caso a Robin y buscar ayuda médica con su situación.
A lo lejos pudo escuchar la puerta del baño abrirse y su respiración se detuvo. No quería hacer ruido, estaba asustado, paralizado. ¿Que era esa cosa que estaba en su casa? Era imposible que fuera Munson.
Apretó más el agarre a la prenda de ropa, el aroma que lo caracterizaba casi no se podía percibir y eso lo estresaba aún más.Escuchó pasos. El hecho de estar al otro lado de su cama no le permitía ver la puerta de su habitación por la cual los pasos se percibieron más fuertes. Steve cerró los ojos, presa del pánico, sin soltar el chaleco, hundido en lágrimas.
Esa era la peor forma de despertar que había vivido en su vida. El día anterior estaba tranquilo, seguro de sí mismo. Tenía una plan que fue frustrado por un pequeño murciélago. Se había ido a dormir con el pensamiento de que había hecho una buena acción ayudando al pequeño animal y ahora estaba sufriendo de tal forma. ¿Quién o qué era eso?
— Hey — dijo una voz suave — Steve. Lo siento mucho. No quería asustarte, en serio — siguió.
El castaño negó con la cabeza aún con los ojos cerrados intentando huir sin poder hacer nada pues ya estaba lo más pegado a la pared que era posible.
— Steve...soy yo...soy Eddie — el otro volvió a negar.
— N.no sé quién eres pero v.vete — habló entrecortado.
Sus manos temblaban y se notaba más debido al movimiento que generaba al chaleco vaquero.
— Abre los ojos. Por favor. De verdad que soy yo — pidió en un susurro con el mismo tono suave de antes mientras posaba una mano en un brazo del castaño, quien se sobresaltó y abrió los ojos del susto.
Frente a él había un joven de cuclillas que le sonreía mostrando sus colmillos afilados pero con un semblante preocupado. Poseía unos ojos tan rojos como la sangre misma. Sus orejas acababan en punta. Cabello largo, rizado y oscuro y tatuajes que adornaban sus brazos. Llevaba puesta una chupa de cuero y cierta camiseta de cierto club. También vestía una botas con cordones y unos vaqueros rotos por las rodillas.
Era él.— ...Eddie... — susurró sin mover ni un pelo el castaño luego de revisar varias veces al joven.
— Si, Steve, soy yo — respondió alegre mostrando aún más aquellos colmillos mientras se sentaba con las piernas cruzadas frente al castaño.
— ¿Como...? — intentó preguntar Harrington sin poder terminar su propia oración — ¿No eres una ilusión? — preguntó finamente mientras extendía con lentitud el brazo hacia los cabellos del chico hasta lograr acariciarlos, sorprendiéndose de que eran reales — Tu... estás muerto...
— Noup, no lo estoy. Si no, no estría hablando, Harrington
O respirando — intentó bromear sin apartar el brazo del chico — Y no, no estás loco. Soy real. Estoy aquí — dijo sujetando delicadamente la mano extendida del castaño.No quería asustarle, sabía que debía ser difícil para él asimilar algo así. No podía haber movimientos bruscos.
— ¿Como? — volvió a preguntar.
Steve tenía muchas preguntas pero pocas respuestas.
Munson dirigió su mirada al chaleco y Harrington lo notó, intentado esconderlo, avergonzado. El de larga melena alzó una ceja, divertido.
— ¿Por qué lo abrazas? — preguntó acompañado de una leve risa — ¿Lo has lavado siquiera?
Steve se sonrojó — Me ayuda con mis ataques — respondió en un hilo de voz que el otro logró escuchar.
Eddie sonrió enternecido. Ya sabía a lo que se refería. Después de todo, lo había visto con sus propios ojos desde lejos.
Extendió sus brazos abriéndolos. Steve lo miró confundido.— Ven aquí — dijo como respuesta mientras hacía movimientos con sus manos.
El castaño no se movía. Seguía alterado y con una remolino de ideas, preguntas y emociones.
Eddie lo miró fastidiado y bajó los brazos. Luego sonrió travieso y le arrebató de sus manos el chaleco al castaño para seguidamente ponérselo él mismo. Extrañaba su chaleco.
Steve se quejó al instante frunciendo el ceño y haciendo un puchero involuntario.
Munson lo sujetó de los hombros y lo atrajo a él, formando un abrazo.
Steve, sorprendido, no correspondió el gesto hasta unos momentos después, donde rodeó sus brazos alrededor de los hombros de el chico y enredó sus piernas con las del otro. Hundió su cabeza en el cuello y cabello del joven, aspirando.
Un brillo se formó en su mirada. El olor a vainilla y cigarrillos inundó sus fosas nasales. Esta vez, el olor era más fuerte.Fortaleció el contacto mientras Eddie acariciaba la melena mañanera desarreglada del castaño, relajándolo, sintiendo su respiración más calmada.
Munson agradeció haberse estado duchando en el lago esos días utilizando champús y jabones robados. Sinó, esa escena habría sido algo repulsiva para el otro.
— ¿Estás mejor? — preguntó en un susurro sin romper la burbuja que habían formado sintiendo como el chico asentía — Sé que quieres respuestas y te prometo que te lo contaré todo. Pero ahora necesitas desayunar y tomarte un respiro después de todo esto — comentó lo último entre leves risas.
Intentó separar sus cuerpos pero el castaño negó con la cabeza forzando más el agarre.
— Harrington, tienes que comer. El desayuno es la comida más importante del día — dijo imitando la voz de una anciana haciendo reír levemente al otro — Y no vuelvas a comer comida rápida. No seas idiota.
El castaño se separó abruptamente sorprendiendo al de larga melena.
— ¡¿Entonces has sido tú todo este tiempo, capullo?! — preguntó exaltado.
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SWEET BLOOD [Steddie]
FanfictionHabían perdido a Eddie Munson. O eso pensaban todos hasta que Steve comenzó a tener la constante sensación de que alguien le observaba en la oscuridad de las noches. ! El dibujo de la portada no es mío !