Capítulo 14: Lucas

11 1 0
                                    

Quédate un poco más — le suplique a Alex pero este se negó — prepararé algo rico para que comas.

Volvió a negar. Tomó su chaqueta, colgó su bolso en su hombro y se encaminó hasta la salida. Lo seguí.

— hace unos instantes no querías irte y ahora que quiero que te quedes decides dejarme ¿Te das cuenta que eres un mal amigo?

Aunque si lo miramos de otro punto de vista, él y yo ni siquiera somos amigos. Alex se da la vuelta bruscamente y me enfrenta. Choco contra su pecho sin poder evitarlo.

— Soy un mal amigo. Soy una mala persona. Vale, lo pillo.

— ¡Oye! Venga, no seas así ¿Qué cosa necesitas hacer que requiere tu presencia de manera urgente?

Alex ma da una sonrisa de costado y una mirada mezclada entre tristeza y excitación. Me preguntó qué pasará por su cabeza.

— ser una mejor persona.

¿Qué quiere decir con eso? ¿Qué significa eso?

— te ayudaré en lo que quieras — ofresco — si no me dejas sola.

Alex mira más allá de mi hombros, asiente y luego baja su cabeza hasta quedar frente a frente conmigo.

— quizás en una próxima ocasión. — se da media vuelta y sale de mi casa sin antes decir un claro y fuerte :— disfruta de tu noche.

Cerró la puerta en mi cara y luego desapareció. Escuché como su moto se encendió y luego ya no había nada más que silencio.
Alex se había ido. Y yo me arrepentía de dejarlo ir.

— muy bien ¿Qué planes tienes para esta noche?

Nash ¿Por qué él no se pudo ir con Alex? ¿Por qué tenía que permanecer aquí en mi propiedad?

Me doy vuelta y él está sentado en el sofá jugando con las llaves de su moto. Me cruzo de brazos y doy golpecitos al piso con mi pies.

— Mis planes son que tú te vayas de mi casa para poder ver alguna película, comer y dormir. Tan simple como eso.

— Genial — dice Nash mientras se quita su cazadora y la coloca a un lado del sofá. Ignorando todo lo que dije —  ¿Qué película vamos a ver?

Quizás no todo.

— No vamos a ver ninguna película. Yo veré una película, sola. — hago énfasis en la última palabra para que entienda que su presencia ya no hace falta. Y se pueda ir.

— ¿Qué de emocionante tiene ver una película sola un sábado por la noche?

Nash cruza sus brazos por detrás de su cabeza y sube sus piernas a la mesita que está en medio de los sofás. No puedo evitar notar que sus muslos se ven fuertes, sus piernas largas y varoniles.

¿Por qué tiene que ser tan alto? ¿Por qué sencillamente no es bajo, lleno de granos, feo y maloliente? Pero no, tiene que ser alto, fuerte, varonil, lleno de músculos en los lugares correctos y malditamente caliente.

Que injusticia.

— Tiene de emocionante estar sola. Tranquilidad. Paz mental ¿Sabes a lo que me refiero? — le digo luego de recobrar el aliento. Tan solo verlo me distrae de mis propios pensamientos.

— No y no me importa.

— ¡Ya sé que te da igual! — grito e inhalo profundo para calmar mi temperamento.

— Nash, necesito que te vayas.

— No.

Muerdo mi lengua para no saltar sobre él y sacarlo a punta de golpes fuera de mi casa. No creo en la violencia pero Nash suele sacar mi lado violento.

Polos Opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora