❦𝑂𝑢𝑟 𝑆𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡 (KookV)❦

❦Capítulo 28.

Han pasado dos días desde que Jeon, leyó la carta de Taehyung, su lobo llora sintiéndose herido, su destinado lo planea abandonar y no puede hacer nada para impedirlo.

Caminando por los hermosos jardines, pensando en como acercarse a su Omega para solicitar un explicación, sin que se sienta amenazado. No quiere incomodarlo.

—¿Qué me hiciste Kim Taehyung? —Habla bajito mientras sostiene una flor entre sus manos —Ahora me aterra pensar en un futuro sin ti.

★★

Son las 8 pm y el principe Kim, busca desesperado a su amado, extraña mucho su calor, últimamente el tiempo juntos se volvió nulo, debido al amplio trabajo de su alfa o eso creía.

Intenta caminar con rapidez al notar una suave silueta en el jardín, está por gritar el nombre de la persona, pero en tan solo 5 segundos todo se ve arruinado.

—¡Jungkook!

1 segundo, alguien aparece a las espaldas de su novio.

2 segundos, una persona más hace compañía.

3 segundos, se acercan en silencio.

4 segundos, sacan un cuchillo.

5 segundo, su novio cayendo intentando defenderse luego de ser atacado.

El chico, corre al rescate, logrando atrapar a ambos individuos justo cuando llega el guardia. Su alfa con uno y el sosteniendo al otro, hasta para luchar lo hacen bien.

Algunos soldados comienzan a buscar a más individuos, mientras los otros llevan a los intrusos para interrogarlos. Taehyung, mantiene la vista en uno de ellos reconociéndolo como un sirviente de Namjoon, aunque deja todo atrás cuando nota como Jeon cae en sus brazos.

Estático sin saber que hacer, solicita a la curandera, ordena que lo ayuden a llevarlos a la habitación y entre sollozos sostiene la mano de su amado.

Llegan a la habitación y no sé atrave a sacar el arma, por los conocimientos que adquirió con el tiempo, recuerda que eso puede dañar más.

Mira al cuerpo sobre la cama, deseando que todo sea un mal sueño:

—Amor, por favor no me dejes, no puedo vivir sin ti. —intenta decir entre lágrimas.

¿Y si el arma estaba envenenada?

Intenta eliminar los malos pensamientos, anhelando que no sea nada grave, la culpa aparece, notando el daño que le causa a quienes dice amar.