Al separarse del abrazo, se miran unos minutos y se sonríen, contemplado el rostro del contrario, para luego acercarse y juntar sus labios.
—Te extrañé demasiado, cariño.
—Y yo a ti, amor. Lo siento, por mi culpa no nos podíamos ver —al terminar de decir eso Jungkook, hace una mueca de tristeza, sintiendo la culpa invadir su cuerpo.
Él al ser el príncipe heredero tenía demasiadas responsabilidades, por ende, eso no le permitía ver a su novio cuando se le antojara.
—Cariño, no te culpes. Ambos tenemos responsabilidades con nuestros reinos, por ese motivo, no solo es tu culpa —luego de decir eso, TaeHyung le sonríe, dejando reiterados besitos en su mejilla, aunque al ponerle fin, vuelve abrazarlo, hundiendo su rostro en el pecho del alfa, respirando ese aroma tan reconfortante y familiar.
—Cariño, te amo demasiado.
El pelinegro acerca sus frentes y se miran directamente a los ojos, expresándose todo lo que realmente sienten con una simple mirada.
—Sabes muy bien que yo te amo más.
El omega, suspira como tonto enamorado e inhala el olor a café con un pequeño toque de eucalipto del contraído, calmando ese horrible vacío que lo venía acompañando hace semanas.
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Pasan toda la tarde dándose mimos y contándose todo lo que habían hecho mientras se encontraban separados.
Al mirar el cielo, ambos se observan con tristeza, sabiendo que ya era hora de volver a su realidad.
Les dolía demasiado separarse, deseaban con toda su alma poder estar juntos sin estar ocultando su relación, pero lamentablemente sus padres se odiaban y no sabían que podía ocurrir sí descubrían la verdad.
Se aman, por eso, lo menos que desean es que alguno de los dos salga herido por un descuido del otro.
Les cuesta aún alejarse, sus pechos les arde. Se dan el último beso y se sonríen, deseándose suerte, para luego comenzar a caminar por caminos completamente separados con un fuerte dolor acompañándolos.
