DOMINACIÓN DEL ABISMO

Capítulo 79: Tribu Ogro

Defender el territorio de uno contra los invasores era una ley de la naturaleza. Solo después de defenderse con éxito de los ataques de otros, uno sería reconocido como el propietario legítimo del territorio. Si no, otros simplemente seguirían disputando la propiedad de la tierra. En otras palabras, los ogros que intentaran apoderarse de la región cercana a Whiterun tendrían que defenderse del ejército de la ciudad para asegurar su territorio recién obtenido y proclamar su propiedad a sangre y muerte. Si simplemente evitaran a los humanos, aunque eso no fuera posible de todos modos, otros monstruos desafiarían su reclamo sobre el lugar, lo que llevaría a un caos prolongado.

Había muchas regiones que no pertenecían a nadie, pero eso no significaba que los habitantes cercanos dieran la bienvenida a nuevos inmigrantes a la zona. Si hubiera sido una pequeña tribu errante, tal vez a nadie le hubiera importado, pero esta vez una tribu masiva se había mudado todos juntos a un nuevo lugar, destruyendo el equilibrio de la región.

A menos que no pudieran rivalizar con los monstruos en la batalla, los humanos no permitirían que una gran tribu de ogros se estableciera cerca de sus carreteras principales. Si realmente no pudieran deshacerse de los monstruos, renunciarían a ese camino y abrirían otro camino a través del desierto. Ninguna gran tribu de monstruos vivía cerca de las carreteras principales porque las ciudades los habían estado reduciendo generación tras generación hasta que los monstruos nunca regresaron debido al miedo grabado en sus mentes. Después de ser derrotado por completo tantas veces, incluso los monstruos aprenderían a evitar las áreas cercanas a las carreteras principales.

El establecimiento de los ogros en la región era lo mismo que enviar un desafío a todos los habitantes originales, y no había mejor manera de mostrar su poder que destruir a los humanos con el objetivo de eliminarlos. Siempre que la ubicación del objetivo estuviera en la naturaleza, los funcionarios de Whiterun no se esforzarían demasiado en recuperar el lugar. Si fueran derrotados, podrían lanzar uno o dos ataques más antes de darse por vencidos; no había nada que sacar provecho de prolongar la batalla. En el mejor de los casos, construirían una línea defensiva cerca del asentamiento de los monstruos y los dejarían mientras no invadieran. Sin embargo, las cosas serían diferentes si fuera una región fértil. Las ciudades intentarían reclamar tal área debido a la demanda de alimentos, sin importar cuántos intentos y bajas se necesitaran.

Había sucedido muchas veces a lo largo de la historia. Autumnfall era en realidad una ciudad establecida por semielfos después de que se deshicieran de la tribu de ogros original que vivía allí. Desde entonces, los semielfos habían luchado en innumerables guerras para defender su territorio, luchando contra ogros, hombres bestia y enanos de las colinas. Se mantuvieron firmes y salvaguardaron su propia ciudad y, al final, los habitantes cercanos reconocieron su propiedad sobre el territorio de 300.000 kilómetros cuadrados porque se habían quedado sin ideas para tratar con los semielfos.

El simple hecho de ocupar un lugar no significaba que otros reconocieran el derecho de alguien sobre él. Otros monstruos simplemente atacarían y tomarían el control de la región cada vez que los 'dueños' estuvieran debilitados o inconscientes.

Las personas que vivían en la naturaleza construyeron aldeas empalizadas, pero no eran tanto terratenientes como humanos que simplemente vivían en la naturaleza; no tenían control sobre el territorio, ya que los monstruos cercanos no los reconocían. Era imposible obtener tierras sin derramar mucha sangre.

Cerca de la tarde del segundo día, Soran finalmente vio la bandera de guerra de la tribu ogra, o al menos lo que contaba como una. Para ser precisos, era un poste de madera con cráneos humanos colgados y asegurado al suelo con una pila de piedras.

Era una señal, una que declaraba que cualquier tierra más allá de la bandera era territorio de los ogros y coto de caza. Cualquier intruso sería considerado invasor. Era similar a los monumentos de piedra grabados con las palabras 'Whiterun' y un dibujo de un semental erigido cerca de las fronteras de Whiterun.