𝐓𝐇𝐄 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐒 // 𝔭𝔯𝔦𝔫𝔠𝔦𝔭𝔢 𝔠𝔞𝔰𝔭𝔦𝔞𝔫

𝟎𝟐

𝐓𝐄𝐋𝐌𝐀𝐑𝐈𝐍𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀 𝐍𝐀𝐑𝐍𝐈𝐀𝐍𝐎𝐒

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Caspian decidió ir solo por su cuenta a buscar a su tío, pero, Cyrene, Nikabrik y Buscatrufas, lo siguieron de hurtadillas entre los árboles y arbustos del suelo. Pero al pisar, hacía demasiado ruido y Caspian lo notó.

──Os estoy oyendo. ──habló el príncipe. Buscatrufas y Nikabrik salieron de detrás de dos árboles. 

──Yo creo que deberíamos esperar a que llegaran los reyes. ──Buscatrufas contestó. 

──¿Y vuestra amiga? ──inquirió el príncipe al no ver a la chica.

Cyrene salió de golpe de entre los arbustos que cubrían el suelo por completo. ──Estoy aquí. ──soltó causándole un susto a Caspian.

Caspian solo rodó los ojos y continuó su camino.

──Muy bien, ──habló el tejón. ──vete, a ver si el resto es tan comprensivo.

──Mejor te acompaño. ──dijo Nikabrik. ──Quiero ver cómo te apañas con los minotauros. 

Caspian paró de andar y se giró hacia ellos. ──¿Minotauros? ──preguntó. ──¿Existen? 

Los demás se acercaron a él. ──Y tienen muy mal genio. ──respondió Buscatrufas.

──Solo un insensato se metería con ellos. ──dijo Cyrene. 

──Por no hablar de su tamaño. ──Nikabrik intentó meterle miedo al príncipe.

──Son enormes. ──añadió el animal.

──Gigantescos. ──siguió Cyrene. 

──¿Y los centauros? ¿Todavía existen? ──formuló Caspian empezando a volver a andar con ellos. Cyrene iba delante de él.

──Si, existen. ──respondió la chica alzando un poco su vestido para caminar mejor. 

──Los centauros probablemente se pondrán de tu lado pero a saber que es lo que podrán hacer los otros.  ──contestó el tejón.

──¿Qué pasa con Aslan?

Ante la mención del león de Narnia, los tres narnianos detuvieron su camino y miraron al príncipe con confusión. 

──¿Cómo sabes tanto sobre nosotros? ──inquirió Nikabrik. 

──Historias. ──simplemente contestó. 

──Espera un momento. ──habló Buscatrufas. ──¿Tu padre te contaba historias sobre Narnia...?

Ninguno de ellos podía creérselo. El padre de Caspian el Décimo, un Telmarino, ¿Contaba historias de su reino a su hijo? Eso no tenía sentido.

──No, mi profesor. ──respondió el pelinegro. 

Los tres narnianos se miraron entre si. ──Lo siento mucho. ──se disculpó el príncipe. ──Pero no deberíais hacerme estas preguntas. ──retomó la caminata. 

Buscatrufas olió algo. ──¿Qué hueles? ──le preguntó la chica.

──A humano. 

──¿Yo? ──Cyrene se señaló a si misma.