Capítulo 10:
Con prisa sus zapatos tocaban los charcos de la calle que fueron producidos con tal rapidez por la lluvia, no tenía paraguas y creía que con su bolso podía protegerse del agua; corría como si su vida estuviera en peligro y como no temer si podía escuchar como a la misma velocidad se acercaba un par de personas, su corazón latía como loco y no solo por el ejercicio que estaba haciendo, según creía había un callejón que guíaba a otra avenida, tal vez eso sería su salvación. Al momento que giró y miró hacia atrás mientras seguía en camino a su salvación, chocó contra una enorme reja con alambre de púas en el final.
—Oh no... - murmuró preocupada, al escuchar una lata golpear la pared del callejón, intentó ocultarse detrás del único contenedor de basura.
—Donde se metió. - logró oír.
Parecía que los pasos se alejaban, era algo difícil de saber ya que las gotas gruesas que caían del cielo producían demasiado ruido al chocar contra el contenedor.
Quería asomarse ¡pero tejía miedo! ¿Y si aun estaban allí? Antes de que lograra hacer algo, fue tomada del cabello mientras dos sonrisas lascivas y el olor a alcohol le dieron el susto de su vida.
—Porqué tan sola...
—S-Sueltenme. - jamás le gustó hacer el papel de damisela en peligro pero lo que más deseaba ahora era que alguien le ayudase.
—Oye no te haremos nada. - dijo el otro tipo.
Por más que el olor a cerveza era evidente, no parecían estar lo suficientemente ebrios como para no pensar claramente.
—Solo...queremos un dinerín. - por supuesto, debía dejar de vestir como si aun viviera con sus padres. —Decir que no tienes no cuenta porque a juzgar por esa ropa...tienes mucho que ofrecer.
—Jeje y no solo hablamos de dinero. - agregó el otro.
El agarre pasó del cabello a la cintura, el aliento cerca de ella era demasiado asqueroso como para no querer vomitar y trataba de calmarse para pensar con la cabeza fría.
Se le ocurrió pisar con fuerza el pie de aquel que la aprisionaba y luego pateó la entrepierna del otro, al querer huir, fue tomada del brazo y golpeada en el rostro que la tumbó al suelo mojado, su visión se puso borrosa debido al mareo por el golpe, pero pudo identificar una tercera persona desconocida atacando a los hombres que querían aprovecharse de ella. La pelea no duró más de diez segundos y cuando su vista se aclaró observó como aquella persona acomodaba su cabello y estuvo segura de haber visto como su cuerpo empezaba a disminuir su tamaño.
Cuando se acercó, sus oídos a penas pudieron escuchar la pregunta.
—¿Eh?¿Disculpa, qué?
—¿Te encuentras bien? - volvió a preguntar extendiendo su mano.
¿Se encuentra bien señorita?
Parecía estar volviéndose loca cuando pensó que ya había escuchado la misma pregunta con el mismo toque encantador.
—¿J-Jefa? - su impresión no impidió que tomara su mano.
—Te acompañaré a casa.
—¿Q-Qué? - supuso que el auto de la morena estaba estacionado en alguna parte al ver como la jaloneaba fuera del callejón.
Creyó que el camino sería silencioso entre ellas con la lluvia como única melodía entre sus cabezas, pero las cosas eran distintas, una persona que consideraba engreída y de pocas palabras, la sermoneo...y Blight odiaba los sermones.
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Lamento de demonio - Lumity
FanfictionMaldecída a una infinita inmortalidad, deberá soportar los miles de recuerdos de como asesinó terriblemente a la persona que más ama.