Lamento de demonio - Lumity

The Bell of Destiny

Capítulo 17:

A altas horas de la noche con una chica de aparentes veinte años acostada en el asiento trasero de su coche con la sonora respiración acaparando su sentido auditivo, sus intestinos se estrujaban con dureza por haber roto su propia promesa, pero a la vez se alegra de haber ido a aquel bar, de lo contrario Amity Blight habría desaparecido. Por el retrovisor observaba cada gesto que la ojiambar realizaba, desde la nariz arrugada - algo característico que tenía su querido amor Amelia Brown y que adoraba con toda el alma - hasta la expresión de fastidio cuando uno de sus cabellos la molestaba, la calefacción del vehículo fue modificada pues no encontró el abrigo de su asistente por ningún lado, ella podía resistir hasta el clima más congelado pero Amity quien era una humana mortal y ordinaria, moriría fácilmente de hipotermia.

—Mm papá por tu culpa me dicen Mittens. - murmuró la somnolienta chica cuando Luz la tomó en sus brazos bajándola del auto.

Se encontraban en el encerrado estacionamiento bajo tierra del hotel donde Noceda se hospeda, procuró estacionarse cerca del ascensor que las llevaría al lobby, el peso no era el problema, sino más bien el hecho de que Blight podría moverse demasiado.

Era demasiado tarde como para que alguna persona las viera, tampoco es que estuviera cometiendo algún delito; Amity la sostenía con fuerza como si en ese momento estuviera teniendo una pesadilla y ella fuera su refugio, se acurrucaba en su pecho con presión, Luz se preguntaba si su clavícula estaba incomodandola, los huesos que eran tan duros como una piedra arruinaban cualquier ocasión de esa clase de acercamiento.

—Quien eres... - preguntó la muy mareada Amity.

—Nadie importante. - respondió.

—Aburrida. - soltó una corta risa que suavizó la expresión de la vampiro. —Te pareces...a alguien. - expulsó un eructo silencioso y a Luz le llegó el olor a bebida.

—A quien te parezco. - ciertamente tenía algo de miedo. ¿Será que la ojiambar a recordado algo de sus muchas reencarnaciones?

—Mmmh... - se movió fastidiada en la ancha cama que se estaba desordenado por sus continuos movimientos. —No te conozco. - se sentó de repente, sus mejillas estaban tan rojas como una cereza y sus labios se habían reservado por la falta de cuidado y frío. —Pero déjame contarte algo. - sonrió enormemente de lo ebria que se encontraba.

Sentada, confiada y totalmente borracha, Amity Blight palmeo el colchón, justamente al lado de sus rodillas para que Noceda se acercara y tomara asiento, ¿se trataba de un secreto? Parecía que en cualquier instante la ojiambar le susirraria algo al oído.

—Mi jefa. - Luz asintió. —Es una... - la morena esperó la palabra "monstruo" o "vampira". —¡amargada! - y junto con la exclamación salió un berrinche. —No no, le queda corta esa palabra. - se puso en cuatro y acercó a Luz con una expresión molesta. —Trabajo para esa...mujer y simplemente me ignora. - se dejó caer de lado inflando sus mejillas a punto de llorar.

—No crees que...¿Tenga un motivo? - ahora de repente se sentía mal por tratarla de esa forma.

—Conozco el motivo pero ya le dije que no le tengo miedo. - Luz alzó una ceja.

—Oh...¿En serio? - inclinada hacia la chica, con una mirada de cazador, colocó su mano al lado de la cabeza de Amity mientras esta sumisamente dejaba que el dorso de la morena cayera lentamente de lado. —Yo creo que ella solo quiere protegerte.

—Solo es una aburrida. - dijo con sus ojos entrecerradose del cansancio. —Una aburrida...muy linda. - y con eso solo cayó en los brazos de morfeo para luego sumergirse en el infinito mundo del sueño.