Capítulo 14:
De un salto se despertó confundida y a la vez agitada, en vez de encontrar su humilde y desesperante dormitorio, observó una habitación costosa que nada más tenía un ropero junto con una mesita al lado de la cama, no había ropa regada o zapatos los cuales podían ayudar a identificar al propietario; no recordaba lo que había sucedido la tarde anterior, solo sabía que se había encontrado con sus hermanos al rededor de las cuatro para conversar acerca de la situación en casa, la cual iba de mal a peor desde que decidió alejarse de su desastrosa madre, también recibió algo de dinero, los mellizos tenían la cuenta de sus tarjetas muy bien checadas por la mujer de ojos celestinos para evitar que ayudaran económicamente a su hermana menor, la paga no era mala en la empresa donde estaba, pero prefería ahorrar lo necesario por si sucedía algún problema, cambiar de departamento por muy malo que sea, no era una buena opción de momento pues últimamente las cosas se hacían cada vez más costosas.
Sus pensamientos se detuvieron al sentir la voz de alguien fuera de la habitación, ¿era un hombre? ¿Una mujer? Parecía algo...preocupada.
—¿Se encuentra bien?
Esa mirada le produjo un escalofrío. Apretó las sábanas, tragó saliva y observó con detenimiento la presencia de su jefa.
—Señora-
—Señorita, no estoy casada ni mucho menos, vieja. - aclaró. De por sí tenía demasiados años pero era indiscutible que su apariencia era como en aquel tiempo cuando tenía sus vivos diecinueve.
—Señorita Noceda, no es por ser grosera, pero que hago aquí. Con usted. - pensó lo último.
La morena parecía analizar cada diminuta parte de su rostro, sabía que algo había sucedido y le desesperaba no recordar. La diferencia entre ambas era que Luz si sabía como aparentar tranquilidad en un momento de tensión y esmero como lo era el hecho de que la ojiambar había descubierto su secreto, fue muy irresponsable de su parte haber hecho aquella imprudente búsqueda de comida, pero quien pensaría que Amity Blight subiría a un viejo tren que estaba a punto de quitarse del mapa de la ciudad.
—Se ha desmayado.
—Dudo que nuestro encuentro haya sido accidental. - de por sí ya era raro que su jefa la trajera a su espacio privado.
—Tienes razón. - aceptó.
Sabía que tarde o temprano la menor de los Blight recordaría la delicada situación en la que la encontró en esas vías de tren.
Amity empezó a retroceder sus pasos mentalmente, no había sido un sueño ni mucho menos una pesadilla, había sido real y la manera en como Luz la miraba lo confirmaba.
—Veo que ya hiciste memoria. - peinó su cabello con los finos y largos dedos de su mano. —Lamento mi...hostilidad. - sabía que estaba actuando de manera rara y a la defensiva.
—Gracias por salvarme. - soltó.
Abrazaba con la menor de sus fuerzas, las piernas que el dia anterior temblaron al ver la sangre ajena manchar los labios de la morena. Por otro lado, Noceda se iba sorprendida, de todas las palabras que pudo haber dicho, prefirió agradecer antes que maldecir o rogar por su vida.
—¿No me tienes miedo? - preguntó con calma mientras daba un paso más hacia la cama.
—Al principio sí. - suspiró. —No puede culparme, no es como si viera sangre a diario y usted...¿Es caníbal?
La pregunta le sacó una sonora carcajada, creyó que había entendido todo desde el momento que mostró sus ojos carmesí brillando en la oscuridad de la noche, pero supuso que se trataba de las típicas personas que no creen que en fantasías o ficción, como lo eran los hombres lobo o en este caso, vampiros.
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Lamento de demonio - Lumity
FanfictionMaldecída a una infinita inmortalidad, deberá soportar los miles de recuerdos de como asesinó terriblemente a la persona que más ama.