Capitulo 16 - Diciembre

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Suenan las campanas en toda la cuidad,
marcando el inicio de una maravillosa festividad.
Bajo el frío invernal, de cuidad en cuidad.
En las calles puedes ver, a niños entonar
dulces armonías de esperanza y unidad.

Navidad llegó, más temprano de lo usual.
Y a Santa, no le dio el tiempo de terminar.
Los preparativos están a medio acabar.
Así que a los duendes hay que apresurar.

Obedece a tu mamá, obedece a tu papá.
Y no te olvides de las galletas preparar.
Duerme temprano y sin rechistar.
Que a la mañana siguiente una sorpresa encontrarás.

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Maxi, Maxi es hora de despertar, venga despierta bebé - Sam intentaba infructuosamente despertar al pequeño Max. Tomando las sabanas formo una bolita así quizo ocultarse de Sam, sus ojos le pesaban no temía ganas de despertar.

El dia anterior vieron una maraton de Shuek, para la sorpresa de Tom y Sam esta vez Max resistió despierto hasta las 12 de la noche, 4 horas después de su hora de dormir, algo muy sorprende si piensas que nuestro Bebé Max es un dormilón por exelencia.

Hoy Sam ve las consecuencias de dejar a un pequeño trasnochar. Max simplemente no quería despertar, sin más que hacer Sam decidió cambiarle el pañal mientras aún duerme, así no provocaría un berrinche en medio del cambio.

Levanto las sábanas de Spiderman, dejando que el aire frío tocara la tierna piel de Max,  el pequeño al sentir la corriente de aire empezó a moverse en busca del calor perdido.

Con ambas manos Sam arrastró desde los pies al escurridizo Max, acomodando al bebé cerca de él, con Max cerca vio un empapado pañal. Rápidamente despegó las cintas encontrándose un desastre en el interior, pipí y caca por montón, con el mismo pañal retiro todo lo que se pudo formado um bollo que lanzó al basurero.

Ya sin su pañal, Sam limpio todo resto de popo del trasero del bebé dejándolo reluciente, con cuidado limpio el resto de pipí, pasando la toallita por la entrepierna del pequeño y sus muslos.

Al sentir el frio y la presión de la mano de Sam en su vientre, el pequeño Max sin querer y aun medio dormido comenzó a orinar.

Su pequeño amigo se levantó apuntando directamente a la polera de Sam dejamdo salir el resto de orina que contenía su vejiga. Sam no logro reaccionar quedando enpapado en pipí.

Tom!!!!!! - grito Sam al instante buscando ayuda.

Al llegar Tom se encontró con una escena muy particular su pequeño bebé lloraba asustando ante el grito de Sam, mientras que Sam empanado de orina estaba sentado a los pies de la cama tratando de quitarse la camisa mojada.

Ya, ya mi pequeño, ¿qué paso acá?, mis dos amores se mojaron - Tom sosteniendo a Max entre sus brazos trataba de calmar el llanto de su pequeño. Mientras Sam le contaba lo sucedido.

Unos minutos más tarde podías ver a Sam y Max desnudos en la bañera, mientras Tom tallaba sus cuerpos dejando atras todo rasto de orina.

Los dos hombrecitos se relajaron en el agua dejando todo el trabajo de limpieza en manos se Tom, con una esponja, shampoo y jabón corporal Tom limpio a sus dos amores.

Con sus dos amores limpios Tom se retiró del baño dejado a sus hombrecitos a solas para que disfrutaran el agua tibia. Al terminar Sam llevó a Max a su habitación dejamdo al pequeño sobre la cama, mientras que Tom en la cocina preparaba el desayuno.

Tomando un pull-ups, talco, crema y una muda de ropa limpia Sam, cambio al pequeño Max.

Esta bien Max ahora estas limpio y sin más reservas secretas de orina, vamos a cambiarte la ropa bebé, tengo una hermosa camisa de Simba para ti - Con mucho amor Sam le hablaba al pequeño, aunque este no le prestara atención.

En la cama Max miraba atentamente sus manos, no sabia cuantos dedos tenia, así que intento contarlos, en la primera mano conto: uño, do, cuato, do, thee. Con la primera mano lista empezó a contar sus segunda mano: Uño, do, thee, uño y cuato.

Al terminarlo de contar y alegre por su logro Max miro expectante a Sam en busca de un elogió por su gran logro. Sam que estaba por terminar de vestirlo se percató de la mirada del pequeño pero no entendió que necesitaba, y erróneamente pensó que quería su chupete.

Sin perder tiempo saco del velador un chupete azul para el principe de la casa. Max no buscaba su chupete pero tampoco le diría que no a uno, comenzó a succionar a un ritmo pausado mientras pegaba su mirada en la televisión, que Sam había encendido.

Con el accidente de la mañana, Sam no quería más guerra, uno de sus sueños más grandes era ser papá y si bien !ax no era su hijo biológico lo quería como uno, solo que en momentos como estos se daba cuenta de lo agotador que era ser padre.

De repente Max empieza a llorar, no paraba, sus lagrimas caían recorriendo su rostro, mientras a todo pulmón gritaba.

Sam quizo calmarlo infructuosamente, lo levanto en sus brazos y empotró a mecerlo con suaves golpes en la espalda, que poco a poco logro calmar la situación.

En ese momento llega Tom a ver a su bebé, Max ve a su papá y extiende sus brazos en busca de consuelo, Tom se acercó a Sam y recoge a su bebé de entre los brazos de Sam.

No se ¿por que empezó a llorar? estaba viendo Toy Story cuando de repente lo siento llorar, no se que sucedió - decía Sam preocupado por el bebe Max.

O mi bebé ¿Qué pasó?, cuéntales a tus papis ¿Por qué estabas llorando?, ¿Ya? - preguntaba Tom mientras sentaba a Max en sus piernas.

Sin decir una sola palabra Max mira su estómago y hace señales con sus dedos apuntado su ombligo, al instante Tom y Sam se percatan de lo sucedido con todo lo sucedido en la mañana se olvidaron de darle el biberón a su bebé.

Y sin su biberón matutino el pequeño se descompensó al esperar tanto tiempo su tete.

Tom llevo a Max a la sala de estar, donde le entrego al señor bigotes un nuevo peluche y rápidamente fue a calentarle la  leche, unos segundos más tardes podías ver a Max sentado, con el señor bigotes en sus brazos mirando Toy Story y bebiendo su mamadera.

Mientras Max veía televisión Sam y Tom discutían sobre las decoraciones y los preparativos de la navidad, todo debía ser espectacular, regalos por montón, luces y muñecos por toda la casa, galletas de jengibre a destajo y el ponche navideño de todos los años.

Todo el día se la pasaron decorando la casa, y entre tanto cambiaron a Max unas dos o tres veces un poco más de lo usual, pero nada extraño en general, Max avisaba a veces y eso salvaba a la pareja de cambiar 5 o 7 pañales diarios el pequeño tenia un sistema digestivo al estilo de flash.

Principalmente culpa de su padre que literalmente lo trataba como un bebé hasta en las comidas, papillas y leche todo los días, con ese tipo de alimentación era sorprendente que Max creciera tan bien y se mantuvieron rechoncho.

Ya era de noche cuando terminaron de decorar, Tom llevo a Max a su cama, y alzo los barrotes, un cambio de pañal antes de dormir, un beso de buenas noches y luces fuera.

En su habitación se encontró con un elfo semi desnudo, con orejas y un gorrito puntiagudo, unos calzoncillos verdes con botones dorados que lo esperaban en la cama para una noche de pasión entre papá Noel y su duende mágico.

Mi pequeño hombrecito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora