Odio los viajes en carretera, aunque jamás se lo haya dicho a nadie, me ponen ansiosa. Usualmente me duermo para que así el tiempo pase más rápido, o por lo menos que así se sienta, pero simplemente no importa cuánto cierre los ojos el sueño no llega.
Es así como, después de un par de horas de intentar dormir sin éxito, me propongo a mí misma torturarme pensando cómo fue que llegamos hasta aquí en primer lugar. Empezamos por el verdadero comienzo hace aproximadamente dos años:
Mi padre, John Grayskull, había sido despedido del bufete de abogados en el cual trabajaba por lo que tuvo que buscar empleo en otro. Fue así como conoció a Apolo Weaver pues ahora trabajan juntos.
Rápidamente ambos hombres se hicieron amigos y organizaron una cena para que Sharon, mi madre, y Margot, la esposa del señor Apolo, se conocieran. Por lo que sé la velada duró hasta altas horas de la noche con sonoras carcajadas y conversaciones sin fin.
Desde ese momento ambos matrimonios tenían ganas de hacer todo tipo de planes juntos. Para mi mala suerte ninguno quería dejar a sus hijos fuera de todo esto. Fue así como conocí a los hermanos Weaver.
—¡Llegamos familia! —Exclama mi padre sacándome de mis pensamientos.
Volteo a ver a mis hermanos dándome cuenta de que tienen los audífonos puestos así que dudo que hayan escuchado a papá.
Miro por la ventana y veo que el auto a nuestro lado está vacío, aunque los hombres de la familia Weaver aun terminan de sacar algunas cosas de la cajuela, así que no tardo en bajarme de una vez por todas. Apenas pongo los pies en el piso siento unos pequeños brazos envolver mi cintura.
—Hola Adora —me saluda animadamente Caleb, el hijo menor de los Weaver, con sus 8 añitos y una personalidad totalmente extrovertida. De alguna manera me recuerda a mi hermano Adam cuando tenía su edad.
—Hola Caleb —le digo despeinando ligeramente su cabello castaño.
—Mira, la casa es genial —me dice el pequeño señalando a la construcción a mis espaldas.
Por primera vez veo la casa con detenimiento, es realmente grande y bonita, con palmeras adornando la entrada. Pero no, no es nuestra ni de los Weaver, es de un cliente de nuestros padres, quien agradecido por el gran trabajo de ambos, se las prestó por dos semanas para que pudieran disfrutarla con sus familias.
¿Por qué mejor no pasar cada familia una semana en la casa? No lo sé, pero debido a todas estas decisiones ahora pasare 14 días de vacaciones con mi crush, a quien por cierto aún no he visto.
—Bro —me dice Apolo, el hijo de en medio de los Weaver, amante de los videojuegos y de mi misma estatura a pesar de tener solo 14 años, logrando sacarme de mis pensamientos.
—Hola bro —le respondo con una sonrisa extendiendo el puño esperando su saludo.
—Vamos adentro —me dice Caleb soltando por fin mi cintura para tomar mi mano.
—Okay, pero primero debo bajar mi maleta —le explico al niño, quien asiente rápidamente.
Me dirijo hacia la cajuela para bajar mi maleta, donde aprovecho a saludar al señor Weaver, quien como siempre estrecha mi mano y me regala una gran sonrisa, para después seguir charla animadamente con mi padre.
—Adora, lleva mi maleta también —me pide Emma, mi hermana de casi 18 años y a quien también considero mi mejor amiga.
Ya una vez con ambas maletas sigo al animado Caleb y a Apolo, quien llega también un par de maletas, hacia la casa.
Lo primero con lo que nos topamos es con la gran sala y es ahí donde la veo: Catra Weaver, apenas unos centímetros más bajita que yo así como un año menor, impresionantes ojos bicolores, una sonrisa perfecta, un cuerpo de ensueño, una aguda inteligencia y un carácter firme... Bueno debo de dejar de alabarla en mi mente.
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De vacaciones con mi crush [Catradora AU]
FanfictionLa familia Grayskull y la familia Weaver se hicieron cercanas desde hace un par de años. Adora, la hija mayor de los Grayskull, no recuerda el momento exacto en que sus sentimientos se apoderaron de su corazón pero está profundamente enamorada de C...