06: ¿Esperanza?

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El clima ha vuelto casi a la normalidad así como mi estado de ánimo. La verdad ayudó mucho mi escapada y que en mi regreso nadie preguntara sobre ello. Catra, quien era quien más me preocupaba, pareció olvidar el asunto del sueño, sólo preguntándome si ya me sentía bien de salud a lo cual respondí afirmativamente.

Fue así que por la mañana Margot vino a despertarnos con una buena noticia.

—Despiértense chicas, la salida es en una hora, el destino la playa —nos dice realmente animada.

Aun con los ojos cerrados logro asentir, mientras escucho un sonido de afirmación por parte de Catra. Conforme me voy despertando más recuerdo que hay alguien a quien seguro no le emocionara esta idea.

—Adora —me dice mi hermana una vez que Catra se levanta para ir al baño—, no quiero ir a la playa.

—Seguro que papá te dejara quedarte. Él sabe que literalmente odias la playa —le digo con un tono divertido mientras me levanto de una vez por todas—. Aunque en serio no entiendo porque no te gusta la playa. A todo el mundo le gusta la playa.

Ella se asoma desde el pequeño barandal de la parte de arriba para mirarme con el ceño fruncido y cara de pocos amigos.

—A todos los chicas les gustan los chicos, pero a ti no ¿por qué será eso? —Pregunta lo último con un tono cargado de sarcasmo.

Trago saliva, en un intento de contener las crecientes ganas que tengo de llorar.

Mi relación con mi hermana no es perfecta, pero hace tiempo que no sacaba ese tema a colación. Además mentiría si dijera que lo que dijo no me lastimó, vuelvo a sentirme tan miserable como hace tres años, cuando ese tipo de comentarios eran recurrentes de parte de mis hermanos.

Seguir con esta conversación podría acabar muy mal para mí así que opto por ponerme mis audífonos y empezar a buscar las cosas que llevare al paseo.

Para mala suerte de mi hermana mi padre no le permite quedarse, por lo que ahora al verla por el retrovisor desde mi lugar como copiloto puedo notar su nada disimulada expresión de molestia.

—Su madre volverá el lunes —nos expresa papá rompiendo el silencio que hay en el vehículo mientras nos dirigimos a la playa.

Nadie dice nada al respecto. La verdad tenía la esperanza de no ver a mi madre el resto de las vacaciones. Claro que quiero a mi mamá, después de todo fue ella quien me dio la vida, pero a veces siento que el peso de sus palabras y expectativas me aplasta.

Después de un rato de más de silencio absoluto llegamos a la playa. El lugar está bastante lleno, para nuestra suerte encontramos dos espacios vacíos donde ambas familias podemos estacionarnos.

—En realidad es mucho más bonita que en las fotos —le comenta mi padre al de Catra cuando bajamos del coche.

—Eso mismo pensaba —le dice emocionado.

Dejo de prestar atención cuando noto como detrás de ellos Caleb y Apolo parecen discutir. Al final el pequeño le quita el teléfono a su hermano y sale corriendo. Con miedo a que se pierda o le pase algo corro siguiéndolo.

—Voy tras él —le digo a Apolo antes de alejarme del grupo.

Sigo al niño entre la gente que camina por la arena en busca de un lugar donde sentarse a pasar el día o donde dejar sus cosas para poder ir a nadar.

Caleb ya está bastante cerca de la orilla, cuando estoy a punto de decirle que tenga cuidado se detiene. Para mi sorpresa lo que hace es ponerse a tomar fotos del mar, de la arena de las personas. Eso explica para que quería el celular, me dedico a mirarlo un poco a lo lejos dándole su espacio.

De vacaciones con mi crush [Catradora AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora