09 | Armándome de valor

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09 | Armándome de valor.

Siento una incertidumbre que me controla, no puedo sacar de mi cabeza a Sprite y su enorme miembro y quiero volverlo a tener aquí en mi habitación y que juntos hagamos de todo.

Se perfectamente cómo sacar de mi cabeza un acontecimiento que me arruine la paz, pero... ¿cómo se saca de la cabeza algo que no es malo, pero entonces te mantiene cachonda todo el día?

Me lo repito una y otra vez y no es posible sacarme semejante cosa de la cabeza.

Me incorporo de la cama y aparto esos pensamientos tan adyacentes, voy tras mi teléfono celular y le marco a mi mejor amiga.

No responde de una vez... esa chica siempre está muy ocupada.

Me ocupo de ducharme ya que no he tenido la decencia de hacerlo. Tarareo una canción de Morat y salgo rápido de allí.

•••

A la mañana siguiente, las dos primeras horas de clase transcurrieron lo más aburridas posibles, estoy muy agobiada en este instante ya que Sprite no se aparta ni un segundo de Odalys. No sé qué hacer, siento que me estoy muriendo por dentro...

Es un sentimiento tan a tormentoso que va a terminar acabando con mi interior.

Es difícil gustar de alguien y que ese alguien te vea como una simple persona más en el mundo, es tan doloroso ver a esa persona siendo feliz con otra, haciendo aquello que te encantaría que hiciera contigo.

¿Cómo Sprite va a entender que lo quiero solo conmigo? ¿Qué quiero desgañitar con cientos de poemas todo lo que contiene mi mente y corazón acerca de él?, ¿que sin nunca haberlo tenido siento que me apesta la vida sin su presencia? ¿Que mis células se escuecen cuando lo veo con una chica que no soy yo?

Me levanto de mi asiento y voy afuera, sin mirar a nadie y sin decir a dónde voy.

Xiara me detiene de inmediato.

—¡Eh! ¿Qué pasa contigo? —pregunta con un tinte de confusión en su rostro. Queriendo atar cabos sueltos echa un vistazo en dirección a Sprite y ahí su rostro denota entender mi estado de ánimo.

Me suelto de su agarre y sigo mi camino, salgo del salón de clases y voy no sé a dónde, no sé si al baño a encerrarme allí, o debajo de un árbol de los tantos que hay o si me ovillaré en algún banco... No lo sé, camino sin rumbo.

Me doy cuenta que alguien viene muy cerca detrás de mí y miro por el rabillo del ojo, es Xiara.

Era de esperarse.

Ya que sé que viene detrás mío sin mencionar nada, me localizo en el primer banco que veo.

Cada célula de mi cuerpo están que revientan, la rabia que siento es tanta que siento que me ahoga, el calor aumenta y empiezo a sudar sin contemplaciones. El viento sopla, pero no es lo necesario para calmar la llama de enojo y de decepción que siento ahora mismo.

—Qué idiota soy, ¿ahora me dirás nuevamente que no tienen nada? ¡Ah verdad! Olvidaba que son amiguitos desde tiempos de primaria— refuto, enredándome de brazos.

Mi amiga suspira.

—Escúchame, Macary—, Xiara se encuentra muy seria ahora— ¿qué pasa con las metas que quieres lograr, pero dejas de hacer un mínimo esfuerzo por conseguirlas? Exacto, no la consigues, se desvanecen. ¿Qué pasa con esos sueños que quieres traer a la realidad, pero dejas de intentarlo? Pues se pierden en víspera de abandono. Sprite no es una meta ni un sueño, pero es algo que quieres y anhelas, y si no vas tras ello no lo vas a conseguir. Lucha por eso que quieres, no importa si te equivocas mañana, ¡mañana es un día que no debe preocuparte! ¿Qué importa que ella esté ahí jodiendo nada más? Demuéstrale que tú tienes mucho más para ofrecerle a él, demuéstrale a él un poco de eso que llevas dentro, solo un poco nada más, porque eres demasiado y sé que con un poco bastara para rendirlo a tus pies, y si con eso no le basta, entonces sigue por otro camino buscando nuevos planetas por habitar.

A través de un reto ©  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora