28 | Cita

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28 | Cita

Canye
Santo Domingo Este

Xiara Betancourt

Salgo de la ducha con un enojo terrible, me seco el cuerpo lo más rápido que pueda y logro ponerme algo cómodo para estar en casa. No puedo creer lo tonto que puede ser un hombre, no entiendo cómo es que se la pasan justificando sus putos comportamientos de mierda.

Macary me ha contado lo de Sprite y no es exactamente eso lo que tanto me enoja, porque conociendo a mi mejor amiga, se que será una tarea difícil soltarlo y si él sigue buscándola, lo más probable es que se sigan comiendo.

Lo que más me trae enojada es el hecho de que Eulate se haya puesto raro los últimos días, y encima lo justifique con mis demás compañeros, pero ¿qué mierda se cree? ¿Piensa que de la nada dejaré de hablar con mis amigos por él? Eso es una locura, ni siquiera he tenido nada con ellos como para que empiece a estar celándome, no puedo permitirle que piense que tiene poder como para decirme con quién debo hablar y con quién no.

Lo mejor ha sido que el haya tomado su camino porque ya veo la actitud de mierda que tiene, y no se la voy a tolerar ni un poquito.

Creí en la posibilidad abstracta de tener algo lindo con él, considerando que no solo es un chico lindo, sino que también tiene futuro y piensa increíble, pero ya veo cómo son las cosas, puede tener futuro y todo lo que sea pero tiene demasiada desconfianza dentro de sí mismo y así no se puede.

Salgo de mi habitación con mi iPhone en mano releyendo el mensaje donde le dejé claro que es mejor que tome su camino en donde el aceptó agriamente.

«Gracias a Dios que sacó las uñas a tiempo»

Entro a la cocina y agradezco que nadie esté por aquí, ya que no quiero hablar con nadie en este momento.

Mamá y mis dos hermanos mayores están trabajando, pero papá y mis hermanos pequeños están en casa. Me preparo un mini sándwich y tomo un vaso con jugo de naranja de la nevera y voy a mi habitación a comerlo.

Las siguientes horas me la paso hablando con mis amigas, en lo que aprovecho y les comento lo de Eulate, a ellas no les sorprenden en lo absoluto porque aparentemente esos tipos son así de celosos e inseguros.

Además de que lo conocen y saben cómo ha sido él siempre, no le parece extraño.

Al cabo de unas horas me encuentro echada en la cama con mi móvil viendo publicaciones de Instagram, ya que no tengo otra cosa más que hacer.

Pero lo que veo detrás de la pantalla me vuelve loca.

—¡No lo puedo creer! ¡Sebastián Yatra viene al país! —exclamo, exasperada.

Leo la publicación y hasta los cometarios y la emoción que siento es indescifrable justo ahora, ¡es que no me lo puedo creer! Es mi oportunidad de conocerlo por primera vez.

¡Qué emoción!

Me incorporo de la cama a toda velocidad y me encamino hacia la habitación de mis papás, llegó el momento de que empiece a rogarle para que me compren esas boletas sí o sí.

♥₊˚ˑ༄ؘ ˚₊♥₊˚ˑ༄ؘ ˚₊♥₊˚ˑ༄ؘ ˚₊♥₊˚ˑ༄ؘ ˚₊

Macary Leit

Mi móvil vibra con frecuencia y entreabro los ojos con pesar, lo busco de bajo de las sábanas y lo tomo, sorprendiéndome con el nombre de la persona que está en pantalla. Me incorporo un poco de la cama y empiezo a debatir si la descuelgo o no, no creo que sea lo mejor en este momento pero antes de que decidiera tomar una decisión, la llamada se cae.

A través de un reto ©  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora