21 | Justo él.

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21 | Justo él

Estoy sentada en el sofá de la casa de Sprite y la vergüenza que siento me corroe, me siento tan abochornada que no he hecho más que decir algunas monosílabas como "no" "si" desde que entré. Sprite me ha facilitado una toalla para que me seque el cuerpo y me sienta cómoda.

Me sorprende lo amable que está siendo conmigo. No es que sea grosero ni nada de esas cosas, pero creo que la lluvia en su mayoría, ha tenido algo que ver.

—Y, ¿hacia dónde ibas? —pregunta, sacándome tema de conversación.

«¿Iba?»

Trago saliva y me obligo a dejar los nervios de lado. Me digo una y otra vez que no estoy con un extraño, simplemente estoy en la casa del chico que me gusta.

«Como si fuera para menos»

Voy a casa de mi abuela. —espeto, porque sí voy para casa de mi abuela ¿no?

Él vuelve a notar lo tímida que estoy y echa a reír.

—Me sorprende lo callada y tímida que estás ahora.

Su comentario me hace soltar una risa. Es cierto lo que dice, pero lo que no sabe es que la causa principal por la que estoy así, es él.

Me dispongo a hablar.

—Supongo que es lo más normal. No creí que me encontraría contigo en medio de una oleada de lluvia y mucho menos que acabaría en tu casa —espeto, soltando los nervios cada vez más.

Su risa es una perversa ahora.

Me tenso de inmediato.

—Entonces supongo que te quedarás así todo el rato— echa una mirada afuera, incrédulo —porque la lluvia no está en ceder.

Si por mi fuera, que se quede todo el día lloviendo, me encantaría quedarme aquí con él, ¡¿a quién voy a engañar?! Aunque los nervios me estén fallando en este momento, estoy apreciando cada segundo desde que entré por esa puerta.

Miro afuera y tiene razón, la lluvia a aumentado su curso y por lo que veo, no hay señales de que pare en cualquier momento.

«Creo que había tormenta con precipitaciones para hoy y no estaba enterada».

—No. Ya he vuelto a mi personalidad normal —le dedico una sonrisa y el me la devuelve.

Se incorpora de la silla y la sonrisa se me borra automáticamente, ¿a dónde va? ¿Me dejará sola aquí?

Entonces se detiene y me mira:

—Antes de que llegaras estaba escuchando un playlist en mi habitación, no creo que quedarte aquí sola hasta que cese la lluvia sea buena idea, así que si gustas, puedes acompañarme. —su tono de voz suena amable, aunque mi cerebro me recrimina que ha sigo agridulce.

Se me forma un nudo en la garganta y no sé qué decir ante eso, su mirada está fijamente puesta en mí y en este momento no sé identificar cómo es me mira, qué hay es sus pupilas, en esos ojos que son un paraíso viviente para mí. Pero sé que no hay malas intenciones en ellos.

He captado a la perfección su comentario, sé que no quiere que crea que me está invitando a su habitación, aunque de cualquier modo, lo está haciendo. Pero he entendido el porqué lo ha dicho de esa manera. No quiere que me sienta incómoda.

Asiento e inconscientemente me incorporo del asiento, yendo a su dirección.

El hace un gesto de esos que sabe hacer a cada nada y se encamina al interior de la casa.

A través de un reto ©  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora