La pareja de mi hermano.

37 3 0
                                    

Ahí, justo frente a él, se encontraba la razón de su actual mal humor, dio un calado profundo, mirando esos ojos serios al otro lado de la mesa.

—Así que...Hasekura, ¿en qué trabajas? —preguntó de repente, rompiendo la atmósfera tensa entre los dos.

—Vicepresidente de la compañía A.C.96 —respondió sin cambiar ni un momento su expresión, manteniéndose firme y serio.

El mayor de los Oshiba se pregunto mentalmente, ¿cómo era qué su hermano pensaba en casarse con alguien tan estirado?

—¿Cómo se conocieron?, Ken trabaja en una editorial.

—Por medio de un amigo.

Después de matar a este mocoso, se encargaría del otro.

—¿Qué amigo?

—Su nombre es Masahiro Setagawa.

—Mocoso... — susurro entre dientes,  provocando que una venita de la sien se torna visible en el rostro de Hasekura.

De acuerdo, el mocoso tenía un buen empleo, atractivo, al parecer buenos modales y por lo que él había observado trataba con cariño a su hermano.

¿Por qué no es suficiente para el Oshiba mayor?

Por supuesto, quería la felicidad de su hermano por sobre todas las cosas. Desde que su madre murió, Kousuke se hizo cargo de todo, pospuso sus estudios para poder tener un empleo de tiempo completo y darle una mejor vida a Kensuke. Este… individuo aparecía de la nada, actuando tan apático y distante con todos a su alrededor.

—Mi hermano —prosiguió, luego de unos minutos en total silenció —es el tesoro más valioso que tengo —su entrecejo se frunció, volviendo su mirada sombría —No quiero entregarlo —lentamente se puso de pie, el menor hizo lo mismo.

—¡Hermano!, ¡Hasekura! —la cantarina voz del menor de los Oshiba se escuchó desdé la entrada, provocando que ambos dejaran de matarse entre ellos con la mirada —Ya estoy aquí —escucharon pequeñas risas por parte del ya mencionado, mientras entraba a la sala dónde su hermano y futuro prometido lo esperaban.

—Ken, bienvenido —saludo su hermano, como si nada hubiera pasado.

—Bienvenido, Kensuke —de igual manera le habló su prometido.

—Em...¿interrumpo algo? — preguntó notando al instante esa pesadez entre ellos.

—Para nada.

Luego de unos segundos, el menor de los hermanos rompió la incomodidad con una sonrisa.

—Hermano —llamó emocionado, el mencionado lo miro —hay alguien que quiero presentarte —desapareció unos segundos, entrando con un rubio más alto que su adorado hermano, de tez clara y mirada sencilla, pero muy hermosa — él es mi amigo, Masahiro Setagawa.

—Es un placer —hizo una reverencia el recién llegado.

—Si, un placer.

—Setagawa —Kensuke jalo al rubio hacia la cocina —eres invitado, pero...¿podrías cocinar? —sonrió de lo más encantador; su arma secreta -sin saberlo- para zafarse de su hermano y hacer que Hasekura lo acompañe a sus reuniones de amigos.

—Si, Oshiba —sin oponer resistencia aceptó de buena gana.

Una vez ya lista la cena, los cuatro sentados disfrutaban de los alimentos.

—Hermano, ¿verdad qué Setagawa es un buen cocinero?

—No está mal.

—Me alegró que les guste —agradeció con una sonrisa y un lindo sonrojo en las mejillas debido a la vergüenza —Oshiba, ¿Cómo está Sasa?

—Mejor —sonrió —gracias, Setagawa.

—Es un placer.

—Y su trabajo —habló Hasekura irritado de que su Ken no le prestara atención.

Kousuke dejó de mirarlo unos segundos. ¿A ese muchacho encantador tenía que matar?

Dejo de pensar en eso al escuchar el sonido de una llamada entrante

—¡A-ah! ¡Lo siento! —Rápidamente se puso de pié, alejándose, a los pocos segundos entró —Lo siento, tengo que retirarme. Nos vemos luego, Oshiba.

—¿Ah? ¡No!

—Lo siento, es una emergencia.

—Pero, pero...

—Kensuke —llamó en un tono totalmente contrario al habitual —Setagawa va a estar presente cuando lo anunciemos oficialmente. Por favor, tiene una emergencia.

—Está bien —resignado, bajo un poco la cabeza.

—Lo siento mucho.

—Ahora vete antes de que me arrepienta por hacer que Kensuke se sienta así —afilo su mirada. Masahiro sintió un repentino escalofrío.

—Eh, si. Gracias Hasekura, nos vemos Oshiba y fue un gusto conocerlo —se despidió con una reverencia, saliendo junto a Kensuke quien fue a despedirlo.

A los pocos segundos de nuevo se volvió a instalar esa pesadez en el aire.

—Dejemos algo en claro… —hablo el Oshiba —tú no me agradas, y al parecer el sentimiento es mutuo —desvío la mirada, derrotado —pero mi hermano se ve feliz contigo. Tienen mi bendición.

—Gracias —hablo ocultando a la perfección su sorpresa, permitiéndote sonreír un poco.

—Te romperé el cuello sí lo lastimas...

Día a día.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora