Cumpleaños.

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Al no sentir la calidez de su esposo, tanteo el lugar correspondiente, al no sentir nada, abrió los ojos.

—¿Ken? —pregunto extrañado al no ver a su adorado esposo en la cama, junto a él.

El despertador comenzó a sonar después de unos segundos, lo apago en un rápido movimiento, aplicando más de la fuerza necesaria.

Sintió el frío suelo una vez sus pies lo tocaron, se puso de pie caminando al comedor.

—¿Ken? —esta vez hablo más alto, sin recibir respuesta. El desayuno lo esperaba en la mesa junto a una nota.



Salí temprano con mi hermano, Masahiro y Haruki. Hanae está conmigo.

Que tengas un lindo día, amor.

Kensuke.



Suspiro fastidiado, dobló la nota y la volvió a poner en el mismo lugar, miró su reloj de manilla.

—Es tarde —se apresuró a desayunar y alistarse para salir a su trabajo.

———————

Al llegar fue recibido por su secretaria, quien lo recibió con una encantadora sonrisa y un paquete en manos.

—Buen día —extendió el paquete con las mejillas rojas, Hasekura levantó una ceja.

—Buen día. ¿A qué se debe el presente?.

—A…ah. B…bueno, hoy es su cumpleaños —parpadeo un poco, aún así le regaló su mejor sonrisa a su jefe.

Hasekura tomó el presente sin realmente importarle, agradeció pasando de largo a los demás, entrando a su oficina.

Su secretaria lo miró embobada.

—Es como un príncipe — divago en voz alta.

—Sí, un príncipe casado y con una hija —habló otro empleado, con una sonrisa burlona.

—¿Está casado? —preguntó estupefacta, el otro asintió —es una verdadera lastima.

———————

De no ser por el sonido de las manecillas del reloj, su oficina estaría en completo silenció. Dejó los documentos en su escritorio, pasó las manos por su cabello.

No quería pensar en eso, pero le era inevitable; su Ken en vez de despertarlo con un beso, el desayuno en cama y su pequeña Hanae acompañándolo y deseándole un feliz cumpleaños, despertó completamente solo.

Pasadas unas horas dejó su trabajo de ese día por la paz, no podía concentrarse y sabía que tampoco lo lograría, dejó a cargo a su mano derecha para irse a descansar, suponiendo que su pareja e hija aún seguían con Masahiro, su cuñado y sobrino.

———————

Entró con un horrible dolor de cabeza, sin notar a todas las personas en la sala de su casa.

—Oye mocoso, ¿Así le agradeces a mi hermano la fiesta sorpresa? —hablo de manera despectiva el mayor de los Oshiba.

Asaya se detuvo en ese instante cayendo en cuenta las miradas de sus amigos, conocidos, hermana, suegra, cuñado, esposo, hija y sobrino.

—¿Pero qué?

—¡Feliz cumpleaños papá! —gritó su pequeña hija.

La pequeña Hanae corrió dando un fuerte abrazo a su padre, siendo correspondida al instante.

—Feliz cumpleaños, mocoso —volvió a hablar Kousuke, Masahiro lo reprendió con la mirada, en respuesta recibió un casto beso haciéndolo sonrojar.

Kensuke fue hasta él dándole un abrazo y beso.

—Perdón por no estar en la mañana, pero tenía que organizar todo —desvío la mirada, Hasekura le sonrió.

—Gracias —beso su frente de manera dulce, cargo a su hija e inmediatamente la pequeña reunión comenzó.

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