La música se escuchaba por todo el salón, las personas bailaban con elegancia y encanto al compás de la melodía.Una rubia cabellera apartada de la gran celebración esperaba pacientemente a sus dos amigos para poder irse de una buena vez.
—¿Dónde está Kensuke? —preguntó una voz tras su espalda, dio un ligero salto debido a la impresión, tocó su pecho sintiendo el palpitar acelerado de su corazón.
—Dijo que iría por su hermano —respondió aún con la mano en su pecho. Asaya le miró con una ceja arqueada.
—¿Te sorprendí?
—Un poco —le sonrió sin muchas ganas.
Pasaron unos minutos en completo silencio, ambos mirando a las parejas bailar por todo el salón. Ya cansado, el más alto dio un suspiro irritado.
—¿Por qué tardará tanto? —preguntó al aire, su amigo rubio enfocó su mirada en Asaya, sin poder contener su curiosidad, mojó sus labios para darse más seguridad.
—¿Cómo lo supiste?
—¿Qué? —le miro interrogante, conectando su mirada con la verde de su mejor amigo.
—¿Cómo supiste que Kensuke es tu...destinado?
—Lo supe al momento de verlo —sé sincero, sonrojándose un poco ante el recuerdo —no sé cómo explicarte. Es algo tan surrealista —volvió a fijar su vista en las parejas —Sólo te puedo decir que lo sabrás cuando lo veas.
—No...yo...te...tenía —trato de excusarse de manera torpe, haciendo gestos raros y sin sentido con las manos, a pesar de que su amigo no lo miraba.
—¡Asaya! —la voz iracunda de Kensuke llegó a los oídos de ambos —¡Masahiro!
Olvidando totalmente su antigua conversación, ambos vieron al pequeño castaño acercarse con una sonrisa tirando del brazo de alguien.
Al mirar a su acompañante, el tiempo se detuvo un segundo para Masahiro y el acompañante de Kensuke.
Masahiro se vio a sí mismo de adolescente sentado con una pequeña mesita individual frente a él, junto con más personas de la misma edad a su alrededor, una puerta corrediza fue abierta de manera repentina, haciendo que todos dejaran de hacer sus cosas para prestarle atención al hombre con un extraño lunar en la barbilla.
—Buen día, seré su profesor. Mi nombre es Kousuke Oshiba.
De un momento a otro, el escenario cambió a un lugar al aire libre, con árboles y arbustos a su alrededor, sintió una brisa colarse hasta sus huesos, se abrazó a sí mismo para tratar de mantener su calor corporal. Evaluó su vestimenta rasgada y llena de sangre durante un par de segundos, sintió el sabor cobrizo de su sangre. Un disparo al aire lo hizo estremecerse y sudar frío.
—¡Identificate! —ordenó la misma voz de su anterior visión. De manera lenta levantó ambas manos, volteando lentamente hacia la voz.
—Mi...nombre es Ma...Masahiro —sus labios parecían moverse solos. Tembló ante la amenazante mirada de ese hombre —los rebeldes atacaron mi pueblo.
—Comandante Oshiba.
Una vez más el escenario cambió, mostrando una blanca habitación. Escuchó unos extraños pitidos y unas pantallas igualmente extrañas con líneas. El mismo hombre de las visiones anteriores postrado en una cama con vendajes en su cabeza le sonreía.
—¿Cómo estoy hoy, doctor? —preguntó con voz rasposa.
—Mejor, lo darán de alta en una semana —respondió de manera risueña -ten más cuidado, Kousuke.
—Tal vez lo tenga.
Otras tantas visiones aparecieron, unas completamente devastadoras que le provocaba querer llorar y otras tantas las cuales le hacían querer vivir toda esa vida. Al momento de regresar contempló los rasgos del hombre ya, frente a él.
—Creí que nunca te encontraría.

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Día a día.
FanfictionSerie de drabbles/ one-shots. Advertencias: •Yaoi. •Algunas ship crack. •Parejas canon.