Consejos de amor por Oshiba-sensei

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—Disculpé, Oshiba-sensei —un estudiante de segundo grado habló desde la entrada de la sala de maestros.

—¿Ah? —despegó la mirada de los exámenes en cuanto escuchó la voz masculina de uno de sus estudiantes —¿se te ofrece algo,Tanaka? —dejo el honorífico a un lado, a petición del mismo Tanaka.

—¿Eh? —su rostro se tornó rojo al recordar el porqué estaba en ese lugar. Tomó aire, tratando de darse valor, finalmente entró y cerró la puerta con las manos temblorosas.

Los sentidos de Kousuke se activaron en ese instante, probablemente algo malo estaba por pasar.

—¿Sucede algo malo? —volvió a preguntar, esta vez serio.

—Sí —dio vuelta, encarando al profesor —Sé que no le gusta que pensemos en estas cosas en época de exámenes, pero... —agacho la cabeza, sonrojándose más —¡Quiero pedirle un consejo para confesar mis sentimientos a alguien! —gritó la última frase, siendo escuchado incluso por algunas de sus compañeras que pasaban por ahí.

El profesor resopló por lo bajo, negando con la cabeza, divirtiéndose a costa del muchacho.

—Lo haré —Tanaka levantó la cabeza esperanzado —siempre y cuando no disminuyan sus notas por ese amorío.

—¡Se lo prometo Oshiba-sensei! — rápidamente se posicionó en la silla a un lado del único profesor ahí.

—Antes que nada...¿quién es la afortunada? —sonrió pícaro, haciendo nuevamente sonrojar al adolescente.

—B…bueno —agacho la cabeza —no es… una chica —declaró, esperando no ser repudiado por su maestro.

—Entiendo —sonrió sin una pizca de burla, haciendo sentir mejor a su alumno —¿Quién es el afortunado? —ahora su mirada se tornó picara.

—Es...Setagawa-san —respondió sonriendo, sin saber que en ese preciso momento la persona frente a él ardía en un increíble arrebato de celos, pero claro, no podía simplemente tomar al muchacho por la camisa y golpearlo hasta dejarlo inconsciente.

No tenía culpa de haberse fijado en su pareja.

—¿Oshiba-sensei? —pregunto extrañado al ver a su maestro totalmente serio y no con la sonrisa que normalmente tenía en el rostro —¿dije algo malo?

—No —sonrió lo mejor que pudo.

—¿Cómo puedo declararme?

Tenía que encontrar una manera de persuadirlo de inmediato, pero ¿eso sería justo?

Analizó a su alumno: unos centímetros más bajo que él, buena personalidad, amable, inteligente, atractivo, de tez clara, un cabello castaño claro liso y bien peinado que hacía juego con sus ojos color ámbar, y lo más importante...de la misma edad de Masahiro.

¿Por qué se sentía amenazado?

¿Y si Masahiro lo elegía a él?

—Bueno...Masahiro es una persona sencilla y de buen corazón, estoy segura que cualquier cosa que involucre tu esfuerzo y empeño lo apreciará, sin embargo...si llegara a rechazarte lo hará de la manera más amable posible. No hagas que se sienta mal si llega a pasar —sentenció volviendo a sus exámenes.

Tanaka parpadeo un par de veces confundido por la reacción de su profesor, pero aún así agradeció de la manera más amable posible, saliendo ya con la idea en mente.

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Limpia las palmas de sus manos antes de ver al rubio salir junto a sus amigos, por un momento duda al ver al grupo charlan de manera amena, pero la determinación lo impulsó a dejar escapar el nombre de su enamorado.

—Setagawa-san —, deteniendo no sólo a su compañero rubio sino también a sus otros acompañantes —¿tienes un minuto?

—Si. ¿Sucede algo, Tanaka-san? —dio unos pasos hacia él, sonriendo.

—No es nada malo —se apresuró a decir —¿podríamos hablar en privado? —Masahiro extrañado asintió.

—¡Setagawa te esperamos en la entrada! —grito el Oshiba menor, recibiendo una afirmación. Dio vuelta y a paso normal se pegó sutilmente a Hasekura.

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—¿Tanaka-san? —pregunto confundido al ver a su compañero rojo y con la mirada gacha, además de las manos en la espalda.

—Setagawa-san...yo —en un ataque de valor repentino, dejó al descubierto una caja de chocolates y una carta —¡Me gustas mucho, Setagawa!

El shock le siguió unos segundos después, cuando su cerebro lo alerto de que parecía idiota con la cara roja y la boca levemente abierta.

—¡¿Ah?! —retrocedió unos pasos —Yo...verás... —se calmó unos segundos, tratando de no ser un insensible al sólo decirle: "tengo pareja y la amo" —Tanaka-san...lo lamento, pero no puedo corresponder a tus sentimientos...

—¿Hay alguien más? —pregunto triste, enterrando más el puñal que repentinamente sintió al ser rechazado, ahora recibiendo un asentimiento.

—Siento mucho no poder...

—Está bien. Buena suerte con esa persona —dio vuelta sobre sí, para después salir corriendo.

—¡Espera Tanaka-san! —trato de correr hacia él siendo detenido por una mano.

—Es mejor dejarlo solo —escucho la voz de Kousuke.

—Pero...

—Entonces yo iré —sin dejar hablar a su pareja, comenzó a caminar para entrar al edificio.

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—Deberías esconderte en un lugar mejor — hablo, deteniendo por un segundo los sollozos del castaño.

—¡Tiene a alguien especial! —le gritó ahogando sus sollozos por unos segundos —¡Sé que no puedo obligarlo, y sé que no trato de lastimarme, pero me duele!

—Lo lamentó —estrechó al muchacho, sintiendo pena y arrepentimiento al ver el estado de su alumno. Si tan sólo le hubiera dicho que Masahiro ya tenía a alguien...

—¡No quiero rendirme!

—¿Qué?

—¡Me gusta mucho! ¡¿Alguna vez ha sentido querer estar con esa persona sin importar qué?!

—Sí —claro que lo sintió —pero algunas veces también es mejor rendirse...probablemente Masahiro no es tu persona especial.

Después de esas palabras el salón se llenó de sollozos una vez más.

—Estoy seguro que lo encontrarás, él ya lo hizo —susurró sin ser escuchado por el menor.

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