capítulo 36.

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Como era de esperar, la trágica noticia sobre la muerte de Lan Qiren destrozó a Lan Xichen, el palacio imperial permaneció de luto por una gran temporada, pero la felicidad de tener de vuelta al emperador apaciguo los corazones de todos los reinos

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Como era de esperar, la trágica noticia sobre la muerte de Lan Qiren destrozó a Lan Xichen, el palacio imperial permaneció de luto por una gran temporada, pero la felicidad de tener de vuelta al emperador apaciguo los corazones de todos los reinos.
Habían perdido a alguien muy amado, pero su emperador; padre, esposo y hermano, había abierto los ojos y debían ser agradecidos.

Lan Xichen fue notificado de todo lo que sucedió en su ausencia. Agradeciendo a su esposo por el gran trabajo que había hecho mientras el estaba inconsciente.

En una noche, Jiang cheng se había acercado a su marido con un rostro preocupado, algo que llamo la atención del Lan.

Esa noche fue cuando se entero quien era realmente su WanYin...

Su esposo no era, ni fue un simple esclavo.

Su WanYin había sido un príncipe que pasó por muchas injusticias. Y que lastimosamente se había quedado solo a temprana edad. WanYin había perdió mucho en esa vida.

¿Quién era lo suficientemente malvado para apagar la luz de su amor? ¿Por qué alguien haría sufrir a ese bello loto que opacada a los demás?

Aunque Lan Xichen se había sentido herido porque el doncel no había confiado en él desde el principio no se enfado, ni mucho menos le reclamó, no tuvo valor de hacerlo al ver a su amado esposo en un estado tan indefenso cuando le contaba su pasado.

Xichen se sintió furioso por todo lo Jiang cheng había pasado, pero cuando se entero que Jiang Fengmian había tenido la mitad de su merecido, su corazón de tranquilizó, pero no se iba a quedar quieto hasta no ver acabado a ese tirano rey que su amado tenía como padre.

Su amor se fortaleció con un beso y un sincero "te amo".

...

Los años en el palacio eran alegres, Jiang cheng se sentía feliz por todo lo que había logrado, no podía estar más agradecido.
Era una gran emperatriz, madre y esposo.

Todos en el imperio lo amaba más y más, sus príncipes se volvían grandes señoritos educados, atentos y valientes. Por un lado también estaba triste porque sus hijos estaban en edades adecuadas para casarse, a excepción de los dos últimos. Wei WuXian siempre hacia bromas o trataba de subirle el ánimo.

Las disputas con Wen Su y Jin Guangyao nunca acababan pero era lo de menos.

Extrañaba a su fiel amigo, su Huaisang ya no trabajaba en el palacio porque había quedado libre hace muchos años. Sin embargo era feliz por la pequeña familia de su amigo.

Su madre se había mudado a Yilling, ya no era la tercera princesa de Meishan.

Li Jing, había sido un buen sirviente pero no sustituía a Huaisang.

Su Rusong pronto se casaría con la nieta de Lan Yi. Xichen era el culpable, pero no podía culparlo mucho, A-Song amaba a esa doncella.

Su vida en el palacio mientras más pasaba el tiempo se volvía más tranquila... y le asustaba, sus hijos crecían, otros se iban. En todos estos años, no habían decidido quién sería el sucesor, aquella era la decisión del Lan.

Emperatriz Lan [Xicheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora