Capítulo 12

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POV Hermione

Todo había pasado muy rápido, mi mente estaba intentando encajar las piezas del rompecabezas, pero todo era muy confuso.

Draco y yo estábamos recargados en un viejo árbol cerca de la casa de Hagrid, sus suaves caricias en la cabeza me daban paz, y me estaba quedando dormida cuando las náuseas que anunciaban la salida del vómito me hicieron levantarme de un jalón de la cómoda posición que tenía con el rubio.

Corrí un par de árboles lejos de él y comencé a devolver lo poco que había ingerido en el desayuno. Sentí unas manos que me recogían el cabello en una coleta, y me daba suaves masajes sobre la espalda intentando calmar un poco mi dolor. Cuando terminé volvimos al mismo árbol de antes y me quede viendo la nada.

—¿Qué pasa Hermione?—cuestionó ahora mi rubio—¿Te cayó mal el desayuno?—me beso la cien.

—No lo sé—comenté sin dejar de ver a la nada—Quizas fue el jugo de calabaza— comente viendo a la nada. 

—Hermione te llevaré a la enfermería ahora—no fue una pregunta, fue una orden. Emprendimos el andar a la enfermeria, y Draco tenia cara de pocos amigos a decir verdad, no hablamos en todo el camino. Podria decir que fue un poco incomodo. 

Madamm Pomfrey dijo que no tenía nada serio, unas cuantas vitaminas y quedaría como nueva, pero prefirió que me quedara ahí, por eso del vómito.

—Mañana temprano vendré a verte amor— me sonroje, pues creí que el único en llamarme así sería Fred.Quien lo diria que terminaria estando en publico recibiendo atenciones del principe de las serpientes —Beso mi frente y se fue desapareciendo entre las sombras.

Para cuando Draco se fue, Pomfrey se acercó con mirada acusadora.

—Srita. Graenger, debe de tener mas cuidado con estos descuidos de no comer, y las, ¿como las llaman?.— penso un segundo y continuo— malpasadas creo que asi las llaman los muggles— me veía decepcionada y preocupada. 

—Lo siento, pero si esoty comiendo bien, ¿a que se refiere? —cuestione confundida—Siempre hago mis tres comidas en el gran comedor—dije segura, porque aunque si me pasaba algunas veces, intentaba no hacerlo seguido. 

—Por Merlin Srita. Granger—harta de mis evasivas, pero si yo no lo decía en voz alta quizás no se haría verdad—está usted con estado anémico —anunció

—¿Qué?— fue lo único que puedo articular.

—Será mejor que se lo diga al Sr. Malfoy lo antes posible—anunció preocupada—y tomen cartas en el asunto —concluyó regalándome una sonrisa de lástima.

Emarazada... no, esto no podía estar pasándome, tantos descuidos haber terminado con Fred realmente me había dejado mal, casi no dormía y prefería sumergir mis pensamientos en lugares mas alejados como la biblioteca lugar del que estaba segura no me encontraría con el. Ahora de verdad tenia problemas serios, lagrimas comenzaban a resblar desde mis mejillas dando a entender que me encontraba demasiado sencible por todos los problemas que tendria que enfrentar apartir de este momento. 

[...]

Al otro día por la mañana desperté por unas caricias sobre mi mano.

—Oh, vaya, te desperté— sonrió apenado un rubio perfectamente alineado. Sentado junto a mi cama.

—No te preocupes—contesté removiéndome para colgar las piernas sobre la cama, y quedar en la misma posición que mi visita.

—¿Cómo has amanecido? ¿Dormiste bien?—Lo interrumpí

—Draco, sé que me pediste una oportunidad para algo entre tú y yo, pero—hice una breve pausa—tengo algo que contarte.

—Hermione, nada que me digas, hará que cambie de opinión—aseguró.

Me quede callada un minuto, o tal vez mas. No lo se la verdad, solo se que Draco comenzaba a verme desesperado por mi respuesta, desidi quedarme callada con la nueva enfermedad que aquejaba mi cuerpo en estos momentos.

—Aun no tomo una desicion, necesito mas tiempo.— Vi quizas ¿dolor? ¿miedo? 

—Te veo al terminar las clases en la Torre de Astronomía— dijo y se levantó para desaparecer de mi vista.

Cabiz baja me despedí de Madamm Pomfrey y emprendí camino hacia mi sala común, para tomar mis cosas e ir a clases. Choque con quien menos esperaba.

—Lo siento ratoncito de biblioteca— dijo el pelirrojo que dentro de unos meses sería padre.

—Fred—las piernas me temblaban y de pronto vi todo negro.

[...]

Desperté en uno de los sillones de adentro de la sala común un tanto confundida. A mi lado se encontraba Fred con la cabeza agachada, y las mano sobre el cuello. Susurro algo que no alcance a comprender.

—Hola de nuevo Fred—dije llamando su atención.

—Por amor a Merlín, Hermione casi me matas de un susto—dijo acercándose a mí y pasando su mano por mi frente.

—Estoy bien, lamento haberte asustado—conteste sincera, le sonreí sinceramente como no había podido hacer hace muchos días.

—Al menos estás bien—me devolvió la sonrisa —Harry, fue a hablarle a Malfoy supongo que se preocupa por ti—añadió con la voz cargada de recelo.

—Oh, muchas gracias—dije sin emoción en la voz—Fred, tengo que hablar contigo—estaba decidida en contarle lo que estaba ocurriendo.

—Mione no tienes nada que explicarme—se alejó y recargó su espalda en el respaldo de la silla.

—No me refiero a lo mío con Draco—rodee los ojos.

—Ahora lo llamas por su nombre, ya olvidaste todo lo que te hizo durante años— su voz estaba cargada de dolor.

—Es de nosotros— aclaré, restándole importancia a lo que él me había dicho.

—No hay un nosotros Graenger—ahora él comenzaría a usar mi apellido de forma despectiva, genial.

—Fred, por favor— fui interrumpida por mis amigos, y el príncipe de Slytherin detrás de ellos.

Hizo a Fred a un lado, y me toco la cara con mucha preocupación reflejada en la suya.

—Amor, ¿estás bien?—la angustia y el miedo salieron de su boca, y sus ojos externaban eso mismo.

—Si estoy bien, solo fue un desmayó— lo que dije logrando tranquilizarlo.

—Ven, vamos tendremos esa conversación antes de lo esperado—me tomo la mano e hizo que me incorporara de poco en poco, me guio hasta la salida de la casa de Gryffindor, justo antes de salir voltee para encontrarme con un Fred a punto de derramar un par de lágrimas.

Caminamos tomados de las manos en dirección a la torre de Astronomía, sin decir una palabra, me resulto un poco incómodo. Cuando llegamos nos sentamos en el balcón con los pies colgando. Estuvimos en silencio un rato, Draco fue el que decidió romperlo.

—Amor, ¿quieres tenerlo?—soltó con suma delicadeza y paciencientemente espero una respuesta de mi parte.

—No lo sé—dije casi de inmediato.

—Mira sea cual sea tu decisión, yo te apoyo, yo puedo ser un gran padre para ese bebé —afirmó poniendo su mano en mi aún plano vientre.—Y si estoy consciente que el padre biológico es la fotocopia de Weasley, pero él no te quiere, al menos no como yo—en su voz pude apreciar que decía la verdad.

—¿Sea cual sea la decisión que tome estarás conmigo?—de verdad que me gustaba estar con Malfoy, sé que nunca podre amarlo como amo a Fred, pero su compañía había sido de gran ayuda estos días.

—Siempre— y me beso, le correspondí el beso y pude sentir que yo lo necesitaba más que él.

En brazos de un WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora